Salió del mundo de la droga

Luego de ser abandonado afuera del centro de rehabilitación y permanecer en el lugar de los que padecían una enfermedad mental grave, José ahora es jefe de enfermeros

Brenda Herrera | El Heraldo de Juárez

  · lunes 16 de diciembre de 2019

Olga Casas | El Heraldo de Juárez

El tener que tocar fondo fue uno de los motivos que ayudó a José Rosales para salir del mundo de las drogas, el cual le comenzaba a generar trastornos mentales hasta el grado de sentir que su realidad era distinta.

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Luego de ser abandonado afuera del Centro de Rehabilitación Asociación con Visión en Acción Rescate, y permanecer en el lugar de los que padecían una enfermedad mental grave, José ahora es el jefe de enfermeros en esta institución.

“Cuando llegué aquí, llegué totalmente desahuciado, en situación muy crítica, todo esto por el mal de las drogas”, comentó.

Fue desde los 17 años de edad que José inició a consumir drogas, con mayor frecuencia la heroína, “aunque probé de todas, pero en especial esa droga que era la que me traía realmente mal”.

En diferentes calles de California José tuvo que pasar la noche, debido a que no tenía un hogar donde refugiarse, y para dejar de consumir heroína tenía que estar bajo prisión, lugar que pisó en más de cinco ocasiones, la última vez fue por 10 años.

Al salir fue deportado a México, donde después de un tiempo de seguir en el mundo de las drogas, tocó fondo, pues le habían pasado un coche por encima de sus piernas, estaba perdiendo gran parte de su brazo y al mismo tiempo había quedado inmóvil.

“El hospital a donde me llevaron ya no pudo hacer nada por mí y vino y me aventó aquí afuera, me aceptaron, pero yo ya no tenía nada de memoria, e incluso después de un año permanecí en el lugar de los desquiciados porque además me hacía del baño, usaba pañal”, explicó.

A sus 46 años de edad, José era un desahuciado más, dentro de este centro, pero su fe, motivación y la ayuda que recibió por parte del centro lo motivo a salir adelante, logrando graduarse de la Licenciatura en Enfermería y ahora, después de 12 años, es jefe de enfermeros en la asociación.

El Centro de Rehabilitación Asociación con Visión en Acción Rescate, ubicado en la colonia Granjas del Progreso, comenzó gracias a la iniciativa de José Antonia Galván, quien actualmente refugia a más de 110 personas, que se encuentra con algún trastorno mental y que fueron abandonados.

Su interés por el bien de estas personas comenzó cuando también él fue víctima de las drogas y las malas decisiones que tomó en su juventud, las cuales lo llevaron a hacer cosas de las cuales hoy se arrepiente.

“Yo hice muchas cosas por la culpa de las drogas e incluso hasta querer matar, había voces que me decían ¡mátalos, mátalos!, hasta un día que intenté hacerlo con un predicador que me encontré en la calle y bajo el consumo de sustancias tóxicas le pegué hasta querer matarlo, de pronto caí hincado todo ensangrentado y fui cuando Dios me salvó”, expresó, Galván, director del centro de rehabilitación.

Desde ese entonces comenzó a cambiar su vida, y fue que dio atención a las personas que se encontraban por la misma situación por la que él pasó, hace más de 31 años.

Ahora, su compromiso con estas personas es brindarles atención y cuidado para que no estén en la calle y recaigan en las drogas.

Según comentó, el rango de edades de las personas que permanecen dentro, son de los 18 a 80 años y el 75 por ciento de ellos padece de esquizofrenia, lo cual fue generado por el consumo de drogas como cristal, heroína, entre otras.

Especificó que la manera de darle sustento a este centro, es atreves de las donaciones, pues el gasto que representa al mes es de 360 mil pesos.

La mayoría de las personas que permanecen dentro del lugar fueron recogidas de la calle en situación crítica o algunas abandonas fuera de la institución, como lo fue el caso de José.

El día de ayer, el grupo Broder Baber Academy realizó una actividad con todas las personas que se encuentran dentro del centro, con la finalidad de pasar tiempo con ellos y llevarles regalos.

“Vinimos aquí porque tienen muchas necesidades, las personas se olvidan de la gente de aquí porque los ven sucios y que no pueden coordinar, además de ser un lugar retirado, pensamos que sería bueno poner el grano de arena aquí”, comentó Gustavo Reyna, coordinador de esta academia.

Al lugar llegaron alrededor de 50 estudiantes, quienes llevaron comida, sodas y regalos, para pasar la tarde con ellos, además también compartió que cada mes les realizan el corte de cabello, actividad que llevan realizando desde el 2016, puntualizó.

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