¿Sabías que el Club Necaxa nació gracias a un ingeniero escocés y su visión de mejorar la vida de los trabajadores?
A lo largo de los años, el equipo ha sido conocido por su histórica relación con la electricidad y su conexión con la empresa que lo patrocinó
Rubén Torres
El Club Necaxa, uno de los equipos más tradicionales del fútbol mexicano, tiene una historia que se remonta a la década de 1920, cuando el deporte comenzó a ganar terreno en el país. En 1922, el ingeniero escocés William H. Frasser, gerente de la compañía Luz y Fuerza del Centro, decidió involucrarse en el mundo del fútbol como una forma de mejorar la calidad de vida de los obreros de su empresa. Convencido de los beneficios del deporte, patrocinó dos equipos: Tranvías y Luz y Fuerza, los cuales jugaban en los campos de la Colonia Condesa de la Ciudad de México.
Tras la fusión de ambos equipos el 21 de agosto de 1923, surgió un nuevo club que se unió al campeonato de liga organizado por la recién fundada Federación Mexicana de Fútbol. El equipo adoptó el nombre de Necaxa, en honor al río Necaxa, cuyas aguas abastecen las plantas hidroeléctricas que iluminaban la capital mexicana. La conexión con la electricidad y la importancia de la energía fueron elementos clave en la identidad del club, reflejados tanto en su nombre como en su apodo: los Electricistas.
La elección del nombre Necaxa no fue casual, ya que la liga capitalina no permitía que los equipos tuvieran nombres particulares. De esta manera, el club decidió rendir homenaje a la presa ubicada en Puebla, fuente de energía vital para la ciudad. Asimismo, el equipo adoptó los colores rojo y blanco para su uniforme y escudo, una clara referencia a la nacionalidad de Frasser, quien era escocés.
Necaxa debutó en la liga mexicana en la temporada 1923-24, marcando el comienzo de una larga tradición en el fútbol nacional. A lo largo de los años, el equipo ha sido conocido por su histórica relación con la electricidad y su conexión con la empresa que lo patrocinó en sus primeros años, convirtiéndose en un símbolo de la industria mexicana y dejando una huella imborrable en el deporte nacional.