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Culturaviernes, 23 de mayo de 2025

La mística del lente de Graciela Iturbide, entre la poesía y la antropología

Especialistas explican la alquimia entre poesía y antropología que da personalidad a su obra, reconocida con el Premio Princesa de Asturias de las Artes

GRACIELA ITURBIDE-FOTOGRAFA
El Premio Princesa de Asturias de las Artes se entrega por segunda vez a la disciplina fotográfica; la mexicana Graciela Iturbide fue galardonada este 2025 / Foto: Diego Simón/Cuartoscuro.com
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Kevin Aragón

Una medusa juchiteca con iguanas en vez de serpientes sobre su cabeza, calaveras caminando por las calles de Chalma, parvadas como nubes que invaden el cielo, una mujer caminando melancólica con una radio por el desierto de Sonora, los tristes baños de Frida Kahlo, años después de su muerte, o ella misma sosteniendo dos aves como si éstas quisieran entrar salvajemente en sus ojos. Todo a blanco y negro, en un instante análogo de luces y sombras.

Las imágenes que ha capturado Graciela Iturbide a lo largo de sus más de 50 años de carrera le han dado la vuelta al globo convirtiéndola en una de las artistas visuales más importantes de Latinoamérica. Este 2025, su labor fue reconocida con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, por haber “retratado la naturaleza humana a través de la fotografía, cargada de simbolismo”.

Para entender el significado y la relevancia de este reconocimiento, El Sol de México consultó a especialistas —tanto investigadores como curadores— quienes explican los pormenores de la obra de esta artista, nacida en la Ciudad de México, en 1942, que en más de una ocasión ha dicho que la fotografía ha sido su “forma de conocer el mundo”.

“Sin duda Graciela es la mayor artista de México actualmente, no sólo en fotografía, sino en el arte y la cultura en México. No hay otro artista en el país con tanto reconocimiento internacional como ella. Este premio lo que hace es que confirma la trascendencia de su obra, con una carrera más que fructífera”, dice el investigador del INBAL Alejandro Castellanos, quien destaca que su obra, a pesar de estar profundamente ligada a México, “toca la experiencia humana, que trasciende lo local”.

Ya con anterioridad, en 2008, Graciela Iturbide fue galardonada con el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad, considerado el equivalente al Nobel en fotografía, del cual sólo hay otro mexicano que lo ha ganado: su maestro, el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, en 1984.

Antropología poética

En cuanto a la característica que da la personalidad única de esta fotógrafa y viajera, los entrevistados coinciden —como señaló el mismo jurado de la Fundación Princesa de Asturias—en su enfoque íntimo, “antropológico y poético”.

Ella logra esa poética porque al final de cuentas hace un vínculo con las comunidades y los lugares a donde va. Cuando es así ya no puedes ver al pueblo Seri, por ejemplo, como nada más eso, no ves sólo a la mujer, sino a la matriarca de su hogar”, opina Lizbeth Ramírez, directora del Museo Archivo de la Fotografía, donde Iturbide presentó parte de su trabajo en 2023.

Tras dejar la carrera de cine, Iturbide acompañó a Álvarez Bravo como su asistente en varios viajes por México. Luego en búsqueda de una mirada propia, en la década de 1970 visitó varios países de América Latina, en especial Cuba y Panamá.

Después fue comisionada del Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista, para el que retrató al pueblo Seri, en el desierto de Sonora. Casi inmediatamente el artista Francisco Toledo la invitó a retratar el pueblo de Juchitán y la cultura zapoteca en Oaxaca. Este trabajo de casi una década le dio reconocimiento internacional y a finales del siglo XX comenzó a ser invitada a trabajar en países como Cuba, Alemania, Madagascar, Estados Unidos y Francia.

Graciela Iturbide-Princesa de Asturias
El jurado de los Premios Princesa de Asturias anunció el 23 de mayo de 2025 que Iturbide recibió el Premio Princesa de Asturias de las Artes. / Foto: AFP

Este vínculo también está ligado con un proceso creativo, que según la curadora Kristina Velfu, asidua estudiosa de la fotógrafa, combina la mirada técnica y la sorpresa: “Ella siempre dice que no fotografía lo que no le sorprende. Su obra no son fotografías planeadas y en búsqueda de algo específico, es más bien una observación artística de la existencia, un mirar con el alma, diría yo. Ella es capaz de ver en un momento espontáneo escenas surrealistas o con tintes de ensoñación”.

Fortaleza de mujer

Aunque con ciertos matices en cuanto a una militancia política, los entrevistados coinciden en que la mirada de Iturbide y su propia vida proponen una lectura sobre la “fortaleza de las mujeres”, como apunta Velfu.

“A ella le tocó entrar en un gremio que para la época no era tan fácil ser mujer y tampoco lo era trabajar personajes como los que ella retrató. Es un ejemplo de aferrarse a una vocación y al sueño de ser artista”, dice la curadora independiente, quien destaca que Iturbide fue de las primeras personas en documentar los baños de Frida Kahlo.

El curador del Museo de Arte Moderno (MAM), Carlos Segoviano, reconoce que Graciela Iturbide pertenece a una pléyade de artistas mujeres que “han luchado contra corriente para abrirse espacios y poder mirar de una manera distinta a como se ha hecho con una forma ortodoxa y continua desde una mirada heteropatriarcal”. El especialista estuvo a cargo de la muestra “Retratos para un ritual” en el MAM en 2023.

Graciela Iturbide
La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide posa para una fotografía en su estudio, diseñado por el arquitecto mexicano Mauricio Rocha, en la Ciudad de México, el 22 de octubre de 2021. / Foto: AFP

En distintos momentos Graciela Iturbide ha reconocido a Manuel Álvarez Bravo y Francisco Toledo como parte de sus principales influencias. Sin embargo, los entrevistados afirman que la lectura de sus fotografías sugiere toda una tradición visual y estética mexicana, que puede ir desde la fotografía de Nacho López, Gabriel Figueroa o Tina Modotti, hasta la imaginería del México del cine de oro, el muralismo y el arte prehispánico, ligado a la visión femenina.

“Sin duda también ya hablando en general del arte moderno y contemporáneo de México, la obra de de Graciela Iturbide se conecta con todo el misticismo y la sensualidad con que otras mujeres han realizado ensayos documentales o pictóricos sobre lugares como Chichén Itzá, que nos pueden remitir al trabajo de artistas como Frida Kahlo o María Izquierdo”, expone Segoviano.

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“La importancia que da a las texturas, a las siluetas, a los personajes, al color y folclor local, es de un largo aliento que termina por ser parte de esto que caracterizamos como el arte mexicano”, dice el curador, quien celebra que esta artista sea “capaz de llevar lo simple y lo marginal a un grado extraordinario y de meditación profunda para el espectador”.

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