No es momento para distraerse de lo importante.

Nuvia Mayorga

Nuvia Mayorga Delgado.

En medio de una de las crisis más agudas que ha vivido la humanidad en casi un siglo, aún existen voces que desdeñan el dolor de los enfermos y la incertidumbre económica por el que están pasando y pasarán millones de familias y pequeños o medianos empresarios que ven en sus pequeños negocios sus únicos ingresos para sobrevivir día con día.

En un momento en que casi nos acostumbramos a ver como se cumplen caprichos sin que se lo pidan, el Congreso de la Unión, específicamente la mayoría en él, busca agradar la figura presidencial con iniciativas a modo que lo único que buscan es eternizar una campaña de imagen que en las últimas semanas ha arrojado números negativos y que ven como la simpatía de la gente poco a poco se va con motivo de las pésimas decisiones que afectan no sólo su patrimonio, sino su salud.

Justo cuando se vive una situación sumamente compleja que se va a agravar en los próximos días, la mayoría en el Senado de la República, aprobó la minuta de la Ley de Amnistía que en diciembre pasado se aprobó por la Cámara de Diputados, la cual, en ese momento se calificó de insuficiente, técnicamente deficiente y muy acotada para lograr el supuesto objetivo de conseguir la liberación de una cantidad importante de personas.

La Ley de Amnistía simple y sencillamente se enfoca al fuero federal, por lo cual, en propias palabras del líder de la mayoría, si acaso beneficiaría a sólo 9 mil personas, lo que refuerza la postura de que no sirve nada para aligerar el hacinamiento carcelario y con ello la posibilidad de vías de contagio mayor en las prisiones. Si se pretendiera hacer de otra manera, se incluiría el fuero común, el cual tiene el 80 por ciento de los presos del país.

De hecho, si la intención fuera esa en realidad, habría que revisar la legislación aplicable, habría que estudiar un poco para aplicar instrumentos como la libertad anticipada o la libertad condicionada y el indulto, los cuales están al alcance del Ejecutivo pero, o no quieren aplicarlo o les conviene más mediatizarlo para obtener reflectores.

Además, se les hizo ver que sesionar en medio de una crisis irrespetando las medidas sanitarias mandatadas por el propio Gobierno Federal, utilizando material médico que bien pudiera estar en hospitales, es un despropósito y una falta de respeto para todas esas personas que se encuentran haciendo frente a la pandemia en hospitales y clínicas a lo largo y ancho del país.

Sin duda pudimos haber discutido esta minuta, pero antes debimos acordar la realización de sesiones virtuales del Congreso de la Unión para que no se paren los procesos legislativos o, mejor aún, discutir y aprobar medidas legislativas que impacten el ámbito de la salud y la economía para hacer frente a la pandemia del coronavirus; pero no es así, la intención siempre ha sido sesionar “por encargo” sin discusión como si sólo de levantar dedos se tratase.

Además de ser una ley insuficiente, innecesaria y alejada de los objetivos inicialmente trazados, la aprobación que se dio al inicio de la semana en este momento histórico es darle la espalda al pueblo que nos respaldo y nos dio su confianza para la representación. Y tal parece que, ni así, van a revertir las preferencias que van en picada y que, con esto, el pueblo de México sabrá quién está de su lado.