/ sábado 20 de enero de 2024

La Bandida de Casas Grandes: Graciela Olmos, una vida en rebeldía

Mejor conocida como La Bandida, su historia nos lleva a la época dorada de la vida nocturna en la Ciudad de México

Memorias de Chihuahua

La historia de Graciela Olmos, conocida popularmente como La Bandida, es un historia que nos transporta a la época dorada de la vida nocturna en la Ciudad de México durante los años 50 del siglo pasado. Su nombre se convirtió en una referencia tanto para cantantes, bohemios y personas de la política que visitaban su famoso burdel.

Graciela Olmos, cuyo nombre real era Marina, nació en la Hacienda de San Diego en Casas Grandes, Chihuahua, un 10 de diciembre de 1895. Sus padres trabajaban en la Hacienda y ella se encargaba de las labores de limpieza. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando un grupo de asaltantes liderados por Jesús Hernández, conocido como "el bandido", atacó la Hacienda, dejando como únicos sobrevivientes a Marina, de 12 años, y su hermano Benjamín, que no llegaba a los 10.

Los hermanos fueron llevados a Irapuato, donde Marina ingresó a un convento y Benjamin al Seminario, ordenándose años más tarde como sacerdote. Durante la Revolución, las fuerzas de Pancho Villa llegaron a Irapuato, y Marina se reencontró con Jesús Hernández, de quien se enamoró y contrajo matrimonio. Sin embargo, su matrimonio fue efímero, ya que Jesús fue asesinado en la batalla de Celaya. Desde entonces, Marina se ganó el apodo de "La Bandida" por su relación con su difunto esposo y su participación en el ejército de Pancho Villa.

Foto: Hemeroteca INAH

Decidió cambiar su nombre a Graciela Olmos y viajó a Chicago, donde se involucró en el contrabando de vinos junto a Al Capone durante varios años, hasta que las autoridades comenzaron a buscarla. Para evadir la justicia, través de Ciudad Juárez regresó a México disfrazada de hombre a, llevando consigo una maleta con 46 mil dólares. llegó a la Ciudad de México y se matriculó en el Colegio de las Vizcaínas. Después de terminar sus estudios en el colegio, se encuentra con Ruth Delorche, quien es amante de un político de alto rango. Juntos, deciden establecer un negocio de prostitución llamado "Las Mexicanitas". Entre los asiduos visitantes de este lugar se encuentra Agustín Lara".

Al final del sexenio del General Cárdenas, Graciela decide abrir su propio negocio llamado "La casa de La Bandida", un lujoso palacete en la Colonia Condesa con amplios salones, adaptados según la categoría de los clientes. En este establecimiento, acudieron desde intelectuales como José Alvarado y Alfonso Reyes, hasta toreros como Lorenzo Garza y Luis Castro "el soldado", e incluso personalidades como Diego Rivera y Pablo Neruda. También visitaron el lugar políticos como Maximino Ávila Camacho, Adolfo López Mateos, Fidel Velázquez y Fernando Amilpa.

Además de gestionar el negocio, Graciela se encargaba de preparar a "sus niñas", brindándoles clases de literatura, gimnasia y natación. Muchas de ellas lograron establecerse formando familias con personalidades destacadas en el ámbito político y empresarial.

Graciela Olmos, además de su fama como anfitriona de "La Bandida", también tuvo una destacada faceta como compositora, creando alrededor de 200 canciones. Algunas de las más reconocidas incluyen "Siete leguas", la cual le compuso a un caballo que tenia Pancho Villa "La enramada", "Carabela", "Corrido de Durango" entre muchos más.

Foto: Hemeroteca INAH

También es importante mencionar a los artistas que visitaron la casa de Graciela, tanto como clientes como empleados. Como empleados, destacaron nombres como Los Panchos, Los Diamantes, Alvaro Carrillo, Pepe Jara y Marco Antonio Muñiz, a quien Graciela consideraba como un hijo y lo apoyó hasta que llegó el momento en que, según Marco Antonio, ella lo animó a buscar nuevos horizontes y lo despidió con una fina guitarra. Otros artistas famosos que pasaron por allí incluyen a Cuco Sánchez, Benny More y Carlos Lico.

Graciela, adelantada a su tiempo, también defendió los derechos de las mujeres a través de movimientos sociales y políticos. Cuando Jose Pagés Llergo fue despedido de la revista "HOY", Graciela se presentó para ofrecerle dinero y ayudarlo a fundar lo que hoy conocemos como la Revista Siempre.

Lamentablemente, Graciela falleció el 31 de mayo de 1962 en la pobreza y en el olvido de muchos a quienes había ayudado. Su último consuelo fue estar acompañada por el cantante Marco Antonio Alcalá en sus últimos momentos. Fue velada por la Madre Superiora de un asilo de huérfanos que Graciela siempre apoyó, y recibió los santos óleos de su hermano Benjamin, a quien ella cariñosamente llamaba "el beato”

Facebook: Archivo Histórico Municipal de Parral

Memorias de Chihuahua

La historia de Graciela Olmos, conocida popularmente como La Bandida, es un historia que nos transporta a la época dorada de la vida nocturna en la Ciudad de México durante los años 50 del siglo pasado. Su nombre se convirtió en una referencia tanto para cantantes, bohemios y personas de la política que visitaban su famoso burdel.

Graciela Olmos, cuyo nombre real era Marina, nació en la Hacienda de San Diego en Casas Grandes, Chihuahua, un 10 de diciembre de 1895. Sus padres trabajaban en la Hacienda y ella se encargaba de las labores de limpieza. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando un grupo de asaltantes liderados por Jesús Hernández, conocido como "el bandido", atacó la Hacienda, dejando como únicos sobrevivientes a Marina, de 12 años, y su hermano Benjamín, que no llegaba a los 10.

Los hermanos fueron llevados a Irapuato, donde Marina ingresó a un convento y Benjamin al Seminario, ordenándose años más tarde como sacerdote. Durante la Revolución, las fuerzas de Pancho Villa llegaron a Irapuato, y Marina se reencontró con Jesús Hernández, de quien se enamoró y contrajo matrimonio. Sin embargo, su matrimonio fue efímero, ya que Jesús fue asesinado en la batalla de Celaya. Desde entonces, Marina se ganó el apodo de "La Bandida" por su relación con su difunto esposo y su participación en el ejército de Pancho Villa.

Foto: Hemeroteca INAH

Decidió cambiar su nombre a Graciela Olmos y viajó a Chicago, donde se involucró en el contrabando de vinos junto a Al Capone durante varios años, hasta que las autoridades comenzaron a buscarla. Para evadir la justicia, través de Ciudad Juárez regresó a México disfrazada de hombre a, llevando consigo una maleta con 46 mil dólares. llegó a la Ciudad de México y se matriculó en el Colegio de las Vizcaínas. Después de terminar sus estudios en el colegio, se encuentra con Ruth Delorche, quien es amante de un político de alto rango. Juntos, deciden establecer un negocio de prostitución llamado "Las Mexicanitas". Entre los asiduos visitantes de este lugar se encuentra Agustín Lara".

Al final del sexenio del General Cárdenas, Graciela decide abrir su propio negocio llamado "La casa de La Bandida", un lujoso palacete en la Colonia Condesa con amplios salones, adaptados según la categoría de los clientes. En este establecimiento, acudieron desde intelectuales como José Alvarado y Alfonso Reyes, hasta toreros como Lorenzo Garza y Luis Castro "el soldado", e incluso personalidades como Diego Rivera y Pablo Neruda. También visitaron el lugar políticos como Maximino Ávila Camacho, Adolfo López Mateos, Fidel Velázquez y Fernando Amilpa.

Además de gestionar el negocio, Graciela se encargaba de preparar a "sus niñas", brindándoles clases de literatura, gimnasia y natación. Muchas de ellas lograron establecerse formando familias con personalidades destacadas en el ámbito político y empresarial.

Graciela Olmos, además de su fama como anfitriona de "La Bandida", también tuvo una destacada faceta como compositora, creando alrededor de 200 canciones. Algunas de las más reconocidas incluyen "Siete leguas", la cual le compuso a un caballo que tenia Pancho Villa "La enramada", "Carabela", "Corrido de Durango" entre muchos más.

Foto: Hemeroteca INAH

También es importante mencionar a los artistas que visitaron la casa de Graciela, tanto como clientes como empleados. Como empleados, destacaron nombres como Los Panchos, Los Diamantes, Alvaro Carrillo, Pepe Jara y Marco Antonio Muñiz, a quien Graciela consideraba como un hijo y lo apoyó hasta que llegó el momento en que, según Marco Antonio, ella lo animó a buscar nuevos horizontes y lo despidió con una fina guitarra. Otros artistas famosos que pasaron por allí incluyen a Cuco Sánchez, Benny More y Carlos Lico.

Graciela, adelantada a su tiempo, también defendió los derechos de las mujeres a través de movimientos sociales y políticos. Cuando Jose Pagés Llergo fue despedido de la revista "HOY", Graciela se presentó para ofrecerle dinero y ayudarlo a fundar lo que hoy conocemos como la Revista Siempre.

Lamentablemente, Graciela falleció el 31 de mayo de 1962 en la pobreza y en el olvido de muchos a quienes había ayudado. Su último consuelo fue estar acompañada por el cantante Marco Antonio Alcalá en sus últimos momentos. Fue velada por la Madre Superiora de un asilo de huérfanos que Graciela siempre apoyó, y recibió los santos óleos de su hermano Benjamin, a quien ella cariñosamente llamaba "el beato”

Facebook: Archivo Histórico Municipal de Parral

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