Vecinos hicieron boquete para rescatar a bebé y niño de incendio en Torreón
Utilizaron cincel y martillo para tumbar la pared y entrar por ellos
Alberto Triana
Gracias al pronto actuar de dos vecinos lograron sobrevivir la bebé y el niño del incendio de su vivienda el pasado martes en el ejido Santo Tomás de Torreón.
Se trata de Mierleth Alana y Tadeo Samael, de dos meses de nacida y un año de edad, respectivamente, quienes sufrieron quemadura de vía aérea por intoxicación por monóxido de carbono.
Ambos continúan internados en el Clínica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde han presentado una mejoría de salud y se reportan como estables.
El incendio se reportó alrededor de las 08:20 horas y fue en el domicilio marcado con el número 237 de la calle Lenin, en donde según declaraciones de sus familiares, una veladora cayó sobre la cama donde dormían Mierleth y Tadeo, además de su joven madre, Natalia Delgado de 20 años.
Los tres resultaron severamente intoxicados por la inhalación del humo, pero la más delicada de salud era la mamá, quien murió a las 17:50 horas del miércoles. Ya había sufrido tres paros respiratorios. Su funeral fue en Velatorio Garrido y el viernes la sepultaron.
El Sol de La Laguna acudió este lunes al lugar de los hechos y el vecino Bartolo Nava, quien contó que, junto con su sobrino, José Christian Gutiérrez, tuvieron que abrir un boquete para rescatarlos.
“Desde entonces ya no se ha visto nadie, ni el chavo que es el esposo ni su hermano que también ahí vivía, junto con Natalia y los hijos. Yo les hablaba más a los chavos, quienes habían rentado la casa para vivir con sus respectivas esposas. Ya ninguno ha regresado”.
“Entramos mi sobrino y yo ese día del incendio porque vimos mucho humo. Entonces agarramos un cincel y un martillo para abrir la pared, para hacer un boquete, porque la puerta no la podíamos abrir. Una vez que abrimos el huevo, mi sobrino se metió por ahí y los sacó”.
Lamentablemente a Natalia no la pudieron sacar hasta que llegaron los Bomberos para controlar el fuego, ya que se había propagado rápidamente.
“Nos queríamos meter por ella tapándonos con una cobija mojada, pero ya no se podía, ya era muy peligroso, era demasiado humo”.
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