La mina a cielo abierto que se pretende construir en el ejido de Samalayuca afectará la producción agrícola que da sustento a 350 familias, expuso Germán Ortiz, experto en el tema económico.
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Este sería tan sólo uno de los riesgos que traerá consigo la construcción de La Gloria, mina que empresa canadiense pretende construir en la región desértica.
Luego de una Mesa Técnica que desarrolló el Frente Ecosocial Paso del Norte, la Asamblea de Organizaciones de la Sociedad Civil y la Academia Samalayuca, ayer mostraron los resultados económicos, ambientales y socioculturales que provocará dicha mina.
Respecto a la mesa económica, Germán Ortiz, comentó que se perdería una derrama económica de 150 millones de pesos al mes, esto ya que afectará los cultivos de nogal, alfalfa y hortalizas, lo que a su vez provocará el desempleo de 350 personas que se beneficiaban de esta producción.
“Actualmente existe un proceso de certificación orgánica para que los productos agrícolas de Samalayuca puedan venderse sin mayor trámite, tanto en el país como en Estados Unidos, ese proceso también se vendría abajo si se pone la mina”, explicó.
En la mesa ambientalista, la bióloga Yizni Granados dio a conocer que, pese a cualquier tecnología que pueda utilizar esta mina, se causará un daño irreversible al medioambiente, ecosistema y comunidades que se desarrollan dentro.
Uno de los riesgos principales sería la contaminación a los mantos acuíferos de Samalayuca, Mesilla y El Hueco, los cuales se encargan de abastecer las urbes de El Paso, Nuevo México y Ciudad Juárez.
Así como también causará daños a la cadena montañosa, lo que por ende afectará la corriente de aire y la formación de las dunas, evitando ser un lugar turístico.
Mientras que el rubro sociocultural, señala que, habría desplazamiento forzado de la que gente que habita en la región, tratando de evitar daños a la salud provenientes de la contaminación del agua.
Por último, como alternativa sustentable a La Gloria, se dijo que Samalayuca tiene un gran potencial para actividades ecoturísticas, así como un gran desarrollo agroecológico y turismo gastronómico que lo puede llevar a ser nombrado como “Pueblo Mágico”.
Esta Mesa Técnica se llevó a cabo el 25 de noviembre y se contó con la participación de organizaciones civiles, habitantes del poblado y representantes de los tres niveles de gobierno.
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