/ sábado 10 de octubre de 2020

Entre bendiciones y maldiciones


No es fácil hablar de la prisa desde el vértigo que vivimos bajo la sombra de la pandemia, recordemos que cada ser humano cuenta su vida y sus historias, que finalmente se en el libro de cuentos de la humanida

La referencia se orienta debido a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump afirmo que fue una bendición de Dios, recibió contagiado de covid-19, porque tuvo la “experiencia” con los anticuerpos monoclonales que describió como "clave" para su mejorar su condición de salud.

Desde que confirmó su infección no ha parado en declaraciones y hacer momentos lúdicos, que distan mucho de quien comprende no sólo la enfermedad, sino su papel como líder de un país.

En su intento por llevar a cabo un mensaje de fortaleza, aprovecha este momento, que se ha convertido en un activo de campaña, “retando” de nuevo el alcance de la pandemia, a pesar de los más de 30 contagios al interior de la Casa Blanca.

Una Casa Blanca que exuda el virus y que literalmente está "arde" por el semillero de contagios.

Curiosamente el máximo líder político de Estados Unidos, quiere que todos reciban el mismo trato que recibió su presidente.

[… La perfección de lo perfecto…], porque fue una bendición de Dios contagiarse, pero al mismo tiempo culpando y amenazando a otros por el origen del virus.

La audacia bendecida por un contagio, en otras geografías es antagónica, aberrante y maldiciente.

El ejemplo tangible lo tenemos en nuestro país, por una pandemia que aún no está controlada, dejando a miles de familias con el dolor y la ausencia de un ser querido que ha fallecido por esta condición, porque el gobierno minimizo sus efectos sin darle la importancia requerida.

Los caminos se bifurcan cuando miles de casos, se complican y finalmente las personas contagiadas pierden la vida por la falta de recursos, que sucumben ante un sistema de salud deteriorado afectando a las familias.

La intención del mensaje del presidente de Estados Unidos, a distancia fue que sus conciudadanos recibieron el mismo trato que el recibido; mientras aparece la vacuna tan anhelada que curiosamente para el vecino país “probablemente” llegaría hasta después de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

Sin lugar a dudas algo ha fallado es nuestra capacidad para darnos cuenta que frente a la pandemia, la humanidad entera encara un gran desafío.

Es importante reflexionar y llegar a acuerdos constructivos, ya que la recuperación no va a ser igual en todas las regiones.

Los tiempos que vivimos continúan bajo la incertidumbre por la devastación; pero también por la aparición de nuevas oportunidades, nuevos aprendizajes y nuevas formas potenciales de transformación, que pueden ser aprovechadas en beneficio de todos.

La llamada [… Era Covid…] tiene características inéditas sin precedentes; ya que en todos los casos anteriores de una epidemia, ocurrió en algún sitio específico; sin embargo en este caso, por primera vez en la historia humana, los cinco continentes, y todos los países del mundo, experimentan al mismo tiempo un reto común.

Incluso la famosa pandemia, la peste negra, ocurrida en el siglo XIV, provocada por la bacteria Yersinia pestis, que arrasó con más de una cuarta parte de la población del mundo, no fue realmente global.

Dicha epidemia se expandió poco a poco por toda la civilización conocida, pero nadie en Eurasia sabía de la existencia del continente americano.

En este caso el aislamiento material y la falta absoluta de contacto, evito que la bacteria llegara a tierras americanas, y de paso nos da prueba fehaciente de que en las pandemias, el distanciamiento social efectivamente funciona.

Al final toda expresión de cultura en otro tiempo podría ser precursora de una barbarie, quien la ejerce se convierte en un enemigo de la sociedad; no sin antes ser alabado.

Así que no hay tiempo para el ocio, ni para el aburrimiento, la audacia y la ignorancia, pueden ser peligrosas y poner en riesgo muchas vidas.

Sin remedio la democracia no nos salvara de la pobreza, la ignorancia y la vulgaridad

Pero recordemos que el valor más grande que tiene el ser humano es el uso de la palabra, pero lo más importante es usarla correctamente para un bienestar común.


No es fácil hablar de la prisa desde el vértigo que vivimos bajo la sombra de la pandemia, recordemos que cada ser humano cuenta su vida y sus historias, que finalmente se en el libro de cuentos de la humanida

La referencia se orienta debido a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump afirmo que fue una bendición de Dios, recibió contagiado de covid-19, porque tuvo la “experiencia” con los anticuerpos monoclonales que describió como "clave" para su mejorar su condición de salud.

Desde que confirmó su infección no ha parado en declaraciones y hacer momentos lúdicos, que distan mucho de quien comprende no sólo la enfermedad, sino su papel como líder de un país.

En su intento por llevar a cabo un mensaje de fortaleza, aprovecha este momento, que se ha convertido en un activo de campaña, “retando” de nuevo el alcance de la pandemia, a pesar de los más de 30 contagios al interior de la Casa Blanca.

Una Casa Blanca que exuda el virus y que literalmente está "arde" por el semillero de contagios.

Curiosamente el máximo líder político de Estados Unidos, quiere que todos reciban el mismo trato que recibió su presidente.

[… La perfección de lo perfecto…], porque fue una bendición de Dios contagiarse, pero al mismo tiempo culpando y amenazando a otros por el origen del virus.

La audacia bendecida por un contagio, en otras geografías es antagónica, aberrante y maldiciente.

El ejemplo tangible lo tenemos en nuestro país, por una pandemia que aún no está controlada, dejando a miles de familias con el dolor y la ausencia de un ser querido que ha fallecido por esta condición, porque el gobierno minimizo sus efectos sin darle la importancia requerida.

Los caminos se bifurcan cuando miles de casos, se complican y finalmente las personas contagiadas pierden la vida por la falta de recursos, que sucumben ante un sistema de salud deteriorado afectando a las familias.

La intención del mensaje del presidente de Estados Unidos, a distancia fue que sus conciudadanos recibieron el mismo trato que el recibido; mientras aparece la vacuna tan anhelada que curiosamente para el vecino país “probablemente” llegaría hasta después de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

Sin lugar a dudas algo ha fallado es nuestra capacidad para darnos cuenta que frente a la pandemia, la humanidad entera encara un gran desafío.

Es importante reflexionar y llegar a acuerdos constructivos, ya que la recuperación no va a ser igual en todas las regiones.

Los tiempos que vivimos continúan bajo la incertidumbre por la devastación; pero también por la aparición de nuevas oportunidades, nuevos aprendizajes y nuevas formas potenciales de transformación, que pueden ser aprovechadas en beneficio de todos.

La llamada [… Era Covid…] tiene características inéditas sin precedentes; ya que en todos los casos anteriores de una epidemia, ocurrió en algún sitio específico; sin embargo en este caso, por primera vez en la historia humana, los cinco continentes, y todos los países del mundo, experimentan al mismo tiempo un reto común.

Incluso la famosa pandemia, la peste negra, ocurrida en el siglo XIV, provocada por la bacteria Yersinia pestis, que arrasó con más de una cuarta parte de la población del mundo, no fue realmente global.

Dicha epidemia se expandió poco a poco por toda la civilización conocida, pero nadie en Eurasia sabía de la existencia del continente americano.

En este caso el aislamiento material y la falta absoluta de contacto, evito que la bacteria llegara a tierras americanas, y de paso nos da prueba fehaciente de que en las pandemias, el distanciamiento social efectivamente funciona.

Al final toda expresión de cultura en otro tiempo podría ser precursora de una barbarie, quien la ejerce se convierte en un enemigo de la sociedad; no sin antes ser alabado.

Así que no hay tiempo para el ocio, ni para el aburrimiento, la audacia y la ignorancia, pueden ser peligrosas y poner en riesgo muchas vidas.

Sin remedio la democracia no nos salvara de la pobreza, la ignorancia y la vulgaridad

Pero recordemos que el valor más grande que tiene el ser humano es el uso de la palabra, pero lo más importante es usarla correctamente para un bienestar común.