Rafael Monjarás: 40 años formando a jóvenes con pasión y entrega en Soledad
Para el maestro Rafael, la Secundaria Técnica No. 31 fue mucho más que un lugar de trabajo: fue su casa, su proyecto de vida, su espacio de transformación mutua junto a cientos de adolescentes
Alejandra Ruiz
En el marco del Día del Maestro, que cada 15 de mayo celebra la vocación, liderazgo y compromiso de quienes dedican su vida a la enseñanza, hoy destacamos una historia que simboliza la esencia misma del magisterio: la del maestro Rafael Gerardo González Monjarás, quien durante 40 años de servicio ininterrumpido dejó una huella imborrable en generaciones de estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica No. 31, turno vespertino, donde desarrolló toda su trayectoria profesional.
De la agronomía al aula: una vocación inesperada
Egresado como Ingeniero Agrónomo en 1979, González Monjarás inició su camino laboral en la Secretaría de la Reforma Agraria. Sin embargo, su destino cambiaría radicalmente en octubre de 1983, cuando surgió la oportunidad de integrarse como docente al sistema de secundarias técnicas. Lo hizo con entusiasmo y determinación, aceptando un reto mayúsculo: educar y motivar a jóvenes en una escuela que, en ese entonces, se encontraba fuera de la ciudad, alejada de muchas oportunidades.
“Había que convencerlos de que el estudio era la vía para superarse. Muchos venían de contextos difíciles, pero ahí estaban, con ganas de aprender. Esa fue siempre mi mayor motivación”, recuerda el maestro, con la mirada orgullosa y serena de quien ha dedicado la vida a servir a los demás.
Una vida entera en la Técnica 31
Para el maestro Rafael, la Secundaria Técnica No. 31 fue mucho más que un lugar de trabajo: fue su casa, su proyecto de vida, su espacio de transformación mutua junto a cientos de adolescentes. Desde el 16 de octubre de 1983, día de su ingreso, hasta el 30 de septiembre de 2024, fecha de su jubilación, cada ciclo escolar significó un nuevo reto, una nueva oportunidad para inspirar.
“Las formas han cambiado mucho. Empezamos con pizarrón y gis, ahora usamos computadoras, proyectores, plataformas. Pero algo no ha cambiado: la importancia del maestro. La tecnología es un apoyo, pero el maestro sigue siendo el guía, el modelo, el acompañante”, asegura.
Más que enseñar: formar personas
Para González Monjarás, la función del maestro va más allá de transmitir conocimientos. “Uno se convierte en figura a seguir. Los jóvenes te miran, te escuchan, y muchas veces encuentran en ti al adulto que les da seguridad y confianza. Por eso, ser maestro implica exigirse todos los días: mejorar, aprender, dar lo mejor, porque de eso depende el camino de quienes te tienen como referente.”
Durante cuatro décadas, el maestro Rafael no solo enseñó materias: formó ciudadanos, motivó sueños, acompañó procesos y celebró logros. “Me tocó ver exalumnos convertirse en profesionistas exitosos, personas que ahora lideran en distintos ámbitos. Eso es lo que más me llena: saber que fui parte de ese proceso”, expresa con emoción.
Un homenaje merecido
En este Día del Maestro, el reconocimiento a la labor del maestro Rafael Gerardo González Monjarás es también un homenaje a todos los docentes del sistema de Secundarias Técnicas, quienes día a día enfrentan desafíos, se reinventan, y continúan creyendo que la educación transforma vidas.
Su historia nos recuerda que enseñar no es solo una profesión, es un acto de amor y de esperanza. Y que detrás de cada persona que alcanza sus metas, casi siempre hay un maestro que alguna vez le dijo: “Tú puedes”.