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La falta de trabajo que actualmente ha pegado a cientos de juarenses por la contingencia del Covid-19 ha orillado al señor Jorge Ortega, de 63 años de edad, a pasar horas en el río Bravo, intentando sacar unos peces para vender y así poder alimentarse.
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“A veces batallo mucho para lograr pescar algo, pero en ocasiones vengo hasta dos veces al día para ver qué sale, porque esto sí es de tener mucha paciencia, hay días en los que no sale nada”, dijo.
El señor Ortega tiene cerca de 30 años pescando, anteriormente lo hacía como distracción y gusto, ahora lo hace por necesidad.
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Comentó que desde niño solía acercarse a este río, ya que podía durar horas sin aburrirse. Con el paso del tiempo lo seguía haciendo, pero solo cuando tenía tiempo libre, por lo regular los fines de semana que descansaba.
Hace más de seis meses, cuando apenas comenzaba la pandemia, Ortega trabajaba como conserje de una escuela, como obrero o cualquier trabajo eventual que le saliera, pues por su edad era difícil que en alguna empresa le diera la oportunidad.
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Ahora durante esta pandemia ha encontrado en la pesca la forma de sacar unos cuantos pesos, aunque en ocasiones no los vende, le quedan para prepararlos en casa, hacerlos con mantequilla, salsa roja o con lo que haya.
Mencionó que también ha llegado a pescar cangrejos, mismos que también se le venden con éxito.
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Por lo regular suele lanzar la caña que él mismo elaboró con una botella de plástico e hilo, a la altura del Monumento al Cigarro, pocas veces ha decido ir a las compuertas ya que sí le da temor de llegar a ser arrollado por las corrientes internas que mayormente se sienten en aquella parte.
“Están buenos estos pescados, nomas los limpia uno y ya, quedan listos para prepararlos. Ya con la venta de estos pescados, pues sale algo para comer, para una soda o algo, es la necesidad”, puntualizó el habitante de la colonia Altavista, quien ayer, no había podido pescar nada, por lo que aseguró que regresaría mas noche, quizá en compañía de algunos compañeros.
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