¿Qué hace realmente un Observador Electoral? Conoce su papel antes, durante y después de votar

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Rubén Torres

En cada proceso electoral, la figura del Observador Electoral juega un papel fundamental para garantizar la transparencia, legalidad y confianza en las elecciones. Se trata de ciudadanas y ciudadanos mexicanos que, en pleno goce de sus derechos civiles y políticos, se interesan en conocer de primera mano cómo se desarrollan las actividades antes, durante y después de una jornada electoral.

Las funciones del Observador Electoral están establecidas en la ley y van mucho más allá de solo estar presentes en las casillas. Estos ciudadanos acreditados pueden observar los actos de preparación del Proceso Electoral, así como las actividades de la jornada electoral. Entre sus tareas se encuentra la verificación de la instalación de casillas, la observación del desarrollo de la votación, el escrutinio y cómputo, la recepción de escritos de incidencias, así como la clausura y lectura en voz alta de los resultados.

La observación electoral fortalece la democracia, pues permite documentar buenas prácticas, detectar posibles áreas de mejora y generar confianza en la ciudadanía respecto a la limpieza del proceso. Una parte esencial de esta labor es la entrega de informes por parte de los observadores, los cuales sirven como insumo valioso para las autoridades electorales en la evaluación y mejora de futuras elecciones.

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Quienes obtuvieron su acreditación como observadores tienen derechos específicos, como presentarse en diversas casillas sin importar su domicilio electoral, acceder a información no reservada por parte del INE y participar en las sesiones públicas de los órganos electorales. También tienen derecho a presentar un informe oficial sobre sus actividades al concluir el proceso.

No obstante, estos ciudadanos también tienen obligaciones claras. No pueden interferir con las funciones de las autoridades electorales, ni emitir opiniones o declaraciones sobre los resultados o tendencias del voto. Además, deben abstenerse de portar símbolos partidistas o emitir comentarios que puedan interpretarse como ofensivos, calumniosos o difamatorios hacia candidatos, partidos o instituciones.