Autismo y pirotecnia: cómo el ruido afecta a los más pequeños
La población infantil dentro del espectro autista puede experimentar dolor ante sonidos fuertes
Mariela Macay
Para los niñas y niños que se encuentran dentro del espectro autista tronar cohetes en Navidad y Año Nuevo lejos de ser divertido puede convertirse en una pesadilla ya que en algunos casos este sonido les provoca dolor intenso.
La población infantil y juvenil que tiene esta hipersensibilidad auditiva puede llegar a sufrir dolor con estímulos auditivos muy fuertes.
“Lo que quizá para ti y para mí no sea algo tan aversivo como una licuadora o la sirena de una ambulancia o los cohetes a ellos les puede causar dolor físico”, declaró a EL SOL DE TAMPICO, la psicóloga del Centro de Neurodesarrollo y Apoyo a la Familia (Cenyaf).
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¿A quién afecta la desintegración sensorial?
Detalló que este problema de desintegración sensorial no sólo afecta a niños que están dentro del espectro autista, sino a aquellos que nacieron prematuros con algunos retrasos cognitivos.
“Los chicos ya más grandes, que son verbales, nos han hablado al respecto, nos han dicho que les duele la cabeza, que se cansan mucho de estar escuchando ese tipo de estímulos”, informó.
Señaló que es más complicado para los pequeños que están dentro del espectro autista en un nivel dos o tres que al no ser verbales no pueden explicar lo que siente y que tampoco toleran usar audífonos para bloquear el sonido.
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Recomendaciones para lidiar con la situación
Para abordar este tema el Cenyaf ha establecido dos vertientes prioritarias:
Concientización de la sociedad
Atender a las familias
“Se puede usar la pirotecnia que no produce sonidos como las luces de bengala, solo chispitas, pero no hay un sonido como tal, los invitamos también a que creen nuevas tradiciones”, explicó .
Para ello el Cenyaf realiza infografías e imparte pláticas, su objetivo es que estos temas lleguen a todos aquellas personas que gustan de detonar cohetes y que ignoran el daño que causan.
Detalló que es necesario trabajar con los niños durante todo el año en cuanto a la sensibilidad del sonido, lo que implica desde enseñarles a usar audífonos e integrándolos paulatinamente con distintos tipos de ruido.
“Esto es una terapia que se les da para que ellos vayan tolerando poco a poco los sonidos en ambientes controlados como es en un consultorio de terapia, para que ya después cuando tengan el estímulo real no sea tan aversivo para ellos”, indicó.
“Les damos opciones de tipos de música o tipos de sonido que pueden neutralizar el sonido que haya allá afuera y, entonces, ellos pasan estas noches protegidos en un cuarto donde no entre mucho ruido, con ruido blanco o con música clásica”, agregó.
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La especialista precisó que hay quienes piensan que los niños rechazan estos sonidos porque les genera miedo, sin embargo, esto va más allá, llega al dolor.
“Unos piensan que solamente es algo como de su educación o de que los padres no los han enseñado a ser valientes, la diferencia es que realmente hay una afectación, un sufrimiento físico”, finalizó la psicóloga que explicó cómo afecta el ruido de los cohetes a los niños que están en el espectro autista.