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Puebla23 de mayo de 2025
Análisismiércoles, 30 de abril de 2025

La urgencia de construir una sociedad libre de violencia

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La violencia, en sus múltiples formas, sigue siendo un desafío persistente en nuestra sociedad. Lamentablemente, en muchos hogares y espacios públicos mexicanos, ciertas manifestaciones de agresión o discriminación se han normalizado con el tiempo. Esta normalización silenciosa no solo atenta contra la dignidad humana y menoscaba los derechos y libertades, sino que también contribuye a deteriorar el tejido social y, posiblemente, a la complejidad del entorno en el que prospera la actividad delictiva. Romper este ciclo de normalización es una tarea urgente que requiere el compromiso de todos.

Los datos del Estado de Puebla, por ejemplo, reflejan esta cruda realidad. La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2021), estima que un porcentaje significativo de mujeres de 15 años o más han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Esta cifra subraya la necesidad apremiante de contar con servicios adecuados que brinden atención inmediata y oportuna, permitiendo a las personas transitar hacia una vida libre de violencia, con atención efectiva, gratuita y confidencial.

Frente a este panorama, surgen iniciativas estatales enfocadas en contrarrestar la violencia y ofrecer un refugio seguro y apoyo integral. En Puebla, se han puesto en marcha las Casas Carmen Serdán, que buscan ser un faro de luz, proporcionando servicios integrales para prevenir y erradicar la violencia, especialmente aquella dirigida contra mujeres, niñas, niños y adolescentes. Estos espacios están diseñados para ofrecer atención multidisciplinaria y especializada, incluyendo apoyo psicológico, médico y jurídico. Se conciben como lugares seguros donde las víctimas pueden encontrar albergue y empoderamiento para evitar regresar a situaciones de riesgo.

Este esfuerzo estatal se alinea con principios de humanismo mexicano y bioética social, priorizando el bienestar de las poblaciones más vulnerables. La colaboración interinstitucional es fundamental, trabajando de la mano con instancias de justicia para garantizar la investigación y la emisión de medidas de protección.

La construcción de una sociedad libre de violencia no puede recaer únicamente en una o pocas instituciones; es una labor colectiva que exige la colaboración estrecha y paralela entre el gobierno en sus distintos órdenes, las escuelas y la sociedad en general. Promover el trato respetuoso e igualitario entre mujeres y hombres, así como el respeto a la dignidad de cada persona, debe comenzar en el seno de los hogares y fortalecerse en las instituciones públicas y privadas. La educación, por ejemplo, debe ser intercultural y promover la convivencia armónica, el respeto a las diferencias y la inclusión social. La atención al desarrollo integral de la juventud y la prevención social de la violencia son cruciales para el futuro.

Al invertir en la conciencia y el respeto desde la infancia y la adolescencia, sentamos las bases para un cambio cultural profundo a mediano y largo plazo. Esto, a su vez, puede generar mejores ambientes laborales, escolares y comunitarios en general, impactando positivamente la calidad de vida de la población. El Estado tiene la responsabilidad de establecer instituciones y políticas públicas que garanticen el ejercicio efectivo de los derechos y el desarrollo integral, diseñadas y operadas conjuntamente con los grupos involucrados.

Nuestro marco jurídico nacional reconoce la composición pluricultural y multiétnica de la Nación y prohíbe cualquier forma de discriminación que atente contra la dignidad humana. A nivel estatal, la ley orgánica de la administración pública de Puebla establece que la administración debe ser eficaz, eficiente, congruente y planeará el desarrollo económico y social de manera integral y equilibrada. Diversas secretarías tienen atribuciones para vincularse y coordinarse con los sectores público, privado y social, así como para promover la participación ciudadana en asuntos sustantivos. Existe además una Junta de Asistencia Privada dedicada al cuidado y coordinación de instituciones privadas de asistencia y un sistema de asistencia social que busca la interrelación sistemática de acciones de instituciones públicas, sociales y privadas. Incluso se contempla la colaboración entre el sector público y el privado en la prestación de servicios y el impulso del desarrollo.

Ante la magnitud del reto y la necesidad de garantizar la continuidad y el alcance de estos esfuerzos en cada rincón del estado, desde los municipios más grandes hasta las micro regiones con mayores índices de rezago, ¿sería posible que una estructura más robusta, quizá una que integre y potencie la colaboración ya existente entre los sectores público y privado, pudiera servir como un pilar fundamental para fortalecer y expandir esta red de asistencia y prevención en todo el territorio, asegurando así su permanencia, de programas como Casas Carmen Serdán, más allá de coyunturas administrativas y articulando de manera más efectiva los recursos y acciones de todos los niveles de gobierno y la sociedad civil organizada?

La construcción de una sociedad libre de violencia es una tarea de todos. Iniciativas como las que se impulsan en Puebla marcan un camino. Reflexionemos sobre cómo podemos, individual y colectivamente, asegurar que este camino nos lleve a un futuro donde el respeto y la igualdad sean la norma, no la excepción. El compromiso sostenido y la colaboración de todos los sectores son esenciales para sembrar la paz que florecerá en las próximas generaciones, qué mejor manera de festejar el día del niño.

serdan_mx

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