Cafeterías dejan a la UNAM 8 millones de pesos al año
Durante 2024 la Universidad Nacional Autónoma de México rentó más de 300 espacios de venta de alimentos
Gloria López / El Sol de México
Las cafeterías y locales de comida dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le dejan ganancias de ocho millones de pesos al año.
Mediante una solicitud de transparencia realizada por El Sol de México, la UNAM detalló que alrededor de 334 cafeterías y espacios de venta de comida, así como 41 máquinas dispensadoras de café y refrescos dejaron ocho millones 730 mil 717 pesos en 2024.
Los estudiantes de la UNAM denunciaron este año que los precios de los alimentos que se venden en los comedores concesionados en Ciudad Universitaria y en otras escuelas son excesivos. Acusan que, en ocasiones solo pueden consumir una comida al día y se ven en la necesidad de comprar o consumir en las cafeterías o locales donde venden comida más económica.
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Los alumnos rechazan el programa de apoyo nutricional anunciado por la universidad: “no responde a sus necesidades”, afirmanLa UNAM adjudica sus espacios comerciales. La persona física o moral que lo opera está obligada a pagar una contraprestación por el uso del espacio y todos los ingresos captados se integran al presupuesto de la Universidad para que, a través de la Secretaría Administrativa de la UNAM, se destinen a proyectos o programas institucionales.
En un recorrido realizado por este diario en cafeterías y locales de venta de comida en las facultades de Ciencias Políticas, Economía y Medicina, los comerciantes externaron que el alza de los precios en los productos ha ocasionado que les cueste trabajo mantenerlos a bajo costo, así como cubrir la cuota.
Una de las comerciantes, quien pidió anonimato por seguridad, dijo que lleva más de 50 años vendiendo comida en diversos espacios de la universidad. Ha pagado desde mil 500 hasta cuatro mil 500 pesos al mes por la concesión o lugar.
“La situación es muy difícil y nos cuesta mucho trabajo mantener los precios bajos, pues los productos suben, la comida sube y nosotros podemos mantenerlos al mismo precio, además de que tenemos que dar un pago por el espacio”, expresó.
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La comerciante contó a El Sol de México que este pago que da de manera mensual al Patronato Universitario le ha permitido mantener el espacio para vender sus productos que van desde refrescos, papas, dulces y sandwiches, pero sus ventas han bajado debido a que ya no cuenta con la misma mercancía y productos.
“Ya no puedo hacer la misma inversión de antes, antes vendíamos chapatas, tortas y teníamos o nos alcanzaba para comprar más mercancía, ahora hasta se ve vacío, pero seguimos vendiendo aquí”, expresó.
La UNAM señala que los espacios comerciales dentro de las instalaciones universitarias se asignan mediante un proceso de adjudicación, y para ello, deben estar registrados en el Catálogo de Proveedores de la Dirección General del Patrimonio Universitario.
Las personas que forman parte del catálogo deben registrar sus datos con los requisitos y documentos que se soliciten.
“Cuando existe el requerimiento de alguna Dependencia o Entidad Universitaria respecto a un servicio susceptible de ser brindado, el espacio se encuentre disponible, o se construye uno en cualquiera de las instalaciones universitarias, la Dirección General del Patrimonio Universitario, seleccionará del catálogo de proveedores, aquellos que cumplan con las condiciones para prestar el servicio requerido, y realizará el proceso de adjudicación de acuerdo a los Criterios y Lineamientos del Comité de Licitaciones del Patronato Universitario, para otorgar la autorización correspondiente”, detalla.
En otro local, donde venden hamburguesas con papas y aguas de sabor, uno de los trabajadores dijo que a pesar de que los precios de los productos llegan a subir, intentan que sus paquetes no cuesten más de 90 pesos para que los alumnos puedan pagarlo.
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“Por ejemplo la papa a veces sube de precio, pero intentamos que los precios no pasen de 90 pesos, que sea la hamburguesa, papas y una botella de agua de jamaica o de horchata”, expresó.
En otras cafeterías, donde además de café se venden chapatas, tortas, sincronizadas, pan, aguas, refrescos y dulces, los vendedores se mostraron herméticos y no quisieron hablar sobre el tema.
De acuerdo con la solicitud, los espacios comerciales para que las personas puedan vender comida existen desde la creación de Ciudad Universitaria, en 1950.