Poder Ciudadano / Tiempos violentos
Diariamente, desde hace años, escuchamos noticias sobre ejecuciones, que no distinguen profesión, género, o edad. Mala y tristemente, parece que nos acostumbramos y normalizamos estas noticias que diario nos impactan y sacuden.
Pero lo que aún es peor: la forma en que aceleradamente se descompone el tejido social que acompaña estas desgracias, es tremendo. Te pongo 3 ejemplos de estos días.
En Jalisco, una joven de apenas 23 años, tiktokera, (termino con quien se identifica a una influencer en la red social TikTok) fue asesinada cuando hacía una transmisión en vivo en sus redes sociales.
A sangre fría, un sujeto le da dos balazos, con los que termina con su corta vida. Al lado, se observa otra joven, que, sin inmutarse, vamos, ni un grito de terror, recoge el celular de Valeria Márquez y apaga la transmisión… para siempre.
Un feminicidio más, de los que diariamente se cometen 9 en el país.
En la Ciudad de México, otro joven, que se estaciona en la entrada de una casa particular, graba el momento en que un señor, vecino del lugar, le pide que se mueva y que se quite de la entrada de su cochera. El video se hizo viral, porque al momento de grabarlo, el propietario de la casa, dejó asomar una pistola dentro del short que llevaba puesto.
No pasó a mayores, es decir, aquí no hubo balazos, pero el linchamiento en las redes sociales fue para quien pidió que se movieran de la entrada de su casa. Al ser confundido con un funcionario público de alto nivel, las mentadas y amenazas de muerte no se hicieron esperar, contra con quien sin deberla ni temerla, fue receptor de fotos con armas y otras linduras.
Afortunadamente no pasó nada más, pero te da una idea, por el ángulo que lo quieras ver, de lo descompuesta que está nuestra sociedad: el joven estorbando con su coche la entrada de una casa, el señor empistolado, y las amenazas de muerte en redes sociales contra alguien que no tenía vela en el entierro.
Donde si sucedió, fue en Puebla. En la ciudad de Tehuacán, se hizo viral un video, donde un padre e hijo, golpean y privan a un joven, vendedor ambulante, que se encontraba en la calle, frente al local establecido propiedad de aquellos. La esposa y madre de los agresores intentó detenerlos, pero no lo logró.
La indignación creció al saber que este joven, de nombre Misael, trabajaba para ayudar a su madre y padre. La respuesta no se hizo esperar. Las hordas identificaron el domicilio de los pendencieros; ayer por la noche incendiaron su casa y un coche estacionado enfrente, amenazando con lincharlos.
Estas historias no son exclusivas, y tristemente se repiten diariamente en todos los rincones del país. El común denominador es la ausencia del Estado y la impunidad, acompañada del desdén de las autoridades y su corrupción, No hay ley que valga, ni justicia que se asome.
Claro que son una tragedia los cobardes asesinatos de Ximena y José, secretaria particular y jefe de asesores de Clara Brugada, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, pero el mejor homenaje para ellos, es que haya justicia, y se termine por fin la criminal impunidad que desafortunadamente reina en todo México.
Están a tiempo de cambiar las cosas, porque lo que hemos visto es que la 4T, y su partido Morena, están desaprovechando la oportunidad de ocuparse de lo importante.
