Pulso CdMx / Vagoneras
Entre los vagones que recorren las entrañas de la Ciudad de México, se libra una batalla silenciosa, diaria, desconocida o silenciada por quienes transitamos por el Metro. Las “vagoneras”: en su mayoría mujeres, muchas madres solteras, trabajadoras no asalariadas, jefas de hogar sostienen la economía de miles de familias gracias a la venta dentro de los vagones.
Chicles, dulces, chocolates, audifonos, pastillas para la garganta, cubrebocas, gel, libros entre otros artículos creativos: quienes usamos el Metro hemos comprado algo dentro de los vagones.
Las vagoneras gastan tiempo, energía, resistencia con el riesgo constante de ser desalojadas, multadas, criminalizadas o violentadas. “Con el operativo Colibrí, acaban de quitarle a una compañera hace unas horas a sus niños. Nosotras como vagoneras no tenemos ningún derecho” señala Patricia Martínez Rentería, vocera de Leonas en Manada e integrante del colectivo de activistas “Constituyentes”, en el conversatorio mensual Política Nocturna junto con la diputada Patricia Mercado Castro y el diputado Manuel Vázquez Arrelano.
Esta asociación civil agrupa a decenas de mujeres comerciantes en el Metro y busca visibilizar, proteger sus derechos, el reconocimiento de su labor, la necesidad de políticas públicas inclusivas e impulsan propuestas muy innovadoras. Por ejemplo, recibir capacitaciones en materia de seguridad o primeros auxilios así como un permiso como persona no asalariada. “Las vagoneras en general somos las primeras que llegamos en caso de algún incidente” explica Patricia con más de 35 años de experiencia en el Metro.
Se realizan operativos para detener a las mujeres vendedoras, argumentando seguridad, orden y legalidad. El Reglamento de la Ley de Movilidad prohíbe expresamente el comercio ambulante en las instalaciones del Metro. Cuando las detienen, se les decomisa todas sus pertenencias y en el juzgado cívico deben pagar una multa que en la ley puede oscilar entre $1,244 a $4,525 pesos. Si no tiene para pagar o a criterio en algunos casos, se impone un arresto de 13 a 24 horas en el “Torito”.
“Hay disposiciones legales que señalan que, para las personas trabajadoras no asalariadas en caso de infracciones administrativas, la multa no puede exceder un día de su jornada laboral, por eso para ellas no puede exceder 300 pesos. Pero el juez cívico puede hacer que sea aún menos según su criterio e incluso bajar esa multa a 113 pesos. Nunca reciben un comprobante o un recibo en este proceso. Para lograr recuperar su expediente tienen que realizar un proceso administrativo escrito y pagar las copias. Sus derechos son violentados desde el inicio de la detención hasta su liberación”. Explica Ana Paola Bolaños, abogada en Práctica: Laboratorio para la Democracia, que acompaña a Leonas en Manada.
La respuesta no está en la legalidad, sino en la lucha contra la desigualdad. No es una vocación, sino una estrategia de sobrevivencia ante un sistema laboral excluyente. No pueden seguir siendo tratadas como delincuentes, sino como valientes. Las vagoneras no piden impunidad, piden libertad con regularización. Nuestra Ciudad de izquierda y defensora de derechos humanos tiene la oportunidad de conversar, reformar y regular fuera de prejuicios con la perspectiva de género y de cuidado.
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