Multitudinario recorrido acabó con la cerveza en cantinas del centro capitalino

La llegada de numerosos grupos, cuyos integrantes ávidos por presumir en redes sociales su presencia en bares que nunca jamás volverán a visitar, provocó una inusitada escasez de cerveza

Miguel Ángel Mora

El recorrido de parroquianos por los siete bares, una tradición potosina emulando sin burla a la de los siete altares -simbología de los episodios que habría sufrido Jesús en su recorrido hasta su crucifixión-, terminó con una escasez de cerveza que la mayoría de los lugares no pudieron resurtir.

Y no por falta de dinero ni crédito, sino por los problemas de los distribuidores para ingresar al Centro Histórico.

Aún así, las cantinas tradicionales pudieron cobijar a los grupos que casi en manada llegaron a El Peñasquito -con la gran atención de Juan y su equipo- a El Radio -donde suelen llegar los trasnochados- al Tampico Bar -donde preparan las mejores bebidas- o al Pinin -a pesar de los fétidos olores que emanan de su espacio y que se respiran desde la banqueta- o al añejo Banco Bar donde, como muchos saben, no se preparan micheladas, es decir, las cervezas se toman cual son, pero siempre generosos con las copas que sirven.

El bar Escalón, que horas antes resintió un asalto cuyos autores huyeron con las ganancia de un día antes -seguramente para sus vicios-, no defraudó a quienes acudieron a ese espacio que presume de ser la cantina más antigua del San Luis.

Muchos lamentaron no hallar en servicio el Bar Conde, El Colonial o El Chivas bar e, incluso el bar Ezgodi -cerrado hace varios años-, pero el recorrido se suple con otros, a lo mejor no tan antiguos, como El Rulos e inclusive algunos desapercibidos como el Garibaldi, en la calle Los Bravo.

Sin embargo, la llegada de numerosos grupos, cuyos integrantes ávidos por presumir en redes sociales su presencia en bares que nunca jamás volverán a visitar, provocó una inusitada escasez de cerveza, que en algunos intentó suplirá con bebidas preparadas con descuentos especiales.

Entre bares hubo intercambio de cartones de cerveza, pero hubo un momento en que al abasto se acabó; a pesar de las peticiones, distribuidores alegaron dificultades para ingresar al Centro Histórico.

No obstante, hubo la promesa de tener surtidos los refrigeradores este viernes, para quienes regresen a aliviar la resaca que, seguramente, muchas y muchos tendrán luego del recorrido de tantos bares.