La familia de Laysmara, esperará que el 21 de diciembre Estados Unidos les abra la puerta para que los venezolanos varados entren a trabajar, sino intentará entrar de manera ilegal.
"No queda de otra que esperar, mi esposo ya empezó a trabajar, yo ando vendiendo chupetes (paletas), pero si no nos dejan entrar pues ya no queda de otra que hacer vida aquí y juntar dinero para cruzar a como dé lugar, ya nos han ofrecido llevarnos de manera ilegal", contó la migrante venezolana.
Ella, su esposo y su hijo de un año, llegaron a Ciudad Juárez en tren, ya que a diferencia de muchos, ellos no obtuvieron con dinero, así que toda su travesía fue pidiendo ayuda a la gente.
"No podemos estar encerrados en un albergue, yo deje tres niños más en Venezuela, yo también tengo que trabajar, nos vamos a organizar para alquilar un cuarto y juntar para irnos ilegales a Estados Unidos", comentó Laysmara.
Empezando en México los robaron, a ella la intentaron violar, incluso dudó en venir hasta la frontera norte por lo sucedido.
"Nosotros llegamos el domingo, después que quitaron a la gente de las carpas, nos instalamos en el parque de frente, pero también nos quitaron, ahora dormimos en este refugio (casa Bellavista)", platicó la migrante.
Al igual que está ocurriendo a muchos migrantes, la incertidumbre, la desesperación, el frío y el hambre los está invadiendo, provocando que recurran a traficantes para llegar a Estados Unidos.
"Yo creo, más adelante si nos vamos a cruzar ilegalmente, ya nos han ofrecido, pero ahorita no tenemos dinero, por eso ni preguntamos cuánto cobran, tenemos que pagar, pero ya que nos organicemos si nos cruzaremos, yo no creo que para el 21 nos abran para irnos" dijo la venezolana.
Muchos migrantes desde antes que se eliminara el campamento venezolano, ya estaban rentando casa, cuartos y hoteles, otros decidieron entrar a albergues para esperar la oportunidad de solicitar asilo político, son pocos los que quedan en la calle, pero son presa fácil de la delincuencia y traficantes.