La violencia sexual consiste en hacer uso de la fuerza física, la coerción, intimidación o engaños para tratar de llevar a cabo o consumar actos de índole sexual sin el consentimiento de la víctima.
Con el objetivo de prevenir e identificar la violencia sexual, el Instituto Municipal de las Mujeres (IMM) informa sobre los componentes del consentimiento sexual para promover vínculos sexo afectivos libres de violencia.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2021), menciona que en México una de cada dos mujeres han sido víctimas de por lo menos un tipo de agresión sexual a lo largo de su vida en Juárez, el rango de edad de mayor incidencia por delitos sexuales es de 12 a 17 años.
Todas las personas involucradas aceptan tener cualquier contacto sexual, en eso consiste el consentimiento sexual, ya que es un acuerdo activo y explícito. Este debe estar presente en todo momento; desde una caricia o un beso, hasta rozar o penetrar partes íntimas del cuerpo de otra persona.
Se deben tomar en cuenta cinco componentes, para dar o recibir consentimiento, cada uno de ellos con características específicas que contribuyen a la prevención de la violencia sexual. Los actos deben ser deseados; es decir, que las personas involucradas estén entusiasmadas, convencidas y se sientan a gusto con lo que está sucediendo.
“En el consentimiento no debe haber dudas. Si estamos observando que alguna de las personas no se siente cómoda con lo que sucede, transmite preocupación o inseguridad, entonces es momento de parar, de lo contrario podría tratarse de una agresión sexual”, explicó la Mtra. Elvira Urrutia Castro, Directora del IMM.
El consentimiento debe ser libre de presiones, engaños o amenazas, de ahí que quienes tomen una decisión lo hagan de manera autónoma. Una persona inconsciente, bajo los efectos del alcohol o alguna sustancia no está en las condiciones para dar consentimiento, ya que su situación o estado alterado no le permite tomar una decisión libre.
Ocurre lo mismo con una niña o niño menor de 12 años y adolescentes de hasta 15 años, quienes no pueden otorgar consentimiento libre a una persona adulta, ya que existe un ejercicio de poder por la jerarquía de edad.
Lo anterior se traduce en condiciones desiguales para la toma de decisiones por la diferencia en el desarrollo, experiencias, recurso económico y patrimonial, entre otros. La información es otro de los componentes clave. No puede haber consentimiento libre y deseado si se ignoran detalles concretos de lo que va a suceder.
“Para poder consentir algo es necesario contar con toda la información al respecto, pues hay que tener en cuenta que, cuando se trata de nuestro cuerpo, somos nosotras y nosotros quienes decidimos cómo vivimos nuestra sexualidad y bajo qué condiciones; por ejemplo, si solo será contacto superficial como besos y caricias, o si se llegará a la penetración”, comentó Urrutia Castro.
El consentimiento sexual también contempla situaciones específicas. Las personas no siempre van a consentir las mismas cosas y no lo van a hacer todos los días; es su derecho cambiar de opinión y decidir sobre su propio cuerpo, por lo que la directora del IMM destacó que estar en una relación de pareja no es sinónimo de consentimiento sexual.
Es reversible el consentimiento; por lo tanto, alguna de las personas puede cambiar de opinión, independientemente de la situación en la que se encuentren en ese momento, sin importar que la otra parte se enoje o se moleste, lo importante es que las relaciones sexo afectivas sean libres de violencia y con pleno respeto a los derechos sexuales y reproductivos.
“Bajo ninguna circunstancia se debe desdibujar los límites del consentimiento y después culpabilizar a las víctimas de las agresiones sexuales utilizando como justificación la ropa, el alcohol, la ausencia de un ‘no’ o el ‘sí’ dado bajo presión”, añadió la Directora del Instituto Municipal de las Mujeres.
Se destacó que quienes hayan sido víctimas de alguna agresión sexual tienen derecho a recibir asesoría legal, acceso a la justicia y reparación del daño; atención médica y psicológica, así como profilaxis post exposición a infecciones de transmisión sexual, anticonceptivos de emergencia y aborto legal, seguro y gratuito, como lo establece la Norma Oficial Mexicana 046 (NOM-046-SSA2-2005).
En Juárez hay 18 centros comunitarios que cuentan con clínicas de salud cuyo personal médico está capacitado en la NOM046, donde pueden asistir las mujeres, jóvenes y adolescentes que han sido víctima de violencia sexual y de género para el debido seguimiento y canalización.
