Con una mañana fría y con vientos de moderados a fuertes, decenas de fieles católicos se dieron cita en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe para la celebración del Domingo de Ramos.
Con las palmas, imágenes, rosarios y ramos sobre sus manos, uno a uno fueron llegando los católicos al atrio de catedral, para que fueran bendecidos.
Pasadas las 7:35 de la mañana el obispo José Guadalupe Torres Campos, acompañado de otros sacerdotes y los monaguillos al exterior de la Misión de Guadalupe dio un mensaje, para luego bendecir las palmas.
Que estos ramos que hemos preparado, que sean la expresión de nuestra fe, de estos estamos es donde brota la clamación "bendito el que viene", dijo la máxima autoridad eclesiástica
"Que el ramo sean nuestras obras, nuestras muestras de caridad y el amor a Dios", agregó en su mensaje el Obispo Torres Campos.
Posteriormente los fieles abrieron un pasillo al centro de la multitud, para que se representará el paso triunfal de Jesús a Jerusalén, para ingresar a la catedral.
Una vez al interior, se indicio la primer misa dominical en punto de las 7:45, las bancas llenas de fieles con sus ramos y palmas, pidieron por una conversión y paz en la ciudad.
El Domingo de Ramos es de alegría pero a la vez es iniciar el calvario de Jesús, es la preparación para que fuera crucificado, para salvación de todos nosotros, esto es la Cuaresma, externó Carmen Hernández, quien tiene años asistiendo a esta celebración.