Cuando una mujer se enamora de un hombre, buscará de muchas formas agradarle, gustarle y finalmente ser aceptada, para formar una familia y pasar el resto de sus días a lado de la persona que ama, así fue el caso de Doris Margarita Arias.

“Desde el primer día que lo vi pasar por el frente de mi casa me gusto, sabía que él estaba separado e iniciaría su proceso de divorcio pronto, por lo que me arm+e de valor y busque la manera de manifestarle mi amor”, inició su relato Arias.

Peleas continuas ocasionaron que el hombre decidiera separarse de su esposa y se estableciera en una vivienda enfrente a la de Doris; el trato diario, coincidir fue acrecentando el sentimiento de amor.

“No pues una de esas veces que nos vimos fuera de la casa, cuando él llegaba de su trabajo, me armé de valor para confesarle lo que sentía por él, pero lo acompañaba uno de sus hijos y tuve que decirme para otro día”, detalló Arias.

“Pasaban las semanas y no conseguía verlo a solas, pero a pesar de todo mi temor, fui hasta su casa, toque la puerta y le dije, me gustas y quiero que seamos pareja, como ves?”, añadió la mujer.

Fueron varias las ocasiones que esperó una respuesta positiva por parte de su vecino, pero lamentablemente nunca recibió el sí, enfatizó con voz entre cortada y un semblante de tristeza, tras recordar a quien consideró su primer amor.

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“La última ocasión que nos vimos, mi vecino me hizo saber que no deseaba estar conmigo y fue como cerré mi corazón a nuevas oportunidades y hasta la fecha, estoy sola, sin familia, creo que fue lo mejor, aunque si llego a pensar lo diferente que pudo ser mi vida, si estuviera casada y con hijos”, dijo Arias.

Finalmente -después de un suspiro- agregó que “por más que insistí, no logré que el hombre que me gustaba se quedara a mi lado, es triste, pero a pesar de que decidí ya no tener pareja, quizás aún no es tarde para dejarme querer”.