Restauradores de Niño Dios se preparan para la alta demanda por el Día de la Candelaria
Con dedicación y cariño, Marina Sánchez repara las figuras para preservar la tradición
Patricia Carrasco
Marina Sánchez da vida a las figuras del Niño Dios que le llegan a sus manos hechas añicos, en decenas de pedazos, que la gente lleva a restaurar por el cariño y devoción que les tiene a sus niños, y prefieren repararlos que comprarse uno nuevo, sobre todo en las fechas cercanas a alguna festividad, en este caso el Día de la Candelaria.
Entre los puestos que integran el Mercado de la Romería del Niño Dios, en las calles del Centro Histórico, está el de Marina, quien con dedicación y esmero repara una a una las piezas de pies, manos, cabeza, cara, hombros, cuerpo, espalda.
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En esta temporada se carga el trabajo, sobre todo en los días más cercanos al 2 de febrero, ya que reparan decenas de figuras de todos los tamaños. La gente creyente las lleva para continuar con la devoción y tradición de vestir al Niño Dios y llevarlo a bendecir a la iglesia el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
Desde hace 30 años se dedican a la restauración de imágenes de Niños Dios, su trabajo lo hacen con mucho cuidado y dedicación al ser las imágenes un encargo de sus clientes, quienes les tiene aprecio porque algunos son regalos o herencia familiar.
El oficio, lo aprendió de su familia y es una labor que necesita mucha dedicación, hay niños que los puedes reparar en 3 o 4 horas, o en ocasiones hasta más.
Ella, no sólo restaura la figura del Niño Dios, también la de otros santos, como la Virgen de Guadalupe, San Judas Tadeo, la Virgen de Juquila, Jesús, entre otras.
La restauración no está en riesgo
Desde su punto de vista el oficio de restaurador de imágenes de niño Dios no está en riesgo de desaparecer, pues mientras haya fe y devoción en esta celebración religiosa, seguirá presente.
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Este oficio no va a desaparecer porque mucha gente va heredando sus figuras de pasta del Niño Dios y Santos y los traen a reparar.
¿Cómo realiza su trabajo?
Comentó que algunos niños los puede arreglar 30 minutos: Pegan sus piezas una a una, las detallan, luego pasan a pintura, la decoración de su carita, ojitos y pestañas; y está listo.
A Marina le gusta esta actividad artesanal. “A muchos niños se les descarapelan los pies, manos brazos, se les caen sus pestañas o se les despintan sus ojitos, o bien partes de su cuerpo, o cuando los visten y les pegan cera de Campeche, se le despinta la cabeza, las manos o los pies, pero de manera cuidadosa, se vuelve a reparar y quedan como nuevos”, resaltó.
La labor de restauración de Niños Dios, es un arte, “nos llegan niños rotos desde los brazos, pies, o prácticamente deshechos, un rompecabezas, por lo que restaurarlos y repintarlos es cuestión de mucha paciencia y dedicación por qué no cualquier persona lo hace.
Una reparación de un niño cuesta entre 100, 200 y 300 pesos, lo cual depende del tamaño. Restaura imágenes de diferentes materiales como madera y yeso, resina, porcelana, pasta, plástico, barro cocido en horno, en algunos casos, las personas buscan pintura completa para el Niño Dios.
Algunas imágenes se resanan desde cero, pues prácticamente las reconstruyen ya sea un brazo o la pierna que le haga falta a los niños, sin ocupar algún molde, todo lo hacen de manera manual.
Es importante recordar que el 2 de febrero termina el ciclo de la Navidad en México, por ello, en muchos poblados se acostumbra “levantar” al niño que lucía en el Nacimiento para vestirlo con las mejores ropas y accesorios durante esa fecha.
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