Estudio revela a qué edad llega la factura de los malos hábitos
Los adolescentes suelen adoptar malos hábitos que con el paso de los años deterioran su salud
Jesús Suárez / El Sol de Puebla
Durante la adolescencia y la juventud es común que se adopten hábitos poco saludables, como dormir mal, alimentarse con comida chatarra, fumar, beber alcohol en exceso o pasar muchas horas frente a pantallas; a esa edad, es fácil sentir que el cuerpo puede con todo, por lo que no se hace nada para cambiarlos.
En esa etapa es común pensar que esos comportamientos no tienen consecuencias inmediatas, lo que hace que se repitan con frecuencia sin mucha preocupación, sin embargo, diversos estudios científicos han demostrado que los efectos negativos de estas costumbres pueden aparecer años después.
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Por ejemplo, tener una mala alimentación o evitar la actividad física puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón o diabetes en la adultez; también se ha encontrado que fumar o beber en exceso en ese momento de la vida puede dañar el cerebro.
Los hábitos de los jóvenes
Las malas conductas, como el consumo de alcohol, tabaquismo o no dormir bien, comienzan a aparecer desde muy temprano, incluso antes de los 16 años, esta edad resulta clave, ya que marca un punto de cambio en el comportamiento.
A partir de ahí, los jóvenes tienden a inclinarse hacia hábitos saludables o, por el contrario, hacia acciones de mayor riesgo; esto fue detallado por la especialista Marta Arrue, de Universidad del País Vasco, quien analizó los hábitos de vida de más de dos mil jóvenes de entre los 13 y 26 años.
Los resultados revelan que muchos de estos jóvenes llevan una vida menos saludable de lo que ellos mismos creen; aunque piensan que están bien, sus hábitos indican lo contrario, además el aspecto más preocupante es la alimentación, seguido por el alcohol, la falta de ejercicio, los riesgos en las relaciones sexuales, el tabaco, las drogas y el mal descanso nocturno.
¿A qué edad empieza a cobrar factura?
Diferentes estudios han revelado que este tipo de hábitos tiene un gran impacto negativo en la salud al momento de llegar a la adultez, ya que se pueden presentar varios inconvenientes, principalmente alrededor de los 36 años.
Esta información fue compartida en un artículo de Annals of Medecine, donde se dieron algunos detalles que de las conductas que pueden generar este tipo de problemas, estas suelen ser las consecuencias más comunes:
Aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes o problemas cardiovasculares.
Se debilita la calidad del sueño, afectando el rendimiento y la concentración a largo plazo.
Reducen la autoestima y la percepción del bienestar general con el paso del tiempo.
Menor calidad de vida.
Esto igual puede afectar la salud mental, pues se observó que quienes tienen rutinas más sanas presentan una mejor autoestima, mayor bienestar emocional y menos señales de problemas psicológicos. Además, una buena salud mental facilita mantener hábitos saludables, creando un ciclo positivo.
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En cuanto al género, las mujeres presentan más conductas de riesgo que los hombres, especialmente en temas como el sedentarismo, el consumo de tabaco, la falta de descanso y los riesgos sexuales; los varones, en cambio, destacan negativamente por su dieta, y el uso de alcohol y drogas.
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