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Durango22 de mayo de 2025
Análisisviernes, 9 de mayo de 2025

Solo era cuestión de tiempo

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La renuncia de Enrique Benítez como militante del PRI, no fue una sorpresa, sino todo lo contrario. Lo que el clásico quiso decir: no debe sorprender a nadie. El texto de su renuncia narra sus 40 años de militancia y de su carrera política del ex partido de sus amores . Enrique Benítez Ojeda, sin duda, de un tiempo a la fecha, se convirtió en uno de los priistas más polémicos al criticar en ocasiones al PRI.

En realidad, desde que Benítez Ojeda dejó de ser diputado local en la pasada legislatura, sus días estaban contados en el PRI. Detrás de la renuncia de Enrique Benítez, hay historias de poder, de encuentros y desencuentros y solo habrá que esperar el día que nos cuente en un libro, sus 40 años en el PRI para conocer a detalle a quienes trató, porque el PRI vive una lenta agonía y sus últimos años en el Bicentenario.

De aquel partido hegemónico que vivió Benítez Ojeda, como dice la canción: ya no queda nada nada nada nada nada y por eso, al buen entendedor pocas palabras. Admite Benítez que ya cumplió su ciclo en ese partido, pero también, que el actual jefe político del PRI le cerró el camino para seguir su carrera política. ¿Pero en el fondo, no será que el PRI ya cumplió su ciclo? ¿Que la sociedad se cansó de su autoritarismo y les cerró el camino? Quienes se han ido del PRI en busca de otros horizontes, han entendido que el PRI es el enemigo del PRI.

Lo que llaman “desbandada” de priistas, desde la llegada de la 4T ha sido el pan de cada día a nivel nacional y local. No olvidemos por ejemplo aquí en Durango a un Oscar García Barrón o Gustavo Lugo Espinoza, Roy Guerrero y al mismo Maximiliano Silerio Esparza, exgobernador del Estado de Durango. Para nadie es un secreto que, en la actual coyuntura electoral, utilizan las estructuras de la burocracia estatal y municipal para tratar de impedir que la 4T llegue por primera vez a la presidencia municipal.

De la lectura del texto de su renuncia, destacan frases que van a la yugular del círculo rojo del Bicentenario: “como nunca, prevalece la corrupción y el autoritarismo en la actual administración”. Se podría estar de acuerdo o no con la renuncia de Enrique Benítez, porque al final de cuentas, es un asunto personal. Benítez llama al pan pan y al vino vino, y no cualquiera lo hace. También se sabe, que priistas locales de primer nivel, piensan igual que Enrique Benítez Ojeda y aunque sigan en ese partido, en los hechos no lo están.

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