Son sacerdotes parte de un pueblo al que sirven, dice el obispo de Tlaxcala
El obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo convocó a celebrar los 500 años de la Diócesis de Tlaxcala
Nadia Mendoza
Al recibir el don del Espíritu Santo, así como su formación profesional, los sacerdotes son parte de un pueblo al que sirven con alegría, aseveró el obispo de la Diócesis de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, durante la Misa Crismal este Jueves Santo.
Desde la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y a propósito del Día del Sacerdote, el jerarca de la Iglesia Católica manifestó que en cada eucaristía los presbíteros se convierten en una ofrenda, pues Cristo se ofreció por la humanidad y ahora también deben hacer lo mismo.
Ante cientos de sacerdotes que se dieron cita, así como fieles, mayordomías y cofradías de distintos municipios, Salcedo Aquino afirmó que los párrocos hacen un bien, muchas veces en el silencio, al tiempo que les agradeció por dar perdón y consuelo en nombre de Dios. Por, eso los encomendó a Nuestra Señora de Ocotlán, quien es esposa de San José y Madre de los sacerdotes.
En la Misa Crismal el obispo de Tlaxcala oró por los sacerdotes enfermos, los que sufren y pasan situaciones difíciles y necesitan de apoyo para que continúen con su encomienda hacia los fieles, porque son una encomienda de Dios, quien es fuente de salvación y al mismo tiempo es un conducto que al final unen al pueblo.
Gracias por su amor a nuestra querida Diócesis. Que con su ternura viven en la alegría de su elección y fe. Nuestra Señora de Ocotlán pon en nuestros sacerdotes tus ojos misericordiosos. Así seaObispo de la Diócesis de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino
Posteriormente, el obispo de la Diócesis de Tlaxcala convocó a celebrar los 500 años de la Diócesis de Tlaxcala por ser un acontecimiento de gracia y ser la primera diócesis de México en 1525. El primer obispo de la entidad fue Fray Julián Garcés en 1527.
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De la misma forma, Julio César Salcedo hizo la bendición del Crisma y de los Óleos que se usarán en los sacramentos de bautismo, confirmación y orden sacerdotal. También, los sacerdotes hicieron la renovación de sus promesas para llevar consuelo y paz a las comunidades tlaxcaltecas. Ellos prometen solemnemente unirse más cerca a Cristo, a ser sus fieles ministros, enseñar y ofrecer el santo sacrificio en su nombre y conducir a otros a él.
Con la confección del Crisma, los sacerdotes son testigos y cooperadores del obispo de Tlaxcala en favor de la construcción del pueblo de Dios, su santificación y conducción, es así como se manifiesta la unidad del sacerdocio y del sacrificio de Cristo que se perpetúa en la Iglesia.
Con el Santo Crisma consagrado por el obispo, se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los jerarcas, la iglesia y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos se preparan y disponen al bautismo y con el óleo de los enfermos, ellos reciben alivio en su debilidad.
Finalmente, el obispo de Tlaxcala continuó con la celebración eucarística en la que agradeció a los fieles su interés de participar en este Jueves Santo para responder con esperanza a los desafíos.