El problema de la educación en México, tardará en resolverse unos años más de lo que yo pensaba.
Entre los enfrentamientos magisteriales de las dos potencias sindicales más importantes de México, y la falta de visión política en materia académica del Presidente Andres Manuel Lopez obrador, y su equipo de asesores, el proyecto educativo se paraliza.
Con un plumazo deroga la Reforma Educativa de Peña Nieto.
Pero deja la amenaza en vilo... Cuando en un momento de inusual desesperación, y como mecanismo de presión, (ya hemos hablado de los mecanismos de presión) manotea sobre la mesa y dice... "Al diablo con el proyecto educativo. Regresaremos a la mal llamada Reforma Educativa. ¡Para que se les quite!"
Todos suponemos que trae un proyecto revolucionario; que "su reforma", empatará con los niveles de conocimiento que privan en los países de primer mundo.
Así nos vendió la idea. Y le vamos a seguir creyendo.
El problema es... ¿Decide a capricho?
¿Sensibilidad política hormonal?
Si recula, todo parece indicar que comenzaremos de cero.
Al menos mientras el grupo de la CENTE no se pliegue al mandato presidencial, el fantasma terrorífico de la evaluación magisterial persistirá en los términos de la mal llamada reforma educativa Peñanietista.
Las pugnas sindicales, consumen miles de millones de pesos, los sindicatos son nefastos; son los responsables de prácticas dañinas, como la venta y la herencia de plazas.
Ojalá que estas prácticas desaparezcan. Y nuestras autoridades sean capaces de diseñar y poner en marcha un modelo verdaderamente vanguardista.
Por lo pronto... En ascuas.
El problema de la educación en México, tardará en resolverse unos años más de lo que yo pensaba.
Entre los enfrentamientos magisteriales de las dos potencias sindicales más importantes de México, y la falta de visión política en materia académica del Presidente Andres Manuel Lopez obrador, y su equipo de asesores, el proyecto educativo se paraliza.
Con un plumazo deroga la Reforma Educativa de Peña Nieto.
Pero deja la amenaza en vilo... Cuando en un momento de inusual desesperación, y como mecanismo de presión, (ya hemos hablado de los mecanismos de presión) manotea sobre la mesa y dice... "Al diablo con el proyecto educativo. Regresaremos a la mal llamada Reforma Educativa. ¡Para que se les quite!"
Todos suponemos que trae un proyecto revolucionario; que "su reforma", empatará con los niveles de conocimiento que privan en los países de primer mundo.
Así nos vendió la idea. Y le vamos a seguir creyendo.
El problema es... ¿Decide a capricho?
¿Sensibilidad política hormonal?
Si recula, todo parece indicar que comenzaremos de cero.
Al menos mientras el grupo de la CENTE no se pliegue al mandato presidencial, el fantasma terrorífico de la evaluación magisterial persistirá en los términos de la mal llamada reforma educativa Peñanietista.
Las pugnas sindicales, consumen miles de millones de pesos, los sindicatos son nefastos; son los responsables de prácticas dañinas, como la venta y la herencia de plazas.
Ojalá que estas prácticas desaparezcan. Y nuestras autoridades sean capaces de diseñar y poner en marcha un modelo verdaderamente vanguardista.
Por lo pronto... En ascuas.