“¡Ya lo tenemos!”, gritó un paramédico al momento de extraer a Alaín N., de las profundidades
Los familiares se llevan el cuerpo; el Servicio Médico Forense nunca llegó
Tomás Baños
Para don Alberto y esposa, padres de Alaín N., quien la tarde de este martes falleció ahogado en la represa Mariano Matamoros del municipio de Ixtacuixtla, la zozobra terminó tras un día de búsqueda.
A las 16:10 horas, entre las malas noticias se presentó una información que todos estaban esperando, encontrar el cuerpo del menor de tan sólo 17 años.
“¡Ya lo tenemos!”, gritó uno de los tres paramédicos de la Cruz Roja que ingresaron al cuerpo de agua, con altas medidas de seguridad.
“Los Rojos” iban asistidos de la cuadrilla de bomberos, quienes les facilitaron ganchos, cuerdas y lazos para la búsqueda.
En la tripulación iba un familiar del adolescente, quien fue el primero en extraer el arte de pesca del agua, a una profundidad aproximada de 10 metros.
De hecho, los familiares creían que el cuerpo estaba a la mitad de la barranca a unos 15 metros del litoral, lo anterior, porque por lo menos 10 veces durante la mañana lanzaron los ganchos al agua para encontrar la malla.
Una vez que tenían la red en la canoa, procedieron a jalar con fuerza un lazo de donde quedó sujetado y sumergido el cuerpo de Alaín.
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Fue entonces que un paramédico tomó de la cintura a sus compañeros quienes comenzaron a jalar el lazo hacia la orilla.
En menos de cinco minutos el cuerpo había sido extraído del embalse.
“Quiero ver a mi hijo”, “tengo derecho a verlo”, expresó la progenitora del menor envuelta en dolor, mientras que sus familiares la llevaban del brazo.
Las placas fotográficas y videos también fueron tomadas por Liz, Cristian, Enrique y Alaín, un grupo de jóvenes reporteros que no se movieron del sitio durante más de cinco horas.
Entonces, los familiares y vecinos cubrieron el cuerpo con una cobija y resguardados por medio centenar de personas y sin avisar a los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, se lo llevaron hacia San Matías Tlalancaleca, Puebla.
De hecho, el Servicio Médico Forense de la Fiscalía General de Justicia de Tlaxcala ni se presentó.
Ahí, Gerardo N., compañero del menor comentó que al mediodía del martes junto con otros cuatro amigos, decidieron ir de pesca a la presa Mariano Matamoros.
Visiblemente afectado, dijo que su compañero se lanzó al agua con la red de pesca y comenzó a hundirse hasta perderse, por lo que no pudieron hacer nada para salvarlo, pues aunque las aguas se muestran pacíficas, son profundas y peligrosas.
Fue entonces que decidió llamar al padre del menor para avisarle de lo acontecido y afrontar las consecuencias.
Al final, bomberos, personal de la Cruz Roja y de Protección Civil se retiraron.
Y la canoa que sirvió para extraer a Alaín fue entregada a los vecinos de la comunidad de San Marcos Jilotepec.
Y en el otro extremo de la represa otro grupo de pescadores capturaba carpas de buen tamaño en ese lugar donde la Comisión Nacional del Agua no ha colocado señaléticas de prevención para los ecoturistas.
Al final, familiares y personal médico lograron extraer el cuerpo. Los buzos de Puebla y Veracruz que anunció la Coordinación Estatal de Protección Civil, nunca llegaron.
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