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Tijuana2 de junio de 2025
Análisismartes, 29 de abril de 2025

Expediente Confidencial / Trump: 100 días

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Hoy se cumplen 100 días desde que Donald Trump asumió su segundo mandato como presidente de Estados Unidos.

Y hoy los noticieros de TV y radio, los diarios, los portales noticiosos, se han llenado de análisis que lo describen como un villano ñaca-ñaca, como lo peor de lo peor, como un truhán que nada bueno está haciendo.

Una visión que está íntimamente relacionada con la era mediática que vivimos en la actualidad, una donde los medios y periodistas son la voz de sus patrocinadores -legales o ilegales-.

Y esos patrocinadores están enojados con Trump.

Algunos tienen razón y autoridad ética para estarlo. Otros no

Por eso, le invito a que analicemos, más allá de esas visiones interesadas, qué está haciendo bien y que está haciendo mal el presidente Trump

LO MALO

Es indiscutible que, como decimos en México, al presidente Trump ya se le hizo bolas el barniz en el tema económico y, particularmente, en el comercial.

Es cierto que han bajado los precios del huevo, que llegaron a ser demenciales con Joe Biden. Pero así como no solo de pan vive el hombre, tampoco de huevos, ni literal, ni figurativamente

No es una reflexión al azar. Trump ha utilizado una estrategia que combina bravuconería -como cuando alguien llega y te da de manotazos en un escritorio para sacarte de balance- con decisiones superlativas que refuercen esa percepción.

Lo dijimos aquí hace varias semanas y lo reiteramos: Claro que la dictadura china se ha aprovechado de Estados Unidos, claro que llevan un cuarto de siglo haciéndose financieramente poderosos a base de secar a los Estados Unidos. Ahí están las cifras del Banco Mundial, que no dejan lugar a dudas: De 2001, hasta 2023, el PIB chino tuvo un crecimiento acumulado de 1098%, mientras Estados Unidos apenas llegó a 123%. Ese crecimiento no está sustentado en ningún milagro, magia o eficacia gubernamental, sino en brincarse todas las reglas. Es decir, China gana porque hace trampa todo el tiempo: brincándose las reglas laborales -los derechos de las y los trabajadores son prácticamente inexistentes; los salarios, paupérrimos-, brincándose las reglas medioambientales, brincándose los derechos humanos. Así cualquiera puede ganar en cualquier terreno. Hay un silencio unánime a esa permanente trampa de China, porque las empresas del primer mundo se benefician de la mano de obra barata y aumentan sus ganancias a costa de explotar trabajadoras y trabajadores chinos (y también de Vietnam y demás “socios” comerciales de la dictadura china, en realidad satélites)

Y claro que esa dictadura china tiene muchísimo dinero para pagar cabilderos, congresistas, “activistas”, ONG, medios y “periodistas” que griten a voz en cuello lo que a Xi Jinping y su nomenklatura le convenga ¿Se fija, por ejemplo, que poco se habla en los medios de las cosas malas que pasan en China?

Pero una cosa es eso y otra es pelearte con medio mundo.

Estados Unidos llegó a ser Estados Unidos por su magistral combinación de garrote y zanahoria. Por su felina aleación de lamidas y zarpazos. A la par que entregaba cuantiosas cantidades en “ayuda” al mundo -que, en realidad, siempre fueron ‘embutes’ para las élites de esos países-, exigía que se le cumpliera toda clase de cosas.

Un ejemplo: Clinton le entregó un financiamiento a México para resolver la idiotez de Salinas, de Gurría, de Serra Puche y la ‘novatada’ de Zedillo, al quebrar la economía mexicana en 1994, pero, a la par, pidió la llamada ‘certificación’, que era una estrellita de buena conducta puesta por la DEA

Ese siempre fue el trato de Estados Unidos con sus aliados y socios: garrote y zanahoria

Bueno, ahora Trump está usando solamente el garrote

Claro que había déficits comerciales pavorosos. Pero, ¿cuál es el objetivo de que vaya J.D. Vance a picarle la cresta a la Unión Europea en su primera visita al viejo continente, luego se la piques más con aranceles, y entre ambas cosas le pegues una zarandeada a Volodimir Zelenski, para terminar, en el funeral del papa, queriendo fumar la pipa de la paz con Ursula Von der Leyen, Emmanuel Macron y hasta con Zelenski? ¿Por qué así como Trump le dijo “para, Vladimir” a Putin, tras su más reciente ataque a Kiev, no lo hizo en su primera semana, al mismo tiempo que exigía a Zelenski que negociara? ¿Cuál es el objetivo de mentarte la madre con Europa, para luego querer llevar la fiesta en paz?

Una cosa es querer cambiar formas, fondos y métodos, otra es deshacer lo que tiene éxito ya probado ¿Cuál era la necesidad de una declaración como aquella de que Canadá debía ser el estado 51 de la Unión Americana, justo antes de la campaña electoral canadiense, donde Pierre Poilievre, un potencial aliado, llevaba una ventaja tremenda? ¿Por qué darle alas a los liberales canadienses imponiendo aranceles a su país justo antes de que se celebren elecciones allá? ¿Qué le costaba a Trump quedarse calladito hasta que Poilievre hubiera ganado? ¿Por qué insistió con lo del ‘estado 51’ -una verdadera tontería- en pleno día de las elecciones? Si eso no es un error de cálculo político, no sé cómo llamarle

Reagan, primero, y Bush padre, después, tuvieron la gran inteligencia de empujar gobiernos aliados en todo el mundo, particularmente en Europa y América Latina. En un solo caso tuvieron que usar la mano dura y fue con el panameño Manuel Antonio Noriega. De ahí en fuera, calladitos, tejiendo por debajo del agua, fueron poniendo gobernantes que les favorecían. Ni Bush padre, como vicepresidente de Reagan, ni Dan Quayle, tuvieron que hacer un ‘performance’ como el de Vance en Europa -que salió contraproducente, por lo demás-, para que, por ejemplo, Patricio Aylwin o Miguel de la Madrid, llegaran al poder en sus países

Trump se ha convertido en el mejor aliado de los “progresistas”, al servirles de espantapájaros. Con menos ‘show’ y más acción, Reagan acabó con el comunismo, que era un enemigo tanto o más poderoso que la actual dictadura china

En el mercado, no hay valor más supremo que la estabilidad. No es posible hacer negocios sin estabilidad. Y una condición ‘sine qua non’ para la estabilidad es que las reglas sean claras y no cambien constantemente. Una empresa no puede hacer negocios, no puede estar confiada de invertir, si no tiene reglas claras para, digamos, los próximos tres años, mínimo. Eso lo sabía hasta López Obrador, quien, desde el inicio de su sexenio, estableció un marco fiscal y anunció que no lo modificaría en largo tiempo. Y no solamente en lo fiscal. La estabilidad en las reglas se extiende a todo: aranceles, normatividad, tasas de interés, y un largo etcétera

Trump, precisamente, está acuchillando ese valor supremo. Las subidas y bajadas en las bolsas de tipo montaña rusa se deben a eso. El mercado no sabe qué esperar si hoy la UE tiene un arancel del 20% y mañana a Trump se le ocurre bajarlo a 10% o subirlo a 50% por razones que, además, no tienen que ver con el mercado -digamos, el fentanilo o que no se alinean a sus planes en otras materias-

Evidentemente, Peter Navarro, el asesor “estrella” de Trump en materia comercial, parece que aprobó las materias de su carrera dando botellas de whisky, porque es increíble, deveras increíble, lo que está sugiriendo

Se entiende que Trump quiere cumplir su promesa a los electores del ‘rust belt’ de que las factorías llenarán de nuevo sus comarcas. Pero la realidad es que ese tiempo ya se fue y, más bien, hay que proyectar un futuro distinto para esos millones de personas -que los demócratas, hay que decirlo, menosprecian y sobajan-, porque la industrialización es un barco que ya zarpó. Un ejemplo: Ante los mega aranceles a China, la decisión de Apple no fue llevar la producción del iPhone a Indiana, sino a la India. Las empresas tienen que dar resultados -entendido como un aumento en las ganancias- a sus accionistas. Y no hay forma en que producir el iPhone en territorio estadounidense les dé eso en términos de eficiencia contra costos

Como también hemos mencionado aquí, habría sido mejor si Trump hubiera enfocado su batalla económica hacia un solo objetivo: debilitar a China. Las razones hubiesen podido sustentarse, desde lo económico -el salvaje déficit comercial-, hasta lo político -la falta de derechos humanos y laborales en aquella nación-. Así, lo de Apple se habría podido presumir como un resonante triunfo. Ahora no es más que una demostración de que los aranceles solo pueden generar una especie de ‘efecto cucaracha’ en las decisiones de las empresas respecto a su producción

Y lo peor es que todas esas decisiones en el terreno comercial, que han acarreado grandes pérdidas bursátiles, le han minado el camino a Trump, llenándolo de enemigos que no eran sus enemigos al inicio de su mandato, pero que ahora lo son por esos perjuicios financieros que les ha causado, adscribiéndose a la máxima aquella de ‘the enemy of my enemy is my friend’, uniéndose, de facto, a quienes fueron los rivales de Trump desde el día uno

Por eso decíamos que el coro mediático de críticas a Trump refleja el enojo de quienes patrocinan al ‘mass media’. Si el escenario económico, en estos momentos, fuese estable, los demócratas “progresistas”, las narco ONG y sus “activistas”, estarían gritando en el desierto, pero su discurso se potencia porque, en el camino, se han encontrado a quienes, con razón, se han enojado con el presidente estadounidense

Y lo peor es que los narcos de cuello blanco llevan rato queriendo convencer al mercado de que la única forma de darle otra vuelta de tuerca al capitalismo, con resultados como los del neoliberalismo de Friedman, es legalizar las drogas, para convertirlas en un negocio multimillonario -el desastre social que eso implicaría, les importa tan poco como la explotación laboral infantil de Nike en Vietnam-. Si alguien cree que no va por ahí la cosa, basta leer esa reveladora declaración de María Corina Machado en una entrevista con Politiks, donde ella expresa estar en contra de la legalización de las drogas, pero afirma que hay “opiniones diferentes, producto de las fuerzas del mercado” (https://shorturl.at/M8tVr). La estrategia de Trump está destruyendo una gran oportunidad de mostrarle al mercado que no es necesario vender fentanilo en Walmart para que existan ganancias en las bolsas de valores.

En el panorama se vislumbra a Trump dilapidando este primer año en recular de esas tempranas estrategias tremendistas y que, a la luz de los resultados, están resultando fallidas internamente y, lo peor, muy costosas para sus potenciales aliados en el mundo, además del indudable desperdicio en capital político y credibilidad.

Más allá de los errores económicos, que son los más graves de los cometidos por Trump, está el desmantelamiento de la política DEI para ganarse el aplauso fácil de sus seguidores neopentecostales.

Yo entiendo que una parte de las bases de Trump son de ese cuño y que había que cumplirles compromisos a cambio de su apoyo en campaña. Pero, vamos... ¿alguien se puede creer eso de que el reino de esos neopentecostales “no es el de este mundo”? Entre rezo y rezo, esos neopentecostales se habrían quedado muy contentos con unos cuantos puestos gubernamentales, ahí donde hicieran menos ruido ¿A qué voy con esto? A que esa demolición de todo lo que huela a DEI, sin una buena desmenuzada, no solamente es discriminatoria, sino políticamente absurda ¿Por qué cerrarle la puerta a millones y millones de votos LGBTQI+? Ya hay ejemplos como los de Jorge Macri, en Buenos Aires, de que se puede ganar con ambos grupos jugando en la línea media y que ser de derecha no tiene por qué ser sinónimo de homofobia. Y menos de una homofobia con olor a inquisición

Evidentemente, estaba mal que se decidieran puestos gubernamentales, o en empresas privadas, con base en inclusión y no en mérito. Era absolutamente injusto que alguien que se había pasado la vida endeudándose para estudiar la universidad, haciendo méritos laborales y teniendo las capacidades para un puesto, se viera desplazado simplemente para que, digamos, se cumpliera con la cuota de latinos que debía haber en un ente público o una compañía. Pero una cosa es eso y otra muy diferente es perseguir a todo aquel que cargue una bandera arcoiris en la espalda. Es lo mismo que intenta hacer el sheinbaunismo en México: dizque en el afán de corregir un problema real, aprovechar para servirse con la cuchara grande.

Sabemos que hay temas que sí hacen ruido en la opinión pública estadounidense, como la participación de personas trans en categorías deportivas femeniles, donde hasta Gavin Newsom, gobernador californiano y demócrata como el que más, ha cuestionado el asunto, mientras se plantean ideas como la famosa tercera categoría. Pero ¿era necesario demoler todo lo DEI? ¿No bastaba con rebautizarlo, para evadir el desprestigio que cargaba el concepto, y afinarlo para que fuese mejor? ¿No bastaba con negociar con los auténticos activistas y decir “esto se va a tener que ir, pero esto se puede quedar si trabajas conmigo y te desmovilizas”? ¿Por qué es tan difícil para el trumpismo salir de esa lógica del ‘todo o nada’?

LO BUENO

Es indudable que el narcotráfico está muy enojado con Donald Trump

Trump le está pegando a su negocio y, sobre todo, a su estructura.

El narcotráfico se empoderó a lo grande en los mandatos de Barack Obama y Joe Biden. En el periodo de este último, aquello fue un verano para el crimen. Las mafias de tráfico de personas, controladas por ese mismo narcotráfico, vieron ganancias que jamás imaginaron. El fentanilo, una droga potente y barata -la tormenta perfecta-, inundó las calles de Estados Unidos. Y Biden, Kamala y los demócratas, fueron complacientes, y quizás cómplices, con todo ello.

Se originó un círculo perfecto para el narcotráfico. Esa permisividad, que se complementó con los ‘abrazos, no balazos’ de López Obrador en México, y con la amistosidad de Petro en Colombia, generó ganancias galopantes. Y con esas ganancias, el narco tuvo más dinero para gastar ¿Y en qué lo gastó? En comprar más poder: más armas, más pistoleros, más empresarios ambiciosos, más “activistas”, más políticos corruptos, más “periodistas” sin escrúpulos, más medios cínicos. A veces, el propio narcotráfico lo hizo directamente; en otras ocasiones, a través de sus ONG aliadas y sus “activistas” comprados

Así llegamos al 2024, donde América, el continente, se hizo más ‘narco friendly’ que nunca. A punta de billetes inflaron a un cantante, Peso Pluma, que interpretaba alabanzas a sus crímenes, mientras Univisión, sin ninguna náusea, galardonaba en su entrega anual de premios musicales a una canción que celebraba el consumo de drogas, como si fuera ‘Burbujas de amor’, o le hacía una dulce entrevista a Emma Coronel, como si fuese un ejemplo a seguir; y completando el panorama, había ONG y “activistas” exigiendo legalizar las drogas, junto a “buscadoras” que romantizaban al narco. Gracias a una enorme oposición social, encendida y encabezada valientemente por el sociólogo Alberto Mayol, en Chile se impidió que Peso Pluma fuese el intérprete estelar del Festival de Viña del Mar, pero en México no tenemos tanta suerte y aquí, casi cada semana, no faltaban dos o tres diarios celebrando los “triunfos” (?) de dicho narcocantante, o a Disney anunciando la transmisión en vivo del concierto de otro espécimen de esa ralea, Natanael Cano

Y entre tanto, los tianguis inundados con playeras, chamarras y toda clase de mercancía alabando al ‘Chapo’, al ‘Mencho’, al ‘Ratón’, y a todas las deidades esotéricas narcas; y en el camino, millones de jóvenes entonando narcocorridos, cortándose el pelo como Ovidio, y millones de jovencitas deseando ser amantes de un narco y ser admitidas en el falso paraíso ‘buchón’

Bueno, pues Trump vino a bajarle el volumen a todo eso

Y no lo perdonan

La grey mediática del narco no tiene ningún límite, ni escrúpulo. Un día se disfraza de “feminista”, mientras al otro exije, con voz grave, que Kilmar Ábrego, que está comprobado que golpeó a su mujer, vuelva a Estados Unidos, se le deje libre y feliz, y casi casi se le dé la nacionalidad. Hay indicios de que Kilmar es parte de la pandilla criminal salvadoreña MS-13, pero más allá de eso, es un agresor de mujeres ¿Por qué esa grey “progresista” de medios lo defiende tanto, si es tan “feminista”? Bueno, es que ahí entra la otra parte de los patrocinadores mediáticos que referíamos, solamente que estos medios y “periodistas” no reciben dinero de empresas legales ofendidas por los aranceles de Trump, sino de criminales ilegales que buscan entronizarse como reyes en un nuevo mundo donde ellos decidan vidas, libertades y destino de todas y todos

Usted no verá un solo medio “progresista”, léase el New York Times, el Washington Post, Univisión, Telemundo, El País, The Guardian, Página 12, La Vanguardia y demás, condenando a los criminales venezolanos del Tren de Aragua que violaron y asesinaron a la niña Jocelyn Nungaray o a Laken Riley. NUNCA verá eso -al lector que encuentre una nota o columna en esos medios condenando esos crímenes y exigiendo castigo para sus asesinos, le pago un boleto para la película de su agrado en el cine que quiera-

Si a Laken Riley la hubiera asesinado un simpatizante republicano, usted vería TODOS los días portadas y portadas condenando el hecho ¿Por qué? Porque a esos medios no les interesan las mujeres, ni son feministas, lo que les interesa es usar a las mujeres para golpear a los rivales políticos de sus patrocinadores

El hecho de que Kristi Noem, Pam Bondi o Marco Rubio anden desenmascarando todo eso, tiene al narcotráfico, a sus socios de cuello blanco, y a sus terroristas aliados, como locos

Están poniendo en peligro el lavado de cerebro que llevan años y años haciéndole a la sociedad, especialmente a los más jóvenes

Imagínese que millones de jóvenes se den cuenta que, en realidad, han sido adoctrinadas con el machismo más recalcitrante por parte del crimen y sus aliados, y que ser una ‘buchona’ no tiene nada empoderador y sí mucho de esclavitud sexual; imagínese que millones de muchachos descubran que el narcotráfico no les ofrece ninguna vida privilegiada, sino que han sido adoctrinados para ser carne de cañón y morir para que los líderes de ese crimen vivan, ellos sí, a todo lujo, y sus socios de cuello blanco, en sus mansiones del primer mundo, a millones de kilómetros de las balaceras, muchísimo más. Que mientras ellos van a vivir, a lo sumo, hasta los 30 años, recibiendo migajas, los líderes de los cárteles viven más de 70, y sus socios banqueros, aún más años

A esos narcos y a sus socios de cuello blanco se les acabaría el sistema que llevan, cuando menos, 25 años construyendo, para que ellos y sus siguientes cinco o seis generaciones vivan como reyes

Lo mismo pasa con el terrorismo árabe, que está ligado a ese narcotráfico

Ahora resulta que arrodillar estudiantes judíos en las universidades estadounidenses, hasta que digan ‘Free Palestine’ es lo “bueno” ¿Cuál sería la reacción de esos medios si un activista judío le hiciera eso a un estudiante palestino, a UNO SOLO? Uff, planas y planas, horas y horas en los noticieros, condenando el hecho y exigiendo justicia

Luego, esos medios se dicen muy amigos de la comunidad LGBTQI+, pero usted no va a encontrar una sola nota en los medios “progresistas” que habla de cómo Hezbolá pide asesinar a gays y lesbianas, ya ni digamos a personas trans ¿Por qué se callan eso? Para hacerle creer a muchísimas personas LGBTQI+ que Hamas y Hezbolá son sus aliados

El gobierno republicano no debe desistir en ese camino de pelear contra el mal, que en este caso son narcos, terroristas y sus socios. Se entiende que parte de esto fue la sacudida en USAID, que, como quedó más que demostrado, era un ente bastante ‘colaborativo’ con esa agenda

Pero para poder enfrentar a los malos con éxito, necesitas hallarte estable en otros frentes. No puedes matar a las ratas de tu casa, si al mismo tiempo haces saltar a las cucarachas del drenaje y las arañas del jardín se meten. La ruta estaba muy clara: era establecer a la dictadura china como némesis y aliada de ese crimen, y por ello había que hacerle una guerra comercial y, a la par, fumigar a sus socios narcos y terroristas, con Estados Unidos convocando a un frente multinacional que, a la vez, sirviera de piedra de toque y escala ética geopolítica. Pero peleado con medio mundo por decisiones comerciales de dudoso beneficio, y peleado internamente para satisfacer a ciertos grupos, Trump está debilitado en esa guerra contra el mal, que es la más importante de todas y, sobre todo, la más relevante para nuestra sociedad

COMUNICACIÓN

Yo no sé de dónde sacan algunos comentócratas mexicanos que Trump es, en términos de comunicación, como López Obrador

O bueno, sí sé. Lo sacan de sus pulsiones reaccionarias e irracionales contra todo aquello que arruine su sueño globalista

Trump no es como López Obrador.

Ojalá lo fuera

AMLO era un dios en términos comunicológicos -y esto lo digo a mi pesar-. Fue más comunicólogo que político en su sexenio. Y lo que es mejor, tan fue extraordinario, que dejó a su sucesora entronizada con más votos de los que él ganó, e hizo una escuela en esa materia que ahora siguen con éxito todos los morenistas

El morenismo se ha convertido en el flautista de Hamelin de este país. Millones avanzan al abismo -ahí está la CURP biométrica, o los cotidianos casos de corrupción en gobiernos guindas, por ejemplo-, pero no se dan cuenta por la suave música que envuelve sus sentidos; vaya, ni Goebbels llegó a ese nivel de perfección

El trumpismo ha imitado algunas cosas, como los ‘influencers’ aliados en las conferencias de prensa o con sus propios canales en redes, pero son como piezas aisladas que no funcionan bien sin el todo

Y el todo, en México, era AMLO

AMLO tenía un solo rasero político y comunicológico: estás conmigo o estás contra mí.

Si alguien se plegaba a él, inmediatamente lo acogía casi con amor

En el caso del trumpismo ¿De qué le sirvió a Tim Cook, a Jeff Bezos o a Mark Zuckerberg, ir a hacerle la barba al presidente? Respuesta: De nada. Cook ha salido afectado por los aranceles, Bezos tiene a su ‘némesis’, que es Elon Musk, en sitio privilegiado, y Zuckerberg observa su imperio amenazado por un caso antimonopolio

AMLO, primero, construyó a un enemigo claro e identificable para el más o el menos culto: el prianismo

El mantra era simple: el prianismo destruyó a México y, por lo tanto, sus aliados y amigos eran, por definición, enemigos del país, del pueblo mismo

Es lo que Trump intenta hacer al referir a Biden, o a los demócratas, o al juez Boasberg, que defiende a los criminales del Tren de Aragua, pero, reiteramos, aquí el problema es que ese uso del frentismo se hace menos eficaz porque, como al mismo tiempo hay una guerra comercial, y al mismo tiempo hay una guerra contra los burócratas demócratas y contra las minorías, el público mayoritario ya no tiene claro si esos enemigos son, realmente, enemigos del pueblo estadounidense, o si Trump anda enemistándose con todos por su forma de ser

AMLO, a diferencia de Trump, elegía bien sus batallas mediáticas. Sabía que era una mala idea meterse con el sistema financiero y, por eso, cuando Ricardo Monreal, primero, y el petismo, después, se quisieron meter con los bancos uno y con las Afores los otros, frenó en seco sus intenciones. Acuérdese, a la primera caída de la bolsa y el peso, López Obrador los hizo recular

AMLO peleaba en terrenos que sabía bien que podía ganar. Por ejemplo: el aeropuerto de Texcoco. Tenía claro que, por el recuerdo de Atenco, la inmensa mayoría repudiaba ese mamotreto carísimo. Lo canceló y, aunque los medios y periodistas patrocinados por quienes resultaron afectados por esa cancelación le estuvieron pegue y pegue, no le quitaron ni una pluma al ganso

Trump, hasta ahora, elige pésimo sus batallas. La mayoría de las y los mexicanos creían con fe absoluta que AMLO peleaba por ellos. Mientras que cada vez más estadounidenses no saben si Trump pelea por ellas o ellos

Si Trump hubiera centrado su primer año en el tema de la inmigración ilegal y la lucha contra el crimen, ahorita su aprobación estaría por las nubes, como demuestra el hecho de que en esos asuntos tiene su aval más fuerte; y entre tanto, sin ruido, avanzar en equilibrar la balanza comercial, en construir un acuerdo de paz en la guerra ruso ucraniana, en impulsar gobiernos aliados

Otra falla: Trump le ha dado nivel de coestelar a Elon Musk, quien atenidos a TODAS las encuestas, es un lastre terrible. No le cae bien a la gente, no ha dado resultados cruciales, no ha servido para nada aparte de dos o tres logros más bien performativos en el Departamento de Eficiencia Gubernamental; en los sondeos, la opinión pública muestra que sigue ávida de que se recorte el despilfarro gubernamental. Y siendo un tema que puede ser una fortaleza para Trump, el jefe de Tesla lo está convirtiendo en una debilidad, por su afición al foco mediático ¿Un político más serio hubiera hecho más en el DOGE? Pues si

Otra cosa que AMLO tenía y Trump no, era su capacidad de desmovilizar enemigos

AMLO hizo sus aliados a viejos priistas y panistas, al punto de que el morenismo se hizo rápidamente de casi todas las gubernaturas estatales, mientras al panismo le tomó 20 años tener unas cuantas

Trump, más allá del acuerdo con Chuck Schumer para no cerrar el gobierno, no ha podido sumar demócratas moderados a su causa y, lo que es peor, los galvaniza en su contra

La estrategia mediática y política de AMLO era más como la de los generales de la Revolución Mexicana, que sumaban a quienes podían y solamente combatían contra quienes no se querían sumar de ningún modo; la de Trump es una estrategia militar propia de alguien que tiene una inmensa ventaja en el campo y juega a matar o morir, sabiendo que tiene dos veces más poder de fuego que el rival, pero el presidente de los Estados Unidos carece de esa amplia reserva que le permita entablar una guerra mediática y política donde la única opción con el rival es destruirlo en vez de cooptarle

AMLO no se metía en temas divisivos. Pese a su alianza fáctica con los neopentecostales del PES, JAMÁS se manifestó contra la comunidad LGBTQI+, aunque, hay que decirlo, tampoco demasiado a favor. En ese y en otros temas divisivos, su salida clásica era decir que se respetaba a todo el mundo. Es decir, les deba a ambos lados su dosis de significante vacío y a dormir. Trump no sabe de eso

CONCLUSIÓN

Hasta ahora, más allá de lo que diga Trump en público, su segunda presidencia marcha igual de bien o de mal que la primera a estas alturas, a pesar de que ahora tenía ventaja respecto de aquella, por haber ganado el voto popular y vencer en estados que parecían a mano para los demócratas

Es cierto que Reagan vivió una caída brutal y se recuperó ya entrado el tercer año, pero Reagan solo hubo uno

Es cierto que su aprobación es tan mala como la de Einsenhower a estas alturas, pero Einsenhower supo corregir ¿Lo podrá hacer Trump?

Si Trump no corrige sus fallas, para así poder persistir en sus aciertos, solamente va a provocar que el Partido Demócrata y, sobre todo, lo peor del Partido Demócrata, tome nuevamente el control de Estados Unidos y del mundo

Y con esos demócratas, las peores pulsiones que intentan cancelar la libertad de expresión

Y con esos demócratas, el crimen, el terrorismo, lo peor de lo peor

Lo peor que podría pasarle al mundo es que una radical atroz como Alexandria Ocasio-Cortez, que defiende a Nicolás Maduro y al terrorismo árabe, llegara a la presidencia en 2029. Estaríamos en ruta para un mundo que sería la envidia de Mao y Stalin, uno muy parecido al del libro ‘1984’ de George Orwell. O Trump entiende para qué lo votaron quienes lo votaron, o todo se irá a la mierda. Y no solamente él

Comentarios: gerardofm2020@gmail.com

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