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Ciudad Juárez, Chihuahua.- La contingencia por Covid-19, no frenó este año la fe que cientos de feligreses le tienen a San Judas Tadeo, el santo de las causas difíciles.
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Desde muy temprano y con plena devoción, los fieles comenzaron a llegar a la parroquia San Judas Tadeo para dejar sobre una mesa de madera colocada al exterior, una veladora y flores o simplemente para ir a pagar alguna manda o agradecer algún milagro cumplido.
Algunas personas hincadas y otras de pie, observaban la imagen del santo que se encontraba al exterior de la iglesia, donde permanecían alrededor de 15 minutos, se persignaban para finalmente retirarse.
Asimismo, había quienes permanecían en el vehículo, sólo bajaban a encender la veladora y a dejarla en el área asignada.
Padres de familia, llevaban a sus hijos caracterizados de San Judas Tadeo para pagar alguna manda, siempre siguiendo las medidas sanitarias indicadas por las autoridades.
Este 28 de octubre, miles de feligreses celebran el Día de San Judas Tadeo, una de las fiestas patronales más importantes para los católicos, aunque ante la pandemia este año fue cancelada y la misa se celebró de manera virtual.
Sin embargo, personas creyentes como Luz María no dejaron de asistir, pues su agradecimiento es grande que cada año asiste a dejarle una veladora y flores.
“Para mi San Juditas es muy importante, está conmigo y con mi familia en todo momento. No podía dejar de venir a traerle su veladora, cada año lo he hecho desde hace mucho tiempo”, señaló.
Comentó que su devoción comenzó desde una manda que le prometió, después de pagarla su fe en él se incrementó al grado de siempre recurrir a él.
“Mi mamá le tenía mucha fe, ella tenía un altar cuando estábamos chiquitos, pero yo lo conocí hasta que crecí, en un mal momento de mi vida, él me ayudó”, expresó con profundo sentimiento la señora de 62 años.
Hace unos días, el padre Salvador Magallanes, párroco de la iglesia San Judas Tadeo, comentó a El Heraldo de Juárez que se iba a contar con personal que estuviera supervisando que se tomarán las medidas sanitarias y de que no hubiera aglomeraciones.
Mencionó que la iglesia permanecería cerrada debido a la contingencia sanitaria, sin embargo se sabía que eso no impediría que los fieles llegarán a dejar su ofrenda.
Por último, lamentó la situación y que los feligreses no pudieran asistir a la misa de forma presencial como años anteriores, cuando abarrotaban la iglesia y las calles se cerraban desde varios kilómetros a la redonda.
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