/ lunes 29 de junio de 2020

Alianzas que dan vergüenza

El pasado 18 de junio de 2020, los presidentes de los partidos MORENA, PT y PVEM, anunciaron una alianza político electoral para el 2021 que será escenario para una gran lucha por las diferentes posiciones que entrarán en disputa, como lo es la renovación total de la cámara de diputados, 15 gubernaturas, alcaldías en todos los estados y congresos locales; se busca crear un acuerdo unitario para respaldar al presidente López Obrador en la consolidación de la 4a transformación, “buscando cambios profundos y reales que requiere el país”, según declaró el presidente del Partido del Trabajo Alberto Anaya; esta alianza político electoral anticipada deja ver que la 4T está dispuesta a llevar adelante el proyecto político por cualquier medio posible, aun así eso signifique hacer acuerdos con partidos cuya historia siempre ha estado ligada solo como satélites de los intereses gubernamentales. Esta alianza busca poseer una diversidad de candidatos que afiance el camino de la hegemonía de Morena.

En las elecciones de 2016 en Chihuahua, el entonces candidato a gobernador Javier Corral no pudo concretar una alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a pesar que fue solicitada por miembros “distinguidos” del comité ejecutivo nacional de este partido y desechada por los dirigentes locales en el estado; al arribar a la gubernatura creó una “Alianza Ciudadana por Chihuahua”, similar a la conformada recientemente por Morena. Dicha alianza centró sus acciones en los procesos judiciales por corrupción contra ex funcionarios y otros actores políticos inmiscuidos en la delincuencia.

La alianza electoral de Morena y la alianza ciudadana del gobierno de Chihuahua mantienen similitudes en las retóricas que utilizan; al fin de cuenta el discurso de acabar con la corrupción se ha vuelto solo un cliché que se repite en los candidatos de todos los partidos (véase Enrique Alfaro, El Bronco, etc) ; las alianzas son vistas con normalidad entre la práctica política de los partidos y ellos aseguran creen mostrar a la gente la supuesta existencia de una democracia fuerte en beneficio de la población que gobierna. En nuestro país la suma de partidos políticos es vista como la única forma de arribar o conservar el poder político; partidos pequeños tienen la oportunidad de conseguir votos que por sí solos nunca obtendrían; esa posibilidad de alianza de dos o más partidos en una candidatura fue lograda gracias a la reforma electoral de 1996, permitiendo coaliciones para la presidencia y las cámaras de diputados y senadores; en las elecciones del 2000 se dieron las primeras alianzas entre el partido acción nacional y el partido verde ecologista, llevando como candidato a Vicente Fox, denominándose “alianza por el cambio”; también el entonces candidato Cuauhtémoc Cárdenas representó a la coalición conformada por el Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo, Partido Alianza Social y el Partido de la Sociedad Nacionalista creando la “alianza por México”.

Nuestro país tiene historia de alianzas hecha por gobiernos y partidos durante elecciones, que dicen ser de beneficio para la sociedad en general; las alianzas políticas son utilizadas para consolidar la gobernabilidad y brindar apoyo hacia las iniciativas del partido en el poder; en teoría existen para generar resultados positivos en el país, pero en la práctica vemos los conflictos que existen a la hora de agrupar partidos con agendas distintas en un mismo proyecto político. Vicente Fox en su momento terminó en conflicto con los miembros de su partido, razón por la cual en 2003 perdió la mayoría en la cámara de diputados; la ciudadanía que votó por él se cuestionó si el presidente Fox actuaba de manera correcta y se preguntaron si fue benéfica dicha alianza. En 2020 aquí en Chihuahua, el partido acción nacional se siente amenazado por el actuar del gobernador Javier Corral; el número de militantes en ese partido disminuye y se convierte en una debilidad hacia una contienda abierta; en el 2021 se pronostica una ruptura entre candidatos del PAN y el gobernador por carecer de unión partidista. En el escenario federal, el partido del presidente se encuentra dividido, lo cual puede ser utilizado por la oposición a su favor. La alianza entre Morena y el Partido Verde evidencia que el proyecto necesita asegurarse a toda costa, en un momento en que las crisis sanitaria, económica y de seguridad representan serios problemas para la administración de Andrés Manuel López Obrador. Hemos visto como la estrategia de agrupar personajes de todos los trasfondos ideológicos en una sola alianza ha resultado contra producente para Morena, así que tendremos que esperar cuáles son los efectos de esa coalición, unión que resulta una vergüenza para quienes realmente esperaron una transformación política.

rodolfo_ramossilva@yahoo.com.mx

El pasado 18 de junio de 2020, los presidentes de los partidos MORENA, PT y PVEM, anunciaron una alianza político electoral para el 2021 que será escenario para una gran lucha por las diferentes posiciones que entrarán en disputa, como lo es la renovación total de la cámara de diputados, 15 gubernaturas, alcaldías en todos los estados y congresos locales; se busca crear un acuerdo unitario para respaldar al presidente López Obrador en la consolidación de la 4a transformación, “buscando cambios profundos y reales que requiere el país”, según declaró el presidente del Partido del Trabajo Alberto Anaya; esta alianza político electoral anticipada deja ver que la 4T está dispuesta a llevar adelante el proyecto político por cualquier medio posible, aun así eso signifique hacer acuerdos con partidos cuya historia siempre ha estado ligada solo como satélites de los intereses gubernamentales. Esta alianza busca poseer una diversidad de candidatos que afiance el camino de la hegemonía de Morena.

En las elecciones de 2016 en Chihuahua, el entonces candidato a gobernador Javier Corral no pudo concretar una alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a pesar que fue solicitada por miembros “distinguidos” del comité ejecutivo nacional de este partido y desechada por los dirigentes locales en el estado; al arribar a la gubernatura creó una “Alianza Ciudadana por Chihuahua”, similar a la conformada recientemente por Morena. Dicha alianza centró sus acciones en los procesos judiciales por corrupción contra ex funcionarios y otros actores políticos inmiscuidos en la delincuencia.

La alianza electoral de Morena y la alianza ciudadana del gobierno de Chihuahua mantienen similitudes en las retóricas que utilizan; al fin de cuenta el discurso de acabar con la corrupción se ha vuelto solo un cliché que se repite en los candidatos de todos los partidos (véase Enrique Alfaro, El Bronco, etc) ; las alianzas son vistas con normalidad entre la práctica política de los partidos y ellos aseguran creen mostrar a la gente la supuesta existencia de una democracia fuerte en beneficio de la población que gobierna. En nuestro país la suma de partidos políticos es vista como la única forma de arribar o conservar el poder político; partidos pequeños tienen la oportunidad de conseguir votos que por sí solos nunca obtendrían; esa posibilidad de alianza de dos o más partidos en una candidatura fue lograda gracias a la reforma electoral de 1996, permitiendo coaliciones para la presidencia y las cámaras de diputados y senadores; en las elecciones del 2000 se dieron las primeras alianzas entre el partido acción nacional y el partido verde ecologista, llevando como candidato a Vicente Fox, denominándose “alianza por el cambio”; también el entonces candidato Cuauhtémoc Cárdenas representó a la coalición conformada por el Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo, Partido Alianza Social y el Partido de la Sociedad Nacionalista creando la “alianza por México”.

Nuestro país tiene historia de alianzas hecha por gobiernos y partidos durante elecciones, que dicen ser de beneficio para la sociedad en general; las alianzas políticas son utilizadas para consolidar la gobernabilidad y brindar apoyo hacia las iniciativas del partido en el poder; en teoría existen para generar resultados positivos en el país, pero en la práctica vemos los conflictos que existen a la hora de agrupar partidos con agendas distintas en un mismo proyecto político. Vicente Fox en su momento terminó en conflicto con los miembros de su partido, razón por la cual en 2003 perdió la mayoría en la cámara de diputados; la ciudadanía que votó por él se cuestionó si el presidente Fox actuaba de manera correcta y se preguntaron si fue benéfica dicha alianza. En 2020 aquí en Chihuahua, el partido acción nacional se siente amenazado por el actuar del gobernador Javier Corral; el número de militantes en ese partido disminuye y se convierte en una debilidad hacia una contienda abierta; en el 2021 se pronostica una ruptura entre candidatos del PAN y el gobernador por carecer de unión partidista. En el escenario federal, el partido del presidente se encuentra dividido, lo cual puede ser utilizado por la oposición a su favor. La alianza entre Morena y el Partido Verde evidencia que el proyecto necesita asegurarse a toda costa, en un momento en que las crisis sanitaria, económica y de seguridad representan serios problemas para la administración de Andrés Manuel López Obrador. Hemos visto como la estrategia de agrupar personajes de todos los trasfondos ideológicos en una sola alianza ha resultado contra producente para Morena, así que tendremos que esperar cuáles son los efectos de esa coalición, unión que resulta una vergüenza para quienes realmente esperaron una transformación política.

rodolfo_ramossilva@yahoo.com.mx