Crónica del poder / Sector turístico exhibe la crisis y urge actuar a los gobiernos ante colapso
Puede parecer extraño, pero si resulta paradójico que las plazas, calles y avenidas, los museos, teatros, rinconadas, portales y jardines se mostraron como escenarios repletos de gente, de familias ávidas de recreación; multitudes asistieron a los espectáculos artísticos, culturales y musicales durante el desarrollo del festival cultural Zacatecas 2025, las semanas Santa y de Pascua, una tremenda e impresionante movilización social en torno y ante de los eventos que se caracterizaron por masivos, la emergencia de una cultura masiva cuyos efectos han de ser el fortalecimiento económico, el crecimiento turístico y la elevación de las manifestaciones culturales de Zacatecas, México y el mundo.
La gran contradicción o el contraste que arrojan incertidumbre, es que los servicios fundamentales como los hoteles, moteles, restaurantes, antros y hasta bares, se exhibieron vacíos o semivacíos, seguramente víctimas del maldito estigma de inseguridad que aun con los reconocidos avances de la estrategia de pacificación que ha reducido el haz de los delitos, nomás no se desvanece; además de ostentar las debilidades o precariedad promocional como impactante atracción del turismo, como tampoco son insoslayables los reducidos esfuerzos organizacionales, de coordinación, de iniciativas, de difusión y claro, la evidente ausencia de voluntad política entre los tres niveles de gobierno y los sectores productivos y de la sociedad para encarar juntos y con potencialidad los desafíos y retos turísticos e industriales.
Al cierre de las máximas festividades, incluida la feria jerezana, está más que demostrado que el anticipado y adelantado optimismo de la Secretaría de Turismo bajo la responsabilidad de Le Roy Barragán Ocampo, falló, decepciona y más acrecientan la desconfianza y falta de credibilidad en las instituciones. Para referirnos solo a la ocupación hotelera durante estos dos períodos de Semana Santa y de Pascua, contenidas de las celebraciones religiosas y la fastuosidad, espectacularidad y la masiva asistencia popular, en promedio alcanzó apenas el 41 %; en la Semana Santa fue de 46 % y en la de Pascual bajó al 36 %, cifras o datos que se deben ver e interpretar como alarmantes y más preocupantes si se mantienen por la indolencia e inoperatividad de las fuerzas de autoridad y sociales.
De inmediato y no meramente coincidentes sino estratégicamente coordinados y más contundentes, las asociaciones de hoteles y moteles, de la industria restaurantera, la CANIRAC y de los antros y bares, reaccionaron conjuntamente y resaltaron las crisis que vivieron en el período vacacional y que no debe repetirse más. Desde la pandemia la industria restaurantera no se recupera, del 2019 al 2025 las pérdidas promedio anuales han sido del 21 %, un desastre, un deterioro progresivo y muchos negocios en riesgo de quebrar o cerrar; los antros y bares se han quejado de la insuficiente promoción turística, las carreteras semidestruidas, carencia de agua.
Urgente actuar por los tres órdenes de gobierno y el sector que reclama, el de los servicios turísticos: urgen por instalar mesas de trabajo en donde sean escuchadas las propuestas, iniciativas, proyectos e ideas; que los gobiernos se abran a generar políticas públicas; diseñar estrategias de mercado, conectividad aérea, y obvio, mayor seguridad. Este panorama no corresponde a la grandeza de Zacatecas.
Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de quien las emite y no de esta casa editorial. Aquí se respeta la libertad de expresión.