El antiguo edificio que por años albergó la antigua Confederación Nacional Campesina es ahora el cuartel de elementos del Ejército Mexicano encargados de la vigilancia y seguridad de Petróleos Mexicano, que a su vez combaten el huachicoleo en el país.
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Este inmueble, ubicado en el cruce de las calles Lerdo y Vicente Guerrero, fue una de las primeras gasolineras instaladas en Ciudad Juárez, de hecho, en su fachada, se pueden apreciar aún las siglas de Petróleos Mexicanos y el emblema del tradicional “Charrito”.
Por muchos años, este edificio estuvo abandonado y sólo un área era utilizada por la empresa de transporte Gámez, sin embargo, con la llegada del nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las oficinas fueron reutilizadas por los militares.
Leopoldo Canizales, quien años atrás fuera líder de la CNC, explicó en entrevista para el periódico El Heraldo de Juárez que durante el mandato de Luis Echeverría, quien fue presidente de México en el sexenio de 1970 a 1976, les fue entregado este lugar en comodato.
Pero desafortunadamente, el acuerdo fue sólo de palabra y el gobierno federal nunca les hizo entrega de un documento oficial, durante todos los años que estuvieron ahí instaladas las oficinas de la organización campesina.
“El edificio siempre ha sido de Pemex, yo no sé si al último cuando yo ya salí, andaba haciendo el trámite don Félix García, que en paz descanse, pero no sé si después Apolonio de Loma Blanca siguió con el trámite”, mencionó Polo Canizales.
Agregó que el edificio lo entregó verbalmente el presidente Luis Echeverría a don Antonio Hernández, de Guadalupe Distrito Bravos, y jamás se les entregó el documento, aunque por muchos años lo pelearon y nunca lo soltó el gobierno federal.
Como último acuerdo, Pemex les dio la mitad del edificio y ellos se quedarían con la otra mitad, pero la paraestatal conserva los papeles de todo, por lo que no pueden hacer uso o pedir que los castrenses salgan del inmueble, que es utilizado como vecindad.
“Hasta donde yo me quedé era propiedad de Pemex, ya no supe yo que hicieron los demás líderes por este edificio, todo se hizo en la época de Echeverría, imagínese, esto tiene más de 30 años, pero nosotros siempre hicimos uso de él, hasta que yo me salí de la CNC”, agregó.
Sin embargo, tras la muerte de don Félix, el lugar fue invadido por otras personas, hasta que los nuevos líderes lo dejaron en el olvido y ya no han hecho nada por él, quedando en el completo abandono por muchos años.
De hecho, el mismo don Félix fue quien les rentó el espacio a los dueños de la línea de transporte que está instalada sobre la calle Manuel Bernal, pero tras su muerte, hace 12 años, ellos se apropiaron del terreno y no los han podido sacar.
“Él era quien prácticamente lo cuidaba, él murió hace como 12 años, pero cuando estaba don Félix ahí les rentó el lugar, pero ya no se quieren salir y los iban a sacar los campesinos, luego se hizo un pedo ya muy caliente y se paró”, finalizó Polo Canizales.
En un recorrido por el lugar, se pudieron apreciar dos unidades en color verde estacionadas donde anteriormente se despachaba el combustible, en las calles Lerdo y Vicente Guerrero, además de una enorme fuga de agua y un improvisado tendedero con pantalones, calcetines y calzones colgados.
Uno de los castrenses señaló que desde finales del 2019 fueron enviados a este edificio para habilitarlo como sus dormitorios, sin embargo, diariamente realizan recorridos de vigilancia por las áreas aledañas a las instalaciones de Pemex de la carretera a Casas Grandes y periférico Camino Real.
Ellos, son también los encargados de detectar las instalaciones de tomas clandestinas, en colonias aledañas a la central de abastecimiento, entre ellas Granjas Polo Gamboa, La Campesina y Kilómetro 20.
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