Aumentan solicitudes de apoyo al banco de alimentos por inseguridad y desempleo en Culiacán
Actualmente se atiende a cerca de 60 mil personas al año en 95 comunidades rurales de ocho municipios de Sinaloa
Mario Núñez
Desde febrero a la fecha, han llegado más de 15 mil peticiones de ayuda, y los números no dejan de subir, a cada nombre que entra le sigue una historia de pérdida de empleo que se fue, el negocio que cerró, la despensa que ya no alcanza.
El presidente del Banco de Alimentos de Culiacán, Daniel Tapia Sánchez, advirtió que el instituto atraviesa una de las etapas más críticas de su historia debido a un aumento sin precedentes en la demanda de apoyo alimentario y la disminución drástica en donaciones.
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“Lo más duro ha sido ver cómo este año, sobre todo desde marzo, nos desbordó. Gente que nunca había pedido apoyo ahora viene con la cabeza agachada. Han cerrado negocios en el centro, en colonias populares, y las familias no tienen ni para comer”, expresó.
La demanda de apoyo alimentario aumentó un 300 por ciento en los últimos meses, pero el apoyo, en especie o efectivo, no creció al mismo ritmo.
“Casi se ha reducido a cero”, lamenta Tapia. “Estamos batallando para recaudar alimento y dinero. Nos hemos quedado sin lo básico para poder ayudar”.
Tapia Sánchez indicó que también ha habido un incremento en la demanda de comunidades rurales como San Ignacio, Elota y algunas sindicaturas de Culiacán, golpeadas por la inseguridad.
Problema
A este panorama se suma la invasión del terreno destinado para la construcción de un nuevo banco, un proyecto con el que se pretendía atender a cerca de 400 mil personas en situación de pobreza alimentaria en Sinaloa.
“Ese terreno sigue invadido desde el año pasado y el gobierno no ha hecho nada por ayudarnos”, reclamó.
En ese sentido, Tapia Sánchez acusó que pese a múltiples solicitudes de apoyo a la Secretaría General de Gobierno y otras dependencias estatales, el Banco de Alimentos ha sido ignorado.
“Tenemos 26 años apoyando a la población y 26 años siendo ignorados por el gobierno del estado. No nos consideran un aliado, aunque lo somos”, expresó.
Actualmente, la organización atiende a cerca de 60 mil personas al año en 95 comunidades rurales de ocho municipios, incluyendo Culiacán, Elota, Cosalá, Angostura, Mocorito, entre otros.
Daniel Tapia hizo un llamado urgente tanto a la sociedad como a las autoridades: “Hoy más que nunca necesitamos que empresarios y ciudadanos se sumen, pero sobre todo, que el gobierno del estado deje de ser omiso y nos apoye. Imaginen lo que podríamos lograr si realmente nos consideraran aliados”.
Beneficiarios
Silvia Chiquete de la colonia Progreso, tiene alrededor de ocho meses apoyándose del alimento que otorga esta institución, ya que la inseguridad y la falta de empleos han provocado que el llenar el sustento a casa sea más difícil.
“Llevo ocho meses viniendo”, confiesa mientras acomoda la bolsa de verdura, latas y demás alimentos para su casa.
La madre de familia expresó que cada mes les cambian el alimento entregado, por lo que a veces es frijoles, atún y verduras, mismos que ayudan al alimento diario de cuatro habitantes en su hogar.
“Con esto ahorro hasta mil pesos de despensa”, dice mientras acomoda lo que las verduras que le han dado.
Silvia invitó a más gente que se anote o vaya; ya que asegura es un apoyo real.
Por otra parte, desde la colonia Buenos Aires, Yuri Peña ha encontrado algo más que una despensa, ya que considera es un apoyo comunitario ante la necesidad que enfrentan por la situación que se vive actualmente de inseguridad y crisis económica.
Desde hace apenas dos meses, ella y su familia comenzaron a acudir al Banco de Alimentos de Culiacán, y el impacto ha sido inmediato.
“Somos cinco en la casa, y lo que recibimos aquí nos ayuda mucho para el día a día”, dice Yuri, mientras comenta lo que contienen los paquetes que les entregan; frijol, atún, fruta, verdura.
“A veces nos dan un montón de cosas y para que no se nos eche a perder, las repartimos con mi tía, con vecinas. Así ayudamos a más personas”.
Yuri no acude sola, va con su madre, quien también aprovecha la oportunidad para compartir lo que recibe con quienes más lo necesitan.
En una época en la que la inseguridad ha frenado la economía y arrebatado empleos, la solidaridad se convierte en una forma de resistencia.
“Todo el tiempo ha habido inseguridad, pero ahorita está más fuerte. Este apoyo es para quienes se quedan sin trabajo, para quienes ya no tienen cómo sostener su casa. Es algo que se agradece, porque no todos lo hacen”, comentó la beneficiaria.
En ese mismo sentido y como forma de ayudar un poco en su hogar, Graciela Cárdenas encuentra en el Banco de Alimentos un respiro cada vez que acude, desde hace más de tres años, lo cual para ella este apoyo se ha convertido en una ayuda fundamental para su familia.
“Me ha beneficiado muchísimo, porque hay veces que no hay nada. Uno viene aquí, ve lo que están dando, y ya con eso se puede hacer comida para el día”, expresó.
Graciela, es vecina de Alturas del Sur y explicó que aunque el apoyo no es abundante, dijo que sabe administrarlo. “El frijol, por ejemplo, lo voy juntando hasta tener suficiente para prepararlo”.
Graciela vive con otra persona y también apoya a su hija con parte de la despensa que recibe.
Ella se enteró del programa a través de un conocido y, desde entonces, no ha dejado de acudir. La historia de estas familias es igual a las más de 15 mil familias en Culiacán que hoy en día, han solicitado apoyo en los últimos meses debido al cierre de negocios y la pérdida de empleos, en un contexto agravado por la inseguridad y el abandono de programas sociales.
El Banco de Alimentos, a pesar de enfrentar sus propios retos, sigue siendo una tabla de salvación para muchas personas como Silvia, Yuri y Graciela.
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