“Los abrazos ya no nos alcanzan para vivir con los balazos”, señaló el sacerdote jesuita Javier “Pato” Ávila Aguirre al dirigir la homilía en la misa de exequias en honor Joaquín César Mora Salazar, S.J. y Javier Campos Morales, S.J., y en recuerdo de Pedro Elidoro Palma, guía de turistas sesionando junto con sus hermanos, donde además exigió al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador que revise su política y estrategia de seguridad.
El presbítero señaló que es grande el dolor que dejan con su muerte, pero no se debe olvidar qué hay miles de muertes en el país que siguen manteniendo el dolor y la tristeza en sus familias.
“Hoy nos ha convocado la vida, no la muerte. Celébranos la eucaristía en agradecimiento por la vida de nuestros hermanos”, dijo a la vez que recalcó que la muerte para quienes no creen en Jesús es tragedia, para los jesuitas es dolor pero también un enorme gozo saber que dieron testimonio de su seguimiento a Jesús de Nazareth.
Ahora Dios les ha hecho compartir el dolor del pueblo, pero los trágicos hechos también les confirman la opción de vida que han elegido para amar y servir a los semejantes, incluso a dar la vida por los fieles.
“Se fueron sin pedir permiso y su morral lleno de vida”, comentó ante la feligresía además de que agradeció a los grupos de familias de personas desaparecidas y asesinados que siguen manteniendo la memoria, que hace patente la vergonzosa impunidad que existe en el país.
“Sabemos perdonar y perdonamos porque tenemos el espíritu de la Paz que Dios infunde en nosotros”.
Y aunque perdonen si exigieron al presidente de la República que revise su proyecto de seguridad porque el país está invadido por la violencia e impunidad.
Enfatizó que los nombres de Joaquín y Javier seguirán recordándose en el Barranco, en el estado y el país, así como en el susurro del viento que recorre la Sierra Tarahumara.