Con 42 plantas en las que ocupa a 62 mil empleados, ubicadas en diferentes ciudades del país, Lear Corporation estableció un protocolo sanitario que le ha permitido reducir los riesgos de contagio del Covid-19, preservando la salud de sus colaboradores y conservando a la plantilla laboral de que disponía desde el inicio de la pandemia.
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El corporativo, que en Ciudad Juárez fabrica vestiduras y ensambla arneses automotrices, es la única empresa que por decisión propia dejó de operar este año por espacio de dos meses para frenar la posibilidad de que los contagios que se dieron en un inicio entre su personal, registró una caída importante en la producción demandad por sus clientes, de la que todavía no se recupera en su totalidad, explicaron directivos de la compañía.
Gabriel Luján, Héctor Ornelas, Óscar Alfaro y Alberto Hernández, expusieron ante representantes de diferentes medios de difusión locales y nacionales, en la planta Río Bravo, los esfuerzos que el corporativo comenzó a realizar desde el inicio de la pandemia, que se originó en suelo asiático para luego migrar a todo el mundo.
Indicaron que en el caso de Lear el corporativo decidió, por mutuo propio, suspender actividades de manera total durante los meses de abril y mayo, luego de surgidos los primeros brotes de la enfermedad que provocó la muerte de 20 de sus colaboradores, en contagios comunitarios que no necesariamente ocurrieron dentro de la empresa.
En estos casos se hizo una investigación a fondo, con la participación de un epidemiólogo, para determinar el origen y atender lo sucedido, pero no se comprobó que el contagio se haya dado dentro de la planta.
Los deudos de las personas fallecidas, además de recibir el apoyo económico por parte de la empresa, de 2 mil 800 dólares por cada una de ellas, recibieron apoyo psicológico al igual que quinees adquirieron la enfermedad y se recuperaron.
Destacaron que la intención en todo momento fue brindar a sus trabajadores las medidas preventivas necesarias para evitar que se enfermaran.
Explicaron que las acciones de Lear a nivel mundial, con ajustes específicos en cada país en el que operan de acuerdo con las condiciones específicas del lugar y apegados en todo momento a las leyes vigentes, se concretan en el Manual de Trabajo Seguro, una guía interactiva de preparación y respuesta ante la Pandemia del Covid-19, que mantienen en su página de Internet con la libertad para que aquellas empresas que deseen implementarlo lo hagan, con las modificaciones necesarias.
Señalaron que la empresa, que en Ciudad Juárez cuenta con 10 plantas que en conjunto albergan a 24 mil trabajadores, el mayor número de empleos generado por una compañía, antes de regresar a la nueva normalidad, llevó a cabo labores de somatización a profundidad en todas sus instalaciones para recibir a sus trabajadores.
Comentaron que previamente se les hicieron llegar cubrebocas, lentes y caretas protectoras, gel antibacterial y se les capacitó sobre los pasos que debían seguir en el marco de la pandemia para no verse afectados por la enfermedad en cuestión, así como orientación sobre las medidas preventivas a aplicarse tanto en su trayecto rumbo a la fuente laboral, su regreso a casa, como dentro de las instalaciones y la convivencia diaria en la comunidad juarense.
Añadieron que cada uno de los trabajadores fue dotado de una mochila, con un paquete de prevención en su interior que sin ningún problema pueden cargar con ellos diariamente.
Señalaron que todas las unidades de transporte que utilizan los empleados para acudir a su trabajo y regresar a casa, son sanitizados a fondo diariamente antes de proporcionar el servicio y lo mismo al terminar entre cada turno.
A cada trabajador, antes de subir al autobús, se le toma la temperatura y si es de 38 grados o màs no se le permite subir, con la sugerencia de acudir al médico para que éste determine el diagnóstico.
Reconocieron que no en todos los casos es posible que se trate de síntomas de Covid-19, pero es mejor prevenir que exponer al resto de los colaboradores a ser contagiados en el supuesto de que sea positivo o con cualquier otra enfermedad.
“En condiciones normales el trabajador sería trasladado a la empresa y ahí ser consultado por el médico, pero bajo las condiciones actuales es mejor canalizarlo a donde corresponde”, dijeron.
Al llegar el trabajador a la planta, se le vuelve a tomar la temperatura y en el supuesto de detectar una temperatura anormal o bien que presente algún síntoma como dolor de cabeza, debilidad generalizada, entre otros.
La persona si hay sospechas de enfermedad es aislada y enviada, de acuerdo con los síntomas, a su hogar en un vehículo sanitizado y equipado específicamente, o bien trasladada al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social para que ahí lo diagnostiquen y atiendan.
Si esto ocurre durante el horario de trabajo, porque los síntomas no siempre se presentan antes, se procede, se le aísla y procede el mismo procedimiento.
Internamente todos los días se sanitizan las instalaciones y cada dos horas se realiza el mismo trabajo en diferentes áreas, además de la instalación de mamparas de plástico duro tanto en la zona de producción como en cafetería y otros lugares como los servicios sanitarios, para evitar el contacto directo de la gente, además de que limitar el número de personas que pueden permanecer al mismo tiempo.
Indicaron que en la planta Río Bravo 2 mil 384 trabajadores, divididos en dos turnos, aún al regresar dentro de la pandemia, al ser considerada la actividad de la empresa como esencial, se llegó a tener a 285 personas vulnerables en sus hogares, de las cuales 155 se encuentran todavía en esa situación pero que en su gran mayoría van a poder regresar al cambiar el semáforo sanitario al color amarillo.
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