Policías denuncian jornadas laborales extenuantes: “No somos robots”
Los agentes municipales tienen programada para este jueves otra reunión con el presidente municipal, José Chedraui Budib, donde tratarían temas como los horarios de trabajo
Martha Cuaya
Jornadas laborales de hasta 36 horas, falta de equipamiento, malos tratos y nulas capacitaciones son las principales situaciones problemáticas a las que se enfrentan diariamente los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Puebla, quienes tienen programada para este jueves otra reunión con el presidente municipal José Chedraui Budib, donde tratarían nuevamente estos temas.
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“Tenemos turnos de 24 horas y en ocasiones se extienden a 36 horas, son turnos exagerados, somos seres humanos, comemos, tenemos familia, necesitamos descansar”, refiere Sofía, uniformada de la SSC, quien indica que la falta de descanso interviene en el rendimiento al combatir la inseguridad en la capital.
Expone que pese a que tienen jornadas laborales excesivas, no hay empatía de los altos mandos para permitirles entrar más tarde en su siguiente jornada, lo cual ha desencadenado que los policías se enfermen.
Señala que no son “robots” para poder laborar las 24 horas los siete días de la semana. Incluso, comenta que alrededor del 80 por ciento de los compañeros son padres o madres de familia, que tienen otras actividades que atender, por lo cual esto solo los desgasta poco a poco.
Imagínate no comer a tus horas, que te manden a atender una situación de inseguridad y que acabes hasta tarde, que sobrepases tu turno de 24 horas y que no puedas descansar, claro que te pega, somos seres humanos, no tenemos una batería infinita,expresa.
Añade que les hace falta equipamiento, cómo los uniformes, pues desde la pasada administración no se les han entregado y los que se dieron en dicha gestión municipal de Adán Domínguez Sánchez, fueron de mala calidad. Esto, apunta, solo es muestra de que aunque se diga que la policía municipal es prioridad, no es así.
“No nos eximimos de que tengamos alguna capacitación por parte de la academia para la preparación de nosotros, pero la verdad son excesivas las jornadas laborales, hay compañeros que se han enfermado”, opina.
Capacitación es necesaria
Rodolfo, agente policial, agrega que la falta de capacitación se suma a esta problemática en la que viven, pues refiere que la violencia ha escalado de tal manera que hay situaciones en las que ya no se sabe con exactitud cómo actuar. Así pasó, según menciona, en el bar Mallet ubicado en Angelópolis, donde dos uniformados no intervinieron en una riña.
Aunque sus compañeros fueron sancionados por no haber mediado la situación, luego de que esperaban apoyo de más elementos, pues eran más de siete personas contra dos uniformados, señala que son estas cuestiones en las que temen por su integridad.
Arisbeth, otra elemento de la SSC, agrega que los policías hicieron lo que pudieron y seguramente dudaron en frenar la trifulca porque solo eran dos agentes, por lo que pensaron que saldrían golpeados o algo peor. A esto se le suma que actualmente viven en el hartazgo de que son exhibidos por diversas cuestiones a través de las redes sociales y los critican por todo.
Yo creo que el ambiente ya estaba muy tenso en ese momento, todos los días nos enfrentamos a este tipo de situaciones donde siempre sale el que es hijo de un político, conocido de un mando de la corporación o que simplemente estén bajo el influjo de alcohol o drogas. No justifico a los compañeros porque creo que antes de llegar el apoyo, por lo menos debieron utilizar comandos verbales para tratar de calmar la situación; sin embargo, muchas veces ya no sabemos cómo actuar porque en la corporación todo es suspensión o te abren un proceso legal,asevera.
Buscan mandos adecuados
Roberto, uniformado desde hace más de cinco años, también menciona que independientemente de todo lo ya expuesto, hacen falta mandos adecuados para manejar la corporación, pues pareciera que no saben cómo manejar la seguridad y la adecuación de estrategias. Los cambios de personal son recurrentes y colocan a personas que no tienen experiencia como si les hicieran “un favor”.
El claro ejemplo, señala, es Gustavo Alonso González Zapata, quien era subsecretario de Operatividad Policial y quien había sido amenazado en un video el año pasado por parte del grupo criminal denominado “La Barredora”, por tener nexos con delincuentes.
Agrega que a esto se sumaban los malos tratos del extitular de la SSC, Fernando Rosales Solís, pues la actitud hacia “la tropa” siempre era grosera, ya que refería que no podía ser quitado del cargo, puesto que su designación fue por Omar García Harfuch, titular de Seguridad Nacional, aunque esto no fue comprobado.
El exsecretario es una persona déspota con los elementos, somos servidores públicos, pero somos personas, el trato que tenemos por parte del exsecretario era muy malo desde que llegó a la administración. La verdad los tratos se han salido mucho de control y es muy estresante,comparte.
Esta situación es la que viven día a día los elementos policiacos, aseguran, y que se venía arrastrando desde años atrás, estalló cuando dos policías fueron ultimados el 1 de marzo, después de escoltar al entonces subsecretario de Operatividad Policial.
Los hoy occisos fueron identificados como Alejandro, quien mantenía los gastos de su padre que padece cáncer, pero que ahora ya no podrá seguir costeando el tratamiento médico, y Edgar, quien dejó de ser el sustento de su esposa y sus dos hijos.
El pasado 1 de marzo los elementos de seguridad se dieron cita frente al Palacio Municipal y exigieron la destitución del entonces titular de la SSC, Fernando Rosales Solís y de Gustavo Alonso González Zapata, quien era subsecretario de Operatividad Policial.
Tras casi 20 horas de manifestación, Gustavo presentó su renuncia y luego de tres días, el presidente municipal de Puebla José Chedraui Budib, informó la renuncia de Fernando Rosales Solís.
Rosales Solís dejó el cargo en la capital, pero se integrará a la estructura de lo que será la Subsecretaría de Política Criminal Vinculación y Protección Civil que estará adscrita a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) federal.
Se debe dar seguimiento a la capacitación
A decir de especialistas en materia de seguridad, hay muchas fallas que desencadenan la omisión de elementos policiacos, pero estas derivan desde los altos mandos.
Juan José Hernández López, director del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal “IGAVIM”, asegura que la falta de actuación de los uniformados o su forma de intervenir debe ser supervisada. Refiere que la capacitación teórica no es la misma a la práctica y estas deben tener un seguimiento.
En entrevista, sostiene que para saber que los talleres son eficaces debe haber una medición, de lo contrario, solo “se cumple por cumplir”, pero no funcionan.
La capacitación no solo se centra en ir a un curso escuchar y anotar, no es nada más eso, pues esta debe terminar cuando se da un seguimiento, es decir, qué tanto se aprovecha en el área laboral para que sea eficiente su trabajo,acentúa.
A su vez, Eder Vásquez Espinoza, profesor de la facultad de Derecho de la UPAEP, abona que la conducta de omisión de las autoridades es un patrón reiterado, el cual se debe a que tal vez las sanciones no son suficientes.
La falta de rendición de cuentas también es una cuestión que permite que exista omisión en el actuar de los policías, ya que muchas veces solo se anuncia que se investiga a los uniformados a pie, pero los altos mandos encargados de la operatividad no son castigados.
Cuando no hay una rendición de cuentas sobre la responsabilidad que tienen las autoridades por omisión, entonces se refuerza esta situación (…), habría que informar a la ciudadanía en qué se traduce el procedimiento, qué sanciones derivan del mismo,expone.
Al no existir algún tipo de sanción contra los mandos policiales se habla, según menciona Eder Vásquez, de una complicidad.
Agrega que para una mejora en toda la corporación, de igual manera es importante tener estándares más altos, donde los uniformados tengan un mejor perfil educativo y se hagan certificaciones constantes, de lo contrario se continuará arrastrando a aquellos involucrados en actos de corrupción u otros delitos.
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“Hay una debilidad en la que no hay renuncias de los mandos. En Puebla no hay consecuencia para los mandos, entonces se puede traducir en un síntoma de complicidad”, asegura.
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