En un recorrido realizado la mañana del lunes por el Heraldo de Juárez al Centro de Reinserción Social Estatal No. 3 y al Hospital General, se pudo apreciar el escenario que se vive en estos dos lugares a 24 horas del ataque perpetrado en el penal.
En el CERESO se pudo observar una tensa calma, ya sin la vigilancia de autoridades de los tres niveles de gobierno al exterior, sobre la avenida Barranco Azúl, quedando solamente las cintas amarillas y rojas que delimitaba la escena policíaca.
Incluso, los familiares de internos que mantenían una manifestación hasta altas horas de la noche del domingo decidieron retirarse, volviendo todo a una aparente normalidad.
En cuanto al Hospital General, que es el lugar donde fueron llevados los diez reos y tres custodios lesionados, este seguía bajo resguardo de agentes estatales al interior.
Afuera ya no estaban las unidades de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal ni Fiscalía de Distrito que vigilaban la avenida Fernando Montes de Oca.
La noche del domingo fueron llevados los últimos lesionados a este nosocomio en ambulancias del Departamento de Rescate, escoltadas por las fuerzas estatales.
A su vez, se mantienen algunos operativos en diversos sectores de la ciudad, en busca de los responsables de este ataque armado y de los 27 reos fugitivos.
Desde el pasado domingo, la Gobernadora del Estado, María Eugenia Campos, sostuvo una serie de reuniones acompañada por el Fiscal General del Estado, Roberto Fierro Duarte y el Secretario de Seguridad Pública Estatal, Gilberto Loya.
En estas reuniones estuvieron otras corporaciones, así como mandos militares y de la Guardia Nacional.