Yesenia, incansable madre buscadora

“Sólo las mujeres buscamos a nuestros hijos, cómo no hacerlo si son parte de nuestra carne”, afirma, y confiesa que tiene miedo que Dios la llame antes de abrazar de nuevo a su hijo

Vanessa Rivas | El Heraldo de Chihuahua

  · martes 8 de marzo de 2022

Alberto Hierro | El Heraldo de Chihuahua

Está muerta en vida, le arrebataron a su hijo Carlos Antonio. Han pasado casi 7 años, desde entonces lo busca sin cesar. Yesenia Carrera se ha convertido en una madre buscadora, ha ido al cerro donde desapareció a gritarle a su hijo, para que sepa que ella lo seguirá buscando hasta su último aliento.

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“Sólo las mujeres buscamos a nuestros hijos, cómo no hacerlo si son parte de nuestra carne”, afirma Yesenia, de sus ojos brotan gruesas lágrimas, la ausencia duele, y duele mucho.



El amor por su hijo la mantiene en pie, pues a las autoridades no les importan las personas desaparecidas y sus familias, las mujeres se han convertido en investigadoras en los casos de desaparición, brindan pistas y se convierten en buscadoras de la verdad y la justicia.

“Tengo miedo de que Dios me llame a su presencia y mi hijo llegue a casa cuando me haya ido”, comenta Yesenia, quien en su corazón siente que Carlos Antonio sigue vivo.

Yesenia se ha convertido en la líder de varias madres buscadoras, “ya no sabe uno qué hacer para buscarlos, dónde buscarlos y cómo hacer que alguien nos ayude”.

Con el pasar de los años la han tachado de “loca”, pero ella responde que estaría loca si dejara de buscar a Carlos Antonio Perales Carrera.

La falta de empatía de la sociedad hace más difícil la búsqueda, por lo que pide que se pongan en sus zapatos, porque no es bonito tener a un hijo desaparecido y tampoco lo pidieron. “Somos mujeres las buscadoras porque nosotros sí queremos a nuestros hijos, nacieron de nosotras y los necesitamos con nosotras. Si nosotras no los buscamos, nadie más lo hará”.

Un viernes de 2015 fue la última vez que Yesenia vio a su hijo, Carlos había ido a despedirse porque tenía que irse a LeBarón donde construían una antena de comunicación para la Fiscalía General del Estado.

En ese entonces Yesenia también iba a ser sometida a una cirugía, por lo que se comprometieron a hablar todos los días.

El sábado 29 de agosto le habló en la mañana, él se encontraba bien y hasta le avisó que el siguiente jueves regresaría a Chihuahua, al terminar con la instalación de la antena que se costeó con la Iniciativa Mérida para reforzar la comunicación y seguridad en la zona noroeste del estado.

El corazón de Yesenia rebosaba de felicidad, volvería a abrazar a su hijo, pero poco le duró esa felicidad, pues en la tarde él ya no contestaba el celular, tampoco ninguno de los seis compañeros, también desaparecidos.

Lo intentó el domingo, el lunes y nada, no había respuesta. “Yo sentía un vacío en el corazón y mi estómago; no contestaba nadie”.

Pasó una semana y fue a su casa una mujer que le dijo que el campamento en el que estaban pernoctando estaba destruido. Ese día fue a poner la denuncia ante la Fiscalía General del Estado, pero no querían aceptarla en la zona Centro debido a que la desaparición fue en el Noroeste. Fue el lunes a esa zona a interponer la denuncia.

Existe una carpeta de investigación que se engrosa pero nadie dice nada, nadie vio nada. La autoridad dice que lo siguen buscando, pero no existe avance.

Han sido casi 7 años de dolor, “estoy muerta, no puedo ser feliz, me hace falta, no sé si come, si lo tienen amarrado, si está bien…”

Para Yesenia cada día se acrecienta su impotencia y su rabia, pero también el amor que la hace mantenerse de pie al lado de su hija, quien la acompaña en cada movilización, marcha o búsqueda.

“Es una parte de mí, es el amor de mi vida, lo seguiré buscando aunque en ello se me vaya la vida”.

Yesenia junto con otras madres de familia seguirán en la búsqueda de sus hijos hasta encontrarlos, cueste lo que cueste.