Docente abusó de una niña de segundo de primaria en SLP
La madre de la niña relató que fue contactada por las autoridades escolares, quienes le informaron de la situación y le aseguraron que no solo su hija había sido afectada
Alejandra Ruiz
Un estudio del DIF estatal reveló que una estudiante de segundo año de primaria de la escuela Genovevo Rivas Guillén, perteneciente al SEER, en el barrio de San Miguelito, en donde señalaron a la directora María Magdalena Mendoza Vega, y la subdirectora Rocío Nieto de estar coludidas del abuso físico y sexual de una niña de 7 años y 4 casos más que se están investigando.
Al ser cuestionada por su familia, la menor señaló como responsable a su profesor de computación, identificado como Ezequiel.
La madre de la niña relató que fue contactada por las autoridades escolares, quienes le informaron de la situación y le aseguraron que no solo su hija había sido afectada. Sin embargo, denunció que la escuela le hizo firmar un documento en el que se le describía como “niña precoz” a su hija y se insinuaba que su contexto familiar - al ser hija de una madre autónoma- influía en sus declaraciones sobre su abuso.
“Yo siento que no debieron proteger al maestro, sino tomar medidas inmediatas”, expresó la madre, quien solicitó la presencia de autoridades ante lo que consideró un intento de intimidación.
La dirección escolar informó que el docente fue separado del cargo mientras se realizan las investigaciones y que la denuncia ya fue interpuesta. No obstante, algunas madres de familia ya acudieron a la Procuraduría de protección de niñas, niños y adolescentes, para presentar sus propios señalamientos.
La abuela de la menor, también señalo que la pequeña fue obligada a firmar un documento sin explicaciones ni el respaldo de la familia, menos sin un abogado o respaldo jurídico que les asistiera. “Ella no es mayor de edad, pero la hicieron firmar algo cuando estaba vulnerable. Nos dijeron que era por su bien, pero ni siquiera nos dieron una copia”, denunció.
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La madre y la abuelita de la menor que cursa el segundo grado de primaria, exigieron justicia y todo el peso de la ley contra el maestro de computación señalado, identificado como Ezequiel. También pide la salida de la directora y la subdirectora de la institución, a quienes acusa de encubrir el caso y revictimizar a su nieta.
“Nos preocupa que no solo él siga aquí, sino también quienes lo protegieron. Si la directora y la subdirectora permitieron esto, ¿qué más han permitido?”, expresó la abuela, quien ha acompañado a su hija en la denuncia.
La familia señala que, en lugar de actuar de inmediato para proteger a las niñas, las autoridades escolares minimizaron la situación y hasta hicieron firmar un documento a la menor en el que la calificaban como “niña precoz”, insinuando que su contexto familiar influía en su testimonio.
“Ella no entendía lo que pasaba, pero la hicieron firmar algo en un momento de mucha angustia. No nos dieron copia, no nos consultaron como familia”, denunció la madre.
Un impacto emocional profundo
Desde que se destapó el caso, la pequeña ha cambiado. “Antes era una niña risueña, le gustaba ir a la escuela, pero ahora pregunta si tiene que volver, si el maestro sigue ahí. No se da cuenta al cien de lo grave que es la situación, pero sabe que a esa escuela no volverá” cuenta la abuela.
El miedo y la incertidumbre han alcanzado a toda la familia. “Es una pesadilla. Mi hija está rota, y yo también. La abuelitaestá destrozada. Nos sentimos solas, porque en vez de que la escuela nos respaldara, nos quisieron callar”, relató la madre.
La abuela, por su parte, lamenta la impotencia de ver a su nieta afectada y a su hija luchando contra una estructura que, en lugar de proteger, encubre. “No debería ser así. La escuela tendría que ser un espacio seguro, pero aquí quisieron hacer como que nada pasaba”.
A pesar del desgaste emocional, madre y abuela se han unido con otras familias para exigir justicia. “No nos vamos a callar, queremos que se haga justicia no solo por mi nieta, sino por todas las niñas que han pasado por lo mismo”, afirma la abuela.
La familia ha solicitado que se garantice la seguridad de las menores y que se investigue no solo al maestro, sino también a la dirección escolar. “No queremos que sigan aquí. No confiamos en ellos”, señalan.
El caso sigue en investigación y la familia insiste en que no pararán hasta que se haga justicia. “Nos han querido intimidar, pero nosotras no vamos a ceder. Mi hija tiene derecho a estar segura, a volver a sonreír”.
Por otro lado se confirmó que el maestro tiene medidas cautelares aplicadas por el SEER y ya esta en investigación el caso.