/ lunes 24 de febrero de 2020

Un día sin mujeres

El tema que va a preservarse durante los próximos días es el de las mujeres que han sido de algún modo vulneradas y que siguen siendo vulnerables. Los estudios sociopolíticos han narrado que ser joven es una condición de vulnerabilidad, pero si además le agregamos la categoría de ser mujer, esa vulnerabilidad aumenta exponencialmente. Los feminicidios como tal trataron de ubicarse únicamente en Ciudad Juárez, se trató por parte del Estado de una política de focalizar un problema que sin darnos cuenta era un problema nacional.

Fue precisamente en los días previos a esta semana que el tema del feminicidio fue analizado ya que no se quería catalogar a un homicidio sólo por ser una cuestión de género. Debía haber una condición y en el que sólo por ser mujer fuera cometido un feminicidio, pero hay otras agravantes como lo es la superioridad física de quien comente un delito en contra de una mujer. Los colectivos han abordado el tema, salido a las calles a protestar a veces sin necesidad de violencia o vulnerando los derechos de otras personas, pero se han dejado escuchar.

Un día sin mujeres, el lunes 9 de marzo próximo, representa una oportunidad para reconocer y visibilizar precisamente a las mujeres. No es un paro nacional de hombres y mujeres, es sólo una desmovilización de las mujeres y a las que por supuesto me sumo solidariamente cumpliendo mis responsabilidades como ser humano. El actor principal de esta causa son las mujeres.

Las redes sociales han sacado a relucir el posicionamiento de las propias mujeres, como se ven ellas a si mismas en lo individual y colectivo y como ven a las otras mujeres. “Naturalmente diferentes y socialmente iguales con libertad” fue una de las ideas que se atribuyen a Rosa Luxemburgo en una de tantas citas sobre el papel de la mujer en los movimientos sociales del siglo pasado. También viene a mi mente la publicación de la catedrática Martha Pérez quien en el libro “Luchas de arena” narra las vivencias de los grupos sociales en Juárez y que desde su perspectiva tuvieron un papel preponderante en los movimientos políticos en Ciudad Juárez. La mujer siempre ha estado en los movimientos sociales, acompañando y luchando a un lado de los nobles ideales para conseguir más libertades y por supuesto en busca de un mundo mejor.

Hay desviaciones en la atención con fines políticos, nuevamente el Estado mexicano se vio rebasado por la sociedad civil, ante la muerte violenta de mujeres, niñas y jóvenes así como la desapariciones de docenas de mujeres más en las últimas fechas es que la crisis tocó fondo. El dolor, como herramienta de persuasión social, salió fuera de la esfera de lo privado y se convirtió en un asunto de Estado, se convirtió en un asunto público.

La defensa de la vida, a la que también me sumo, no puede ni es patrimonio de una corriente política, como ha querido desestimar y minimizar el asunto del próximo lunes 9 de marzo ciertos grupos en el poder. El derecho a la vida desde su concepción, durante su nacimiento y desde luego como garantía para su realización plena como ser humano no tiene discusión.

También hay que aclarar que un día sin mujeres es una opción, de las mujeres que quieran participar, que no es obligatorio participar o no. Como tal, debemos entender que a los hombres nos queda sólo hacernos a un lado y que se dimensione que es una solidaridad hacia las mujeres en contra del aumento de la violencia y asesinato en contra de ellas.

Hubo intentos de señalar que detrás de la propuesta de un día sin mujeres había la mano de la derecha mexicana. Lo anterior es falso, lo que si hay es un gran malestar por la desatención histórica de un fenómeno que no se atendía.

En conclusión, un día sin mujeres es una voz que se levanta para exigir que se tomen medidas, se hagan políticas públicas y que el gobierno se encargue de proteger la vida humana, principalmente la de las mujeres que son violentadas y asesinadas sistemáticamente. El papel de la mujer en la historia de México y del mundo es definitoria, allí han estado siempre y ahora nos toca decir que sin ellas nada y con ellas todo. No están solas.

--

Atentamente.

Dr. José Eduardo Borunda Escobedo

Profesor - Investigador

Ciudad Juárez, Chihuahua, México

El tema que va a preservarse durante los próximos días es el de las mujeres que han sido de algún modo vulneradas y que siguen siendo vulnerables. Los estudios sociopolíticos han narrado que ser joven es una condición de vulnerabilidad, pero si además le agregamos la categoría de ser mujer, esa vulnerabilidad aumenta exponencialmente. Los feminicidios como tal trataron de ubicarse únicamente en Ciudad Juárez, se trató por parte del Estado de una política de focalizar un problema que sin darnos cuenta era un problema nacional.

Fue precisamente en los días previos a esta semana que el tema del feminicidio fue analizado ya que no se quería catalogar a un homicidio sólo por ser una cuestión de género. Debía haber una condición y en el que sólo por ser mujer fuera cometido un feminicidio, pero hay otras agravantes como lo es la superioridad física de quien comente un delito en contra de una mujer. Los colectivos han abordado el tema, salido a las calles a protestar a veces sin necesidad de violencia o vulnerando los derechos de otras personas, pero se han dejado escuchar.

Un día sin mujeres, el lunes 9 de marzo próximo, representa una oportunidad para reconocer y visibilizar precisamente a las mujeres. No es un paro nacional de hombres y mujeres, es sólo una desmovilización de las mujeres y a las que por supuesto me sumo solidariamente cumpliendo mis responsabilidades como ser humano. El actor principal de esta causa son las mujeres.

Las redes sociales han sacado a relucir el posicionamiento de las propias mujeres, como se ven ellas a si mismas en lo individual y colectivo y como ven a las otras mujeres. “Naturalmente diferentes y socialmente iguales con libertad” fue una de las ideas que se atribuyen a Rosa Luxemburgo en una de tantas citas sobre el papel de la mujer en los movimientos sociales del siglo pasado. También viene a mi mente la publicación de la catedrática Martha Pérez quien en el libro “Luchas de arena” narra las vivencias de los grupos sociales en Juárez y que desde su perspectiva tuvieron un papel preponderante en los movimientos políticos en Ciudad Juárez. La mujer siempre ha estado en los movimientos sociales, acompañando y luchando a un lado de los nobles ideales para conseguir más libertades y por supuesto en busca de un mundo mejor.

Hay desviaciones en la atención con fines políticos, nuevamente el Estado mexicano se vio rebasado por la sociedad civil, ante la muerte violenta de mujeres, niñas y jóvenes así como la desapariciones de docenas de mujeres más en las últimas fechas es que la crisis tocó fondo. El dolor, como herramienta de persuasión social, salió fuera de la esfera de lo privado y se convirtió en un asunto de Estado, se convirtió en un asunto público.

La defensa de la vida, a la que también me sumo, no puede ni es patrimonio de una corriente política, como ha querido desestimar y minimizar el asunto del próximo lunes 9 de marzo ciertos grupos en el poder. El derecho a la vida desde su concepción, durante su nacimiento y desde luego como garantía para su realización plena como ser humano no tiene discusión.

También hay que aclarar que un día sin mujeres es una opción, de las mujeres que quieran participar, que no es obligatorio participar o no. Como tal, debemos entender que a los hombres nos queda sólo hacernos a un lado y que se dimensione que es una solidaridad hacia las mujeres en contra del aumento de la violencia y asesinato en contra de ellas.

Hubo intentos de señalar que detrás de la propuesta de un día sin mujeres había la mano de la derecha mexicana. Lo anterior es falso, lo que si hay es un gran malestar por la desatención histórica de un fenómeno que no se atendía.

En conclusión, un día sin mujeres es una voz que se levanta para exigir que se tomen medidas, se hagan políticas públicas y que el gobierno se encargue de proteger la vida humana, principalmente la de las mujeres que son violentadas y asesinadas sistemáticamente. El papel de la mujer en la historia de México y del mundo es definitoria, allí han estado siempre y ahora nos toca decir que sin ellas nada y con ellas todo. No están solas.

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Atentamente.

Dr. José Eduardo Borunda Escobedo

Profesor - Investigador

Ciudad Juárez, Chihuahua, México