El Covid-19 no solo es un riesgo para la salud, sino también para la economía de las familias que viven al día, y que se han visto afectadas en el presupuesto que generalmente destinaban a la despensa del hogar, pues este ha tenido que incrementar hasta un 40 por ciento.
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Para una familia de cinco personas, el dinero que semanalmente utilizaban para llenar su alacena o por lo menos para comprar lo más básico cambió, ya que ahora gastan más y tienen menos.
Cristina Barrios, madre de familia, compartió que anteriormente gastaba 600 pesos por semana en mandado, sin embargo, esto ya no es posible debido al aumento de precios y al desabasto de algunos productos, que hacen que a final de cuentas termine gastando más de los mil pesos por semana, un 40 por ciento más de lo que gastaba anteriormente.
Lo que significa que si antes consumía alrededor de 2 mil 400 pesos al mes en mandado, ahora gastará casi los 4 mil pesos, y peor aún, ahora que no hay ingresos en su hogar.
“Antes podíamos comprar cosas más económicas, por ejemplo el pollo, pero ahora ya no encuentra uno y qué es lo que tenemos que hacer: traer carne. Hace poco compre pocas cosas y fueron casi 400 pesos, con lo que antes se compraba casi la despensa de una semana”, señaló.
Comentó que tan solo en esta semana acudió dos veces al mandado, y en cada vuelta que dio gastó 600 y 700 pesos, y lo que trajo, no fue suficiente para llenar la alacena, que antes sí llenaba.
Para ella, esta contingencia representa un gasto doble en todos los sentidos, puesto que en ocasiones no encuentra lo que busca en el supermercado más cercano -esto ante el desabasto- y termina yendo a buscar lo requiere a otros más lejano, en ese trayecto ya se gastó el doble de gasolina, más el tiempo que le llevó.
Cristina se dedica a la venta de productos por catálogo, sin embargo, al igual que otros empleos y negocios, este también se ha visto afectado, pues relató que si la gente no está teniendo para comprar alimento, menos para comprar un producto de belleza.
Por lo pronto, ahora trata de hacer rendir el dinero, aunque esto sea difícil, por lo que ha optado por buscar opciones donde pueda encontrar los productos más baratos que irlos a comprar al supermercado, que para ella ha alterado sus precios.
Asimismo, comentó que debido al tiempo que ahora pasan en casa por el aislamiento social que los ha obligado a permanecer resguardados, acostumbran a comer más seguido, razones por la que también es más difícil mantener la alacena abastecida y por ende, a gastar más dinero del que antes gastaba.
Comentó que por el momento solo les ha tocado evitar el “no quiero” o “eso no me gusta”, pues la situación los ha hecho adaptarse a lo que hay y para lo que alcanza.
“Hemos tratado de no hacer comida nueva todos los días, por ejemplo, si algo sobra de un día antes, al día siguiente tratamos de hacer otra cosa con lo que sobró, para no desperdiciar y hacer rendir lo que hay”, puntualizó.
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