La falta de personal y la deficiente atención que brinda la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género y la Familia, fue evidenciada una vez más por otra afligida madre de familia a la que le tomó tres días poder interponer una denuncia contra su ex pareja, por abusar sexualmente de su hija de 12 años de edad.
Devastada, la señora Sara C., contó al Heraldo de Juárez los difíciles días que ha vivido desde el pasado viernes, cuando se enteró que su pequeña fue abusada por su padrastro, siendo una vecina quien le dio la terrible noticia, luego de que la menor se acercará a ella para contarle lo que había ocurrido.
Sin embargo, a pesar de que ese día acudió de inmediato a la FEM a interponer la denuncia, tuvo que esperar por horas para ser atendida y por si fuera poco, la trajeron a vueltas y vueltas hasta la madrugada, poniendo en peligro su integridad y la de su hija.
Refiere que la hicieron ir a la Fiscalía de la Mujer de la Sanders y Sevilla, también a la nueva FEM de las calles Durango y Zaragoza, así como a la Fiscalía de Distrito de la avenida Juan Gabriel, a unos metros de la calle Aserraderos.
Por si fuera poco, en dos ocasiones tuvo que ir al Hospital de la Mujer, dónde le hicieron los exámenes médicos a su hija, ya que por un error de ellos pusieron su nombre como víctima en los exámenes y no el de su pequeña.
Relató que apenas la noche del domingo terminó con todo este trámite lento y burocrático y finalmente quedó acentada la denuncia en la carpeta de investigación, pero ahora teme que el responsable, a quien identifica como Juan Alberto S. R., se pueda dar a la fuga escapando de la ciudad.
“Ellos están dando tiempo a que el se vaya de la ciudad, les pido que por favor aceleren todo para que lo detengan y pague por lo que le hizo a mi hija por casi dos años, el es de Veracruz y tengo miedo que se escape o que nos haga algo a mi y a mis hijos”, dijo ahogada en llanto.
Agregó que su hija le tuvo la confianza a la vecina para platicarle todo, con la intención de ayudarla a decirle a ella, ya que como la señora Sara es de carácter fuerte, la niña tenía miedo de que la regañaran o no le creyera que había sido violada.
Lamentablemente, el agresor ya está al tanto de todo y aunque ella misma intentó detenerlo, Juan Alberto se está escondiendo en una casa de Riberas del Bravo, que pertenece a un amigo de él.