Algunas familias de la comunidad de venezolanos que se encuentran apostados sobre el río Bravo no accedieron ser trasladados a los albergues que se han dispuesto para su seguridad, sobre todo por las bajas temperaturas que se están registrando desde hace unos días en la ciudad.
Hasta las instalaciones del campamento llegó personal de Protección Civil y del Consejo Estatal de Población (Coespo), para advertirles del descenso marcado en las temperaturas durante la noche y madrugada de este miércoles.
Fueron pocos los migrantes que por unos minutos aceptaron ir a los albergues para resguardarse, asearse y descansar en un espacio cálido ante la notificación de la bajá hasta el menos un grado centígrado la temperatura para esta noche, pero al conocer los cambios en las disposiciones que les daría acceso a Estados Unidos decidieron finalmente no moverse.
Se buscaba que las mujeres y los menores fueran trasladados por voluntad propia, lamentablemente al ver que los padres decidieron permanecer para cuidar las pocas pertenencias que poseen, decidieron no moverse.
Actualmente se contabilizan 350 casas de campaña, ocupadas por poco más de mil 800 migrantes, que no logran protegerlos de las condiciones climáticas que tiene actualmente la ciudad, por ello la insistencia de las diversas dependencias para que se retiren a los espacios dispuestos para salvaguardarlos.
Autoridades de los tres niveles de gobierno han mencionado que estarán monitoreando las condiciones en las que están conviviendo los venezolanos, ya que se busca evitar cualquier tipo de incidente que se pueda registrar en la convivencia diaria.
Cabe hacer mención que se continúa realizando la limpieza por los desechos que se generan diariamente, ya que organizaciones religiosas llegan con alimentos en recipientes desechables y estos se esparcen a lo largo del río.
La petición por parte de las diversas autoridades continuará hasta lograr que los migrantes acepten cuidar de su salud y sobre todo la de los menores que los acompañan en su petición