/ lunes 31 de agosto de 2020

¿Definiciones ideológicas o pragmatismo político?

El presidente Andrés Manuel López Obrador llega a su segundo informe de gobierno anual. Lo hace en medio de una crisis política por el mal manejo de los indicadores de atención a la pandemia del COVID – 19. Hay descontento social de muchos grupos sociales. Activistas entre los que se destacan grupos de académicos, médicos, maestros, profesionistas de todas las áreas y en las últimas semanas a los campesinos que les han jugado el dedo en la boca.

Bajo este escenario, los mensajes de televisión que dan cuenta de su informe que conlleva una connotación de guerra, sigue atacando a los “conservadores”, se pronuncia como “comunista” y no lo niega con un monólogo que repite una y otra vez e incluso raya en la violación del estado laico como principal argumento para seguir denostando a quienes no piensan como él. En fin, una serie de contradicciones, ya que dice seguir apoyando a los empresarios, pero los persigue a través de una contribución impositiva y sin apoyos para contrarrestar los efectos colaterales en lo económico por el COVID, los principales afectados son los empresarios de las pequeñas y medianas empresas.

Las encuestas que realiza el grupo de Mitofsky de manera periódica nos permiten observar un número para analizar lo que está pasando. Hace un año (2019), la aprobación promedio andaba en el 64% en una escala del 0 al 100, la popularidad del presidente estaba cayendo poco a poco y la misma parecía que se estabilizaría. Un año después (julio del 2020) ya no eran los 70% o los 60%, la caída al 30 de agosto del presente año es del 54.3%. Cabe recordar que es una encuesta confiable, que ha permitido tener un parámetro de medición en la evaluación de gobierno federal y un punto de equilibrio sobre la opinión de los mexicanos. El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue cayendo en la aprobación de su mandato y mantiene una división entre quienes aprueban y reprueban su gestión con un 53% de calificación como en la escuela, es decir, de panzazo en su segundo año de gobierno.

La importancia de estas evaluaciones de gobierno es porque existe la teoría del voto retrospectivo que garantiza que un gobierno bien evaluado otorga votos a los candidatos de su propio partido. Hoy, a un año de llevarse las elecciones del 2021 y sin AMLO en la boleta, las figuras de los candidatos del partido en el poder no tendrán un carro completo como el que casi consiguieron en las elecciones del 2018, quizá no les alcance el apoyo presidencial para obtener los triunfos deseados.

Lo que se juega en México son 20, 868 cargos de elección popular en todo el territorio, incluyendo las 15 gubernaturas que empatan elecciones intermedias. En Chihuahua serán 882 cargos: gubernatura, 33 diputados, 67 alcaldías y 67 sindicaturas. Estamos a una semana para que inicie formalmente el Proceso Electoral Federal 2020 – 2021, con un listado de 95 millones de electores potenciales y para lo cual se ha presupuestado un total de 20 mil millones de pesos para garantizar la legitimidad, así como demás valores democráticos con los que opera el INE. Es decir, todo está casi listo para arrancar el proceso, ya que sólo falta definir quienes de los siete partidos que solicitaron su registro ante el INE estarán en las boletas, la fecha fatídica será el 4 de septiembre.

Mientras lo anterior pasa en los planos nacionales y locales, en Ciudad Juárez han llegado comentarios muy sugerentes sobre las movidas de ajedrez político que han seguido actores tradicionales. Por un lado, muy movido en Juárez, en Chihuahua y en la Ciudad de México Rodolfo “El Güero” Martínez, sus aspiraciones por la presidencia municipal lo ubican como uno de los más fuertes a vencer por los amarres que ha tejido. Trae una precampaña con grupos políticos, empresariales y sociales donde además nos comentan que sería bajo las siglas de un partido político, aún por definirse.

La sorpresa es que Antonio Andreu Rodríguez, ex priista y diputado local estaría buscando la candidatura a la presidencia bajo las siglas del Partido Verde, donde ha estado haciendo un poco de ejercicio electoral e incluso autorizando a sus amigos para que hagan promoción de su persona. En el Partido Encuentro Social (PES), que había perdido el registro en las elecciones del 2018, está a punto de recuperarlo y ya alistan un consenso para que Alfonso “Poncho” Murguía sea el candidato natural de ellos y defienda sus principios como el derecho a la vida y la familia que han sido su base ideológica.

Finalmente, se ha filtrado que Javier González Mocken, quien perdió por la mínima diferencia la presidencia municipal de Juárez frente al independiente Armando Cabada Alvídrez en el 2018, estará en la boleta electoral, pero por el Partido de Redes Progresistas y no por MORENA donde ya se perfila sin lugar a dudas al delegado del gobierno federal Juan Carlos Loera De la Rosa. Así las cosas, en Ciudad Juárez, donde el pragmatismo político es más fuerte que las definiciones ideológicas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador llega a su segundo informe de gobierno anual. Lo hace en medio de una crisis política por el mal manejo de los indicadores de atención a la pandemia del COVID – 19. Hay descontento social de muchos grupos sociales. Activistas entre los que se destacan grupos de académicos, médicos, maestros, profesionistas de todas las áreas y en las últimas semanas a los campesinos que les han jugado el dedo en la boca.

Bajo este escenario, los mensajes de televisión que dan cuenta de su informe que conlleva una connotación de guerra, sigue atacando a los “conservadores”, se pronuncia como “comunista” y no lo niega con un monólogo que repite una y otra vez e incluso raya en la violación del estado laico como principal argumento para seguir denostando a quienes no piensan como él. En fin, una serie de contradicciones, ya que dice seguir apoyando a los empresarios, pero los persigue a través de una contribución impositiva y sin apoyos para contrarrestar los efectos colaterales en lo económico por el COVID, los principales afectados son los empresarios de las pequeñas y medianas empresas.

Las encuestas que realiza el grupo de Mitofsky de manera periódica nos permiten observar un número para analizar lo que está pasando. Hace un año (2019), la aprobación promedio andaba en el 64% en una escala del 0 al 100, la popularidad del presidente estaba cayendo poco a poco y la misma parecía que se estabilizaría. Un año después (julio del 2020) ya no eran los 70% o los 60%, la caída al 30 de agosto del presente año es del 54.3%. Cabe recordar que es una encuesta confiable, que ha permitido tener un parámetro de medición en la evaluación de gobierno federal y un punto de equilibrio sobre la opinión de los mexicanos. El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue cayendo en la aprobación de su mandato y mantiene una división entre quienes aprueban y reprueban su gestión con un 53% de calificación como en la escuela, es decir, de panzazo en su segundo año de gobierno.

La importancia de estas evaluaciones de gobierno es porque existe la teoría del voto retrospectivo que garantiza que un gobierno bien evaluado otorga votos a los candidatos de su propio partido. Hoy, a un año de llevarse las elecciones del 2021 y sin AMLO en la boleta, las figuras de los candidatos del partido en el poder no tendrán un carro completo como el que casi consiguieron en las elecciones del 2018, quizá no les alcance el apoyo presidencial para obtener los triunfos deseados.

Lo que se juega en México son 20, 868 cargos de elección popular en todo el territorio, incluyendo las 15 gubernaturas que empatan elecciones intermedias. En Chihuahua serán 882 cargos: gubernatura, 33 diputados, 67 alcaldías y 67 sindicaturas. Estamos a una semana para que inicie formalmente el Proceso Electoral Federal 2020 – 2021, con un listado de 95 millones de electores potenciales y para lo cual se ha presupuestado un total de 20 mil millones de pesos para garantizar la legitimidad, así como demás valores democráticos con los que opera el INE. Es decir, todo está casi listo para arrancar el proceso, ya que sólo falta definir quienes de los siete partidos que solicitaron su registro ante el INE estarán en las boletas, la fecha fatídica será el 4 de septiembre.

Mientras lo anterior pasa en los planos nacionales y locales, en Ciudad Juárez han llegado comentarios muy sugerentes sobre las movidas de ajedrez político que han seguido actores tradicionales. Por un lado, muy movido en Juárez, en Chihuahua y en la Ciudad de México Rodolfo “El Güero” Martínez, sus aspiraciones por la presidencia municipal lo ubican como uno de los más fuertes a vencer por los amarres que ha tejido. Trae una precampaña con grupos políticos, empresariales y sociales donde además nos comentan que sería bajo las siglas de un partido político, aún por definirse.

La sorpresa es que Antonio Andreu Rodríguez, ex priista y diputado local estaría buscando la candidatura a la presidencia bajo las siglas del Partido Verde, donde ha estado haciendo un poco de ejercicio electoral e incluso autorizando a sus amigos para que hagan promoción de su persona. En el Partido Encuentro Social (PES), que había perdido el registro en las elecciones del 2018, está a punto de recuperarlo y ya alistan un consenso para que Alfonso “Poncho” Murguía sea el candidato natural de ellos y defienda sus principios como el derecho a la vida y la familia que han sido su base ideológica.

Finalmente, se ha filtrado que Javier González Mocken, quien perdió por la mínima diferencia la presidencia municipal de Juárez frente al independiente Armando Cabada Alvídrez en el 2018, estará en la boleta electoral, pero por el Partido de Redes Progresistas y no por MORENA donde ya se perfila sin lugar a dudas al delegado del gobierno federal Juan Carlos Loera De la Rosa. Así las cosas, en Ciudad Juárez, donde el pragmatismo político es más fuerte que las definiciones ideológicas.