Una de las drogas de mayor impacto y que comienza a tomar relevancia en el país es el fentanilo, el cual ya comienza a ser utilizado en esta frontera.
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El fentanilo es un opioide analgésico sintético, similar a la morfina, pero hasta 100 veces más potente, de acuerdo con especialistas.
Según se ha dado a conocer, se trata de un medicamento de prescripción de la categoría II, y es típicamente usado para tratar pacientes con dolor severo o para manejar el dolor después de la cirugía.
Gregorio Sáenz, consejero de Adicciones, comentó en entrevista con El Heraldo de Juárez que aunque esta droga trata de ocultarse ya comienza a consumirse en esta frontera, sobre todo en adultos después de una cirugía.
“El fentanilo está en Ciudad Juárez desde hace muchos años, la situación es que es un medicamento postoperatorio legal, que en Nuevo México o en El Paso es muy utilizado por personas que ya fueron operadas de distintos males”, comentó Sáenz.
Señaló que el fentanilo es usado como un medicamento para el dolor, pero se convierte en adicción en algunas de las personas que llegan a consumirlo debido a su efectividad y potencial.
“El problema está en que muchas personas llegan a disolverlo con otras sustancias o inyectarlo, ese es el problema y por lo cual se convierte en adicción”, indicó.
Explicó que esta sustancia supera en unas 50 o 100 veces en grado de adicción a la heroína y otras drogas como incluso el cristal.
“Es una nueva droga, como lo fue en un inicio el cristal. Aquí los adictos al fentanilo son en su mayoría personas grandes que tuvieron una operación e incluso me ha tocado ver personas grandes que cruzan a Estados Unidos para comprar esta sustancia y poder consumirla”, agregó.
Aseguró que actualmente esta droga se trae de Estados Unidos a Ciudad Juárez y trata de mantenerse oculta por las autoridades aún cuando en varios estados del país ya comienza a considerarse como una adicción.
A nivel local la Comisión Estatal de Atención a las Adicciones no tiene indicios o estadísticas de personas adictas a esta sustancia, ya que oficialmente se dice que aquí no ha llegado ni se consume.
De acuerdo con datos periodísticos, desde el desde 2017 autoridades relacionadas en temas de seguridad y salud se mantienen alerta, cuando en la frontera con Estados Unidos se decomisaron 63 kilogramos de fentanilo.
Según se ha dado a conocer en México son el Cártel de Sinaloa y Jalisco Nuevo Generación las organizaciones identificadas como principales distribuidores de esta droga.
Por su parte la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) advierte que con un kilo de fentanilo en polvo se pueden producir un millón de pastillas de un miligramo, las cuales se comercian en el mercado negro entre 10 y 20 dólares cada una.
Según señalan datos periodísticos, los estados donde se han asegurado ya cargamentos de este fármaco son Baja California Sur, Ciudad de México y Sonora, y también se han hecho aseguramientos en Chihuahua y Puebla.
Pese a ello autoridades a nivel local, aseguran que esta droga no ha llegado y que la prevalencia de adicciones se encuentra actualmente únicamente en heroína, marihuana y cristal.
La Secretaría de Salud a nivel federal indica que el fentanilo surgió luego de que en los últimos años distintos grupos poblacionales de Estados Unidos se hiciesen adictos a los opioides a través de recetas médicas expedidas por farmacéuticos.
Quienes lo consumen de forma inyectada, en parche o pastillas llegan a tener efectos que van desde: euforia, somnolencia, sedación, alucinaciones, disminuye la capacidad de concentración, provoca náuseas, pesadez y sequedad en la boca.
Entre las principales consecuencias a la salud están generar síndrome de abstinencia, accidente cardiorrespiratorio, reducción de la presión sanguínea, convulsiones y muerte inmediata por sobredosis.
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