A pesar de la contingencia y recomendaciones oficiales para permanecer en casa, muchas son las personas, hombres y mujeres que ignoran medidas preventivas de los tres niveles de gobierno, porque aseguran de alguna manera tienen que ganar dinero para alimentar a su familia.
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Son varones y mujeres sin empleo fijo, quienes se observan en calles y espacios públicos para vender ropa y artículos usados, otros buscan alguien los contrate para alguna actividad remunerativa, sin importar que no dominen el oficio por el que los contratan.
Hombres que siempre han laborado como empleados de maquiladora y en el sector gastronómico, hay día han tenido que agarrar la pala y otras herramientas para trabajos pequeños de albañilería. Otros ciudadanos, mujeres y hombres dedicados al comercio informal, puntualizan que es imposible permanece en casa, cuando se tiene la necesidad de llevar alimentos a casa, razón por la cual, aun con temor de que policías viales los amonesten como ya sucedió hace unos días, se arriesgan salir de casa para, no solo para buscar cómo ganarse la vida sino “para no enloquecer tanto tiempo encerrado”.
Rigo, hombre con discapacidad, al perder una pierna producto de la diabetes, expuso: “A mí ya me amonestaron los tránsitos, y hasta fotografía me tomaron, al preguntar a los agentes por qué me tomaban fotos, solo me indicaron es un requisito, había mas gente aquí en plaza a la Madre, solo a mi me amonestaron. Me estoy arriesgando, pero no aguanto más encierro”.
Por su parte mujeres que venden ropa “de segunda” en espacios públicos y al exterior de viviendas, aseguran: “No hay razón para estar encerradas cuando se tienen carencias y necesidades, aparte del alimento. De qué sirve me regalen una despensa, si no tengo gas en casa y tampoco dinero para pagar los servicios como agua y electricidad”.
Maricruz, adulta mayor que vende ropa usada a 5, 10 y 20 pesos pieza, reconoció que sabe a lo que se expone al no respetar el confinamiento, pero no puede quedarse en casa, esperando alguien le lleve gas para cocinar, “el jueves hice panecitos en una estufa de leña, que por cierto también se terminó, gracias a Dios vendí todos, y compre gas, pero falta pagar agua y recibo de CFE, ¿alguien los pagará por mí?”, preguntó.
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