Un largo viaje para llegar hasta Juárez

Migrante espera reunirse con su hijo de 12 años en Estados Unidos

Héctor Tovar

  · viernes 22 de marzo de 2019

Ciudad Juárez, Chihuahua.- Marcados con los números 9 mil 567 y 6 mil 736, Javier Sánchez y Luis Ernesto Alvarado, originarios de Honduras y El Salvador, esperan desde la iglesia El Buen Pastor, su oportunidad para cruzar a los Estados Unidos en busca de asilo.

Javier, manifestó que vivió una travesía de 3 meses para poder llegar aquí a Ciudad Juárez, desde su país natal, con la intención de reunirse con su hijo de 12 años, beneficiado con el programa Obama Care y que actualmente vive en los Estados Unidos.

Al no contar con recursos, decidió aventurarse "a la buena de Dios" y viajó por las carreteras del México, algunas veces a pie y otras de "aventón", hasta que finalmente llegó a esta frontera.

Sin embargo, por su numeración tendrá que esperar otros dos meses para ser recibido, pero tiene fe en que será aceptado y así, podrá ayudar a su familia, dándoles una mejor vida.

Por su parte, Luis Ernesto Alvarado, dijo que él viajó un mes desde el Salvador hasta Juárez, no sin antes haberse quedado a trabajar por algunas semanas en Chihuahua, hasta que junto más dinero y tomó un camión con destino a esta frontera.

Primero, al iniciar su peregrinar desde El Salvador, llegó a Tapachula, Chiapas, a mediados de enero y salió con la caravana, para caminar por 11 días, recibiendo ayuda de algunos pobladores durante su largo trayecto.

Después llegó a Puebla, donde se perdió con otro grupo de migrantes, posteriormente se dirigió a la Ciudad de México y finalmente terminó en Chihuahua, donde agarró empleo en la construcción.

"No había de otra, tenía que buscar algo mejor para mi familia, allá es muy difícil vivir, las pandillas no lo dejan trabajar a uno a gusto, tiene uno que pagarles 15 dólares a la quincena de renta o cuota", mencionó Luis.

A él, lo amenazaron de muerte integrantes de la Mara Salvatrucha porque trabajaba de guardia privado en un banco, dándole solamente 20 minutos para que dejara su casa y a su familia.

Ahora, los dos compañeros ayudan en El Buen Pastor, mientras son llamados por las autoridades norteamericanas y analizan la posibilidad de trabajar por un tiempo, para juntar algo de dinero y poder sostenerse.

De hecho, platicaron que por la mañana algunos de los migrantes que viven ahí con ellos, se fueron a trabajar en un car wash, donde les ofrecieron una paga diaria.

Por su parte, el pastor Juan Fierro García, dijo que actualmente en su congregación tiene un cupo máximo de 200 personas, pero con las nuevas adecuaciones que habrá de realizar al inmueble, podrían albergar hasta 250 indocumentados.