En completo secreto se mantuvo la llegada del juarense Manuel del Castillo a la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado, su nombramiento sorprendió a todos porque de palacio no se fugó la más mínima información de su arribo que pudiera generar controversia.
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La oficina de Comunicación Social se encontraba en dificultades operativas, desde que la anterior titular María José Valles, se encontraba fuera debido a incapacidad laboral por maternidad. Ya se veían venir cambios, pero nadie imaginó que sería Manuel del Castillo, colega periodista que colaboró en áreas de comunicación con el ex gobernador José Reyes Baeza y con el ex alcalde Héctor “Teto” Murguía, sería el bueno para entrar al relevo.
Del Castillo llega en el momento más difícil de la administración estatal, cuando la imagen del gobernador Javier Corral Jurado y la de su gobierno están por los suelos, sin embargo, su capacidad y su profesionalismo no están en duda, saldrá adelante siempre y cuando lo deje operar su nuevo jefe.
El cambio es una bocanada de aire fresco a un gabinete que con sus excepciones no ha dado resultados tangibles ante la vista de los ciudadanos. En el peor de los casos, las encuestas y evaluaciones de gobierno hacen suponer que Javier Corral no cumple las expectativas de los chihuahuenses.
Además, existe la percepción de que el aparato de comunicación estatal no ha funcionado desde que inició la actual administración. Ahora las esperanzas del nuevo funcionario son altas y seguramente hará cambios en la estrategia de comunicación social.
Entre los retos destacan, implementar su diplomacia para mejorar la relación con los medios de comunicación, renovar la imagen del gobernador, dar a conocer la obra pública estatal y preparar el cierre del gobierno corralista.
Detrás del nombramiento de Manuel del Castillo está la mano de la verdadera vicegobernadora, Alejandra de la Vega, con quién el nuevo funcionario tiene una relación de trabajo desde hace muchos, muchos años.
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En Chihuahua andan trenzados de la greña, tres de los buscan ser candidatos a gobernador en el 2021 y el tema que agarraron de escaparate es el del proyecto de Iluminemos Chihuahua que impulsa la alcaldesa de allá, María Eugenia Campos.
El senador cruz Pérez Cuéllar ha dicho que en lugar de Iluminemos Chihuahua debe ser llamado ‘ilu robemos Chihuahua’, porque es un robo lo que piensa hacer la presidenta de dicho municipio, al calcular que cambiar las luminarias costaría 6 mil millones de pesos.
Por su parte, el alcalde de Parral, Alfredo Lozoya, que ni siquiera debería tener vela en el entierro, criticó también el asunto del plebiscito que se hará el domingo próximo y dijo que, según su calculadora, poner los focos LED en la capital, no pasa los 600 millones de pesos, es decir que Maru se agandallaría el 90 por ciento del dinero del proyecto que eventualmente se aprobaría.
Pero la güerita no se quedó callada y opinó que ‘El Caballo’ Lozoya debe irse a relinchar a otro lado, o en sus palabras: que se vaya a presidir Parral.
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En Juárez la queja es que no hay presencia de la mentada Guardia Nacional, para efectos de protección a los juarenses en materia de seguridad, sin embargo, las autoridades locales deberían pensarla dos veces antes de invocar a estos elementos procedentes de las filas de la Policía Federal.
Basta ver la queja que tienen actualmente los comerciantes de Villa Ahumada, en el sentido de que estos personajes uniformados del gobierno federal andan desatados extorsionando, para darse cuenta de la calaña que se cargan los susodichos.
También basta echar un vistazo al pasado reciente de este municipio fronterizo con El Paso, para reflexionar en la estirpe que se exige, porque aquí también se hicieron famosos por dedicarse al robo descarado a la gente de bien.
Algunos empresarios y comerciantes de Juárez consideran que ya con los polis locales tenemos, como para todavía pedir que se importe a la nueva policía ‘tuti fruti’, donde vienen mezclados soldados, marinos y principalmente efectivos de la extinta Policía Federal.
Dirían los residentes fronterizos que Diosito nos agarre confesados si llegan en bola a atracar en Juárez los de la Guardia Nacional, o también afirmarían que lo mejor es que de Ahumada los regresen a chilangolandia.
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Para ninguno de los asistentes al desfile que estuvieron pendientes de los movimientos de Héctor Armando Cabada Alvídrez, pasó desapercibido la habilidad del alcalde para la conducción de las motocicletas y las cuatrimotos, y es que el presidente se disponía a subir al templete de honor, cuando le avisaron que estudiantes de la Universidad impedían el inicio del desfile, así que trepó a la cuatrimoto de la policía municipal para acercarse a los estudiantes y convencerlos de desistir de su acción negativa.
De regreso al palco, en donde lo esperaban los invitados especiales, lo hizo montado en una motocicleta de la Dirección de Tránsito, el corto viaje motorizado sirvió para despertar la algarabía de los presentes.
En el evento fue muy notorio como la síndica morenista, Leticia Ortega Máynez, se colocó muy lejos de Cabada e hizo suponer que estaba incomoda porque abandonó la plataforma antes de que concluyera el desfile. Ortega Máynez quien tiene la titularidad de la Sindicatura es considerada como la síndica más gris de la historia de Ciudad Juárez.
Por cierto, el acto cívico conmemorativo por el Aniversario 109 de la Revolución Mexicana registró saldo blanco, pero fue deslucido por la falta de espectadores, porque muchas personas a esa hora se encontraban en los centros de trabajo y en las escuelas que no suspendieron labores.
