“Servicio 9 1 1, ¿cual es su emergencia?” Madres y operadoras al servicio de la sociedad (video)
Ana Yamel es una de las decenas de mujeres que trabajan en el C5i de Tlaxcala, quien con vocación de servicio y afecto logra conciliar la labor operativa con la vida familiar
Fabiola Caballero / El Sol de Tlaxcala
Ana Yamel jamás aparece en los noticieros. Su rostro no se ve en la televisión cuando atiende una llamada de emergencia, pero su voz está ahí, es la primera en escucharse cuando alguien marca al 911 en Tlaxcala para auxiliar en una tragedia o un accidente. Al otro lado de la línea, con audífonos bien ajustados y ojos atentos a las pantallas del C5i, la operadora recibe de todo, desde gritos desesperados, llanto, palabras ofensivas o incluso abruptos silencios, pero siempre responde con calma y con empatía para dar instrucciones como parte de su función en el primer filtro de apoyo.
Al salir de turno, cruza la puerta del centro de mando, guarda el uniforme para dar vida a su otra labor, el de madre. Revisa las tareas, prepara la cena. Y aunque por dentro traiga el peso de la última llamada atendida, debe fingir que todo está en orden. Ana Yamel es una de las decenas de mujeres que trabajan en el Centro de Control, Comando, Comunicaciones, Cómputo, Coordinación e Inteligencia (C5i) de Tlaxcala, donde cada día y a todas horas se atienden emergencias de todo tipo.
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La gran mayoría también son madres y conciliar la labor operativa con la vida familiar exige una vocación doble: la del servicio y la del afecto. La joven operadora originaria de San Andrés Cuamilpa, Tetlatlahuca, tiene dos hijas de 9 y 10 años de edad y ser madre, afirma, es una experiencia que la transformó para siempre.
Aprendes a madurar de cierta forma dependiendo de la edad, pero aprendes a madurar rápido. Aprendes a entender que es una vida la que tienes a tu cargo, que es alguien que día a día aprende de ti. Son como esponjitas que absorben todo lo bueno o malo que tú les enseñasAna Yamel
Lleva cuatro años y medio laborando en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública (Sesesp), donde cubre un turno de 7:00 a 19:00 horas. Atiende llamadas de emergencia y de no emergencia: desde bromas hasta reportes que implican riesgos para la vida. Las más difíciles, reconoce, son las relacionadas con violaciones o accidentes fatales.
“En mi caso, por el hecho de ser mamá, me impacta porque te imaginas a tu hijo en una situación así. Es un momento en el que te frustras, en el que te llenas de impotencia porque quisieras hacer algo más por la ciudadanía”.
Mantener la calma es esencial. Ella sabe que su voz puede ser la diferencia entre el caos y la contención. “Nosotros somos quienes tenemos que tener el control para tratar de tranquilizar a quienes llaman y obtener la mayor información posible para que puedan acudir las unidades”. A veces, necesitan una pausa para procesar lo que acaban de escuchar. Porque como todo ser humanos también sienten y se conmueven.
Como muchas madres trabajadoras, ha enfrentado dudas: ¿quién cuida a mis hijas mientras yo estoy aquí?, ¿vale la pena perderme ciertos momentos? “A muchos les ha pasado por la cabeza el decir: mejor me salgo y me quedo al cuidado de ellos. Pero después piensas: ¿y con qué los voy a mantener? El trabajo me da la estabilidad económica que ellas necesitan”.
Pese a la presión, encuentra sentido en su labor. “Atender el llamado de emergencia es bonito, pero también estresante, porque quisieras hacer más por las personas, que las unidades llegaran rápido, que siempre hubiera ambulancias disponibles”. Reconoce que hay limitaciones, pero también un compromiso genuino. Desde casa, comparte lo aprendido. Enseña a sus hijas que el 911 no es un juego, que los primeros auxilios salvan vidas, que deben saber cómo pedir ayuda o defenderse.
Trato de inculcarles eso. En cualquier momento pueden usarlo para ellas o para alguien másAna Yamel
Su mensaje a otras madres es claro: “vuelen alto y nunca se rindan”, palabras clave para obtener la realización individual, profesional y en familia.
70 % DE PERSONAL DEL SESESP SON MUJERES
De acuerdo con Maximino Hernández Pulido, titular del Sesesp, la dependencia cuenta con 320 servidores públicos, más del doble del personal con el que inició hace tres años. Y de ellos, el 70 % son mujeres, la mayoría con un promedio de edad de 34 años.
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Para facilitar la conciliación entre la vida laboral y familiar, la institución dispone de un lactario y respeta los permisos de maternidad y paternidad establecidos por la Ley Federal del Trabajo. Es así como mujeres jóvenes responden desde el anonimato, con firmeza y empatía. No llevan uniforme visible ni cruzan patrullas, pero su voz es la primera línea de respuesta en Tlaxcala. Y también la más humana.
7 de cada 10 servidores públicos en el Sesesp son mujeres.
Son muchas emociones al momento de estar atendiendo las llamadas (de emergencia). El hecho de imaginarte que tu pequeño puede vivir esa situación te frustraAna Yamel, operadora del 911, en C5i Tlaxcala