Ciudad Juárez, Chihuahua.-Un enorme charco de sangre, una veladora blanca y una rosa, marcan el lugar donde la mañana del pasado martes una pequeña de casi 6 años fue baleada al ser víctima circunstancial de una ejecución, después de haber festejado su graduación.
Y es que solo bastó una bala para que fuera truncada la vida y el futuro de la pequeña Violeta Castorena, ese día había asistido en compañía de sus padres a los festejos del jardín de niños Luis Donaldo Colosio, las calles Ejido Hidalgo y Lulú Creel, en la colonia Terrenos Nacionales..
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Lo que para ella y su familia debería haber sido un día de júbilo y alegría, terminó en tragedia y dolor, sin imaginar en las puertas del plantel, un padre de familia sería blanco de un ataque a balazos a mano de criminales, que no les importó la presencia de los niños.
Visiblemente consternada, la señora "Clara" platicó para El Mexicano la angustia que vivió, al enterarse de la balacera que se desató afuera del jardín de niños, ya que ella tiene un sobrino que ahí estudia.
"Tengo un sobrinito ahí pero gracias a Dios no le pasó nada, ahí dejaron un tiradero de sangre, se que al señor que mataron lo estaban esperando ahí afuera hasta que saliera, a la niña no le tocaba esa bala, esa bala era para el señor", manifestó.
Por su parte, el tendero Joaquín Solís recuerda el corredero de gente, luego de haberse escuchado el estallido de lo que él pensó, eran cohetes, al celebrarse la graduación de los niños de último grado.
Con los ojos llorosos, platico que vio cuando llevaban a la niña cargando toda llena de sangre, para llevarla al hospital, al mismo tiempo que apuntaba el camino de sangre esparcido a lo largo de media calle, en el intento de sus padres por salvarle la vida.
"Mi hija acababa de llegar con mi nieto, el también se graduó, ella era del mismo grupo que mi nieto, gracias a Dios no les pasó nada, ellos eran del mismo grupo", siguió la plática pero el llanto le ganó y se metió a su casa.
En el lugar, otro vecino, que en ese momento iba saliendo con su hijo del kinder, también resultó lesionado con una esquirla de bala, pero él no pidió traslado al hospital y decidió seguir con su recuperación en casa.
En la calle el silencio era ensordecedor, mientras que al interior del plantel todavía quedaban algunos adornos con los que se felicitaba a los pequeños que habían terminado sus estudios y ahora empezaría una nueva etapa en la primaria.
Ante esta situación, los padres de Violeta, la señora Daniela Mascorro y su esposo Alex Castorena, decidieron no dar entrevistas pidieron respeto a su dolor, para darle el último adiós a su "gordita", era como le dicen de cariño en vida.
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